Es viernes en la noche. Luego de un día cargado de trabajo Rubén (nombre ficticio) se dirige a su hogar para tener una cena romántica con su esposa, quien lo espera con su plato favorito. Al llegar, la saluda con un beso y se sienta en la mesa. De repente, le suena el celular y su semblante cambió en cuestión de segundos. Rubén sabía quien lo llamaba, pero su esposa no se podía enterar. Al responder aquella llamada privada decidió marcharse a otra habitación para evitar ser escuchado. Al colgar, su esposa le preguntó con quien hablaba, y él dominado por los nervios le respondió: “¡Con mi jefe mi amor, cosas de la oficina!” Una mentira y listo, su farsa quedaba cubierta. Situaciones como esta son comunes en cientos de parejas a nivel mundial, en las cuales ya sea la mujer o el hombre caen en las garras de la tentación lanzándose a mantener una doble vida. En el pasado, los infieles se veían a escondidas o se comunicaban por carta. Sin embargo, en la era digital estos amantes de la doble vida utilizan los chats, las redes sociales, los correos electrónicos y hasta sus celulares para mantener en secreto sus amoríos. Podemos salir de nuestras casas sin el paraguas, la computadora y hasta sin cartera, pero si hay algo que nunca olvidamos es el celular. Y es que ese pequeño aparato parlanchín que te ha sacado de aprietos en miles de ocasiones, también se puede convertir en el delator de tus andanzas ilícitas. Por lo que antes de dedicirte a echar una canita al aire, piensa que tu mejor amigo electrónico podría irle con el chisme a tu pareja y todo se te podría venir abajo. Es así como investigadores privados, a raíz de sus experiencias vividas, le han aconsejado a los infieles que eviten el uso del celular para sus actos ilícitos, sino desean ser descubiertos en su juego. Los infieles tienen la tarea extra de cuidar al máximo su teléfono celular para que no se les caiga el teatrito y se queden sin la soga y sin la cabra. Por lo que varios medios internacionales han informado que la clave para que un infiel no sea descubierto en el siglo XXI está en no descuidar ni un sólo segundo su teléfono móvil. ¿Será que ahora los infieles se convertirán en esclavos de esa pequeña caja parlante que se encarga de hacer y recibir llamadas? En el caso de María (nombre ficticio), casi no pasaba tiempo en su casa, su móvil estaba siempre apagado y leía los mensajes de texto a escondidas de su esposo. Sin embargo, su teléfono móvil y correo electrónico se convirtieron en sus peores enemigos al delatarla una noche ante los ojos de su marido. Su matrimonio terminó, o mejor dicho lo terminaron sus amigos electrónicos por un pequeño descuido. Quién le iba a decir que la tecnología algún día le viraría la tortilla y le haría un “jaque mate” en el juego del amor. Según las declaraciones de investigadores privados, publicadas en el portal de la cadena BBC Mundo, herramientas como el modo silencioso o vibrador, el bloqueo del teclado, los mensajes en clave y la opción de “borrar” se han convertido en las favoritas de aquellos que disfrutan de vivir en un triángulo amoroso. También han indicado que el 50% de los casos de infidelidad que llegan a sus agencias se han dado por las sospechas de llamadas o mensajes extraños que los clientes encontraron en el celular de su pareja. Además, han señalado que en una infidelidad “el celular es la evidencia determinante”, ya que aseguran que es muy fácil el descubrir conversaciones raras y conseguir el detalle de llamadas de ese móvil; a no ser que el infiel sea tan precavido que tenga dos celulares. Por otro lado, el portal electrónico www.perfil.com indicó que los abogados de familia han destacado que muchos de los casos de divorcio en el siglo XXI son a causa de una infidelidad descubierta a través del celular o del e-mail de su pareja. Inclusive así lo indica una investigación realizada en el 2003 por una compañía de detectives privados italianos, la cual señalaba que casi el 90% de los casos de relaciones extramaritales en Italia se descubrían por culpa de los teléfonos celulares. Indicios como las “famosas” llamadas privadas, el borrar los datos del celular con frecuencia, el bloquear el teléfono celular para que nadie tenga acceso y hasta el apagarlo con el pretexto de “ahorrar batería” o mantener el trabajo fuera del hogar han sido el comportamiento “tecnológico” adoptado por los llamados “infieles de la noche”. Sin embargo, el querer mantener una vida privada en cuanto a los correos electrónicos y llamadas se refiere, no es sinónimo de que una persona está siendo infiel. Por lo que no es sano hostigar a su pareja inventándole un amante en cada esquina, ya que cada uno tiene derecho a mantener en privado algunos detalles de su vida. Será mejor aplicarse al refrán que asegura que “la verdad siempre se sabe”, por lo que a la larga o la corta se enterará si su pareja le está “pegando el cuernito”. No obstante, estudiosos aseguran que la comunicación y la confianza entre pareja son la pieza clave para poder establecer los límites de quién puede acceder a sus cuentas electrónicas y con quién deben relacionarse para evitar que se rompa el compromiso de amor que los mantiene juntos. Así que a caminar derechito se ha dicho, y “ojo al pillo” porque si te portas mal, tu celular te puede delatar.