Chemi’s Room y La Loseta

 

Durante el transcurso de este año dos espacios alternativos de exposición artística se han destacado por  el carácter particular de sus sedes. Los proyectos de Radamés ‘Juni’ Figueroa y de Chemi Rosado Seijo, ambos graduados de la Escuela de Artes Plásticas de San Juan, surgen de la necesidad de autogestionarse y juegan con las nociones que delimitan los conceptos de lo público y lo privado. Las ‘expos’ que gestionan se dan en el espacio de sus respectivas salas donde ellos mismos establecen las pautas de la curaduría. 

 

El proyecto de Juni, La Loseta, consiste de 12 exhibiciones y varios eventos a lo largo del año 2011. Hasta el momento se han presentado en muestras individuales artistas de Puerto Rico y de México como Jesús Bubu Negrón y Adriana Lara. 

 

El tratamiento de las exposiciones en su promoción, producción y documentación son para Radamés Figueroa lo que formalizan el proyecto que aunque sea uno de bajo presupuesto no deja de lucir su particular elegancia. 

 

 

 

 

La Loseta tiene su propio blog donde se anuncian los eventos con suficiente antelación y de formas tan extrañas que generan buena dosis de ansia ante la expectativa. A los eventos le llegan amigos y allegados en su mayoría, también han llegado coleccionistas de arte y gente de la misma comunidad de Puerto de Tierra.  

 

Al final del año se publicará un catálogo impreso con la documentación sobre los eventos y exhibiciones.

 

Entre las ventajas de producir este tipo de eventos en la casa, Juni explica que “no tienes que pagar un espacio y es mas sencillo. La venta de las obras se puede negociar; no tienen que venderse y si se da es de forma orgánica. No se invierte mucho y no hay límites; todo es válido. Hay libertad para mostrar lo que te gusta”.

 

 

 

 

Mientras, a  Radamés Figueroa siempre le ha gustado gestionar eventos multidinámicos sea en espacios públicos o privados, presentaciones individuales o colectivas. Le gusta compartir la obra de otros sean reconocidos o no, como la de Miguelón, un vecino del barrio que se desempeña como pianista y que participó de La Loseta en marzo. 

 

Lo que motivó a Radamés a cuajar la iniciativa y a pensar que podía funcionar fue el toparse con ‘la realidad’ detrás del Preteen Gallery en México.

 

Según Juni, “Funcionaba por Internet – la gente veía la galería y las exposiciones por Internet – pero era la casa de un tipo en Hermosillo y hacían ahí eventos para los amigos. El proyecto parecía algo muy formal".

 

Juni fue invitado y fue a exponer en diciembre del 2010 esperando que el sitio fuese una galería común y corriente. El contexto del escenario pasaba desapercibido para el público que seguía las intervenciones artísticas del espacio a través de la página cibernética. La posibilidad de transformar un espacio físico en un imaginario virtual de manera tan sigilosa y con tanta sutileza lo provocó a concretar la idea de La Loseta casi tan pronto como regresó a Puerto Rico. 

 

En octubre, Radamés Juni va para Medellín, Colombia a presentar la Loseta como parte del colectivo Proyectos Ultravioleta,  “una plataforma multifacética para la experimentación en el arte contemporáneo” situada en la Ciudad de Guatemala, según lo dicta su página en la red. 

 

 

 

 

Por otro lado, el proyecto de Chemi Rosado Seijo, Chemi’s Room, empezó a gestarse en el 2010 en momentos que estaba corriendo la feria internacional de arte contemporáneo, Circa. Chemi no tenía una galería que lo representase y, por ende, no podía exhibir. 

 

Entonces a fuerza de la necesidad decide mostrar sus piezas en su propia casa. 

 

Hasta allí llegaron artistas y coleccionistas extranjeros que estaban en la Isla participando de la feria, al igual que galeristas de Puerto Rico. Se exhibieron piezas que participaron de las muestras en Circa y hasta surgieron piezas e intervenciones colectivas producto de esta convergencia.

 

Este año el proyecto ha cogido consistencia y ya son alrededor de seis las muestras allí expuestas que se han ido produciendo tan rápido como surgen las propuestas. Hasta ahora se han presentado trabajos de Vanessa Hernández-Gracia, Jesús Bubu Negrón, Jorge González, Joe Contreras y Ana Iturralde. Para Chemi, uno de los objetivos es empezar a crear comunidad e interactividad dentro del mundo del arte. Han llegado hasta su casa estudiosos de la arquitectura, curadores, maestras de la Central, vecinos y antiguos amigos, pero aún anhela que lleguen más artistas, profesores y estudiantes de arte. Para Chemi, el espacio da oportunidad para exponer lo que no se permitiría en espacios consagrados a la formalidad en su acepción mas tradicional; “sirve de laboratorio para los artistas, es una base comunal".

 

Chemi Rosado relata que su trabajo “siempre ha envuelto más gente; es un trabajo de conciencia comunitaria” que en su desarrollo crea una comunidad de gente muy variada que de otros modos no se gestaría. 

 

Entre las ventajas de trabajar de forma independiente una de las más convenientes parece ser la habilidad para librarse de las limitaciones que suelen imponer los intermediarios que priorizan los valores del mercado y ‘lo apropiado’ por encima de los deseos, intenciones u objetivos del artista. De ahí que este tipo de práctica se venga ejerciendo desde hace muchísimo tiempo en comunidades artísticas. La falta de recursos suficientes e infraestructura disponible siempre ha limitado la difusión del trabajo creativo de los artistas.

 

 

 

 

La intimidad de estos dos espacios es acogedora, libre de convenciones de etiqueta, y presta para estimular la diversión.  Ante la falta de espacios suficientes y a disposición de la muestra y la intervención artística contemporánea, de lugares propicios para el intercambio lúdico de ideas, la apuesta de Radamés Juni Figueroa y Chemi Rosado Seijo es disponer y ambientar sus respectivos espacios personales para ello, invirtiendo así a la socialización del quehacer artístico y al desarrollo de vínculos interactivos entre artistas, aficionados, críticos, educadores y curiosos. 

 

 

 

 

 

 

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