“Nadie se atreva a llorar,
dejen que ría en silencio”.
La cuna blanca, Raphy Leavitt y La Selecta
Con tanta melaza musical que produjo durante su amplia trayectoria, no fue fácil escoger cinco temas que signifcaran la esencia de Raphy Leavitt y su orquesta La Selecta.
Pero aquí vamos. Hemos escogido cinco canciones que entendemos representan lo que todos deben saber de quién en vida fuese una de las figuras más importantes de la historia de la música puertorriqueña, más allá de la salsa.
Y es que Leavitt era muy versátil, como intentaremos demostrar con este escogido musical. Desde 1971, con el lanzamiento de su primer disco, ‘Payaso’, Leavitt demostraría cuan multidimensional podía ser su sonido salsero y cuan depurada podía hacerse la salsa.
Aquí van nuestras cinco canciones de Raphy Leavitt y La Selecta, entonadas en la mágica voz de Sammy Marrero. Siéntase en libertad, amigo lector, de compartir esto con sus amigos y también de comentarnos cuál es su canción favorita de Raphy Leavitt y la Selecta.
5) El buen pastor
En este tema, vemos cómo Raphy Leavitt y La Selecta muestran su respeto religioso en un momento en el que la vida parecía torcerle el brazo. De hecho, esta canción aparece en el disco ‘De frente a la vida’, de 1976. Leavitt experimentaba una conversión cristiana en este momento. El coro dice: “Decía el buen pastor, el que me siga nada le faltará”. Nada más con el testigo.
4) Café colao
Aquí notamos la cadencia de Leavitt en su máxima expresión. Este tema muestra el dominio total que la Orquesta La Selecta tenía en cuanto a ritmos afrocaribeños se refiere. El son montuno no es fácil hacerlo con personalidad propia, y Leavitt y La Selecta lo lograron, dieron en el clavo. Ah, y además lo hicieron con satería: “Mujer, de la piel morena, dame un trago de café. Aquí te traigo mi crema, para que tomes tú también”. ¡Juye!
3) Payaso
He aquí el primer gran éxito de Leavitt, de su disco del mismo nombre. Con ‘Payaso’, Leavitt le hizo saber al mundo de la salsa y el bolero que su corillo había llegado para quedarse. Vemos aquí la profundidad hecha salsa. Aquí, Leavitt explica cómo no todo es lo que parece. Puede que haya un payaso riendo, pero, al fin y al cabo, esconde una triste penumbra que solamente el que la sufre la comprende.
2) Jíbaro soy
Esta pudiese ser la más grande aportación de Leavitt a la música puertorriqueña. Al igual que otros salseros de los setenta, Leavitt alaba la cultura campesina de la montaña. ‘Jíbaro soy’ salió en 1973 y representa una crítica hacia quienes menosprecian la cultura del campo. Aquí Leavitt y la Selecta intercalan el son montuno con el lelolay borincano en la potente voz del coameño Sammy Marrero en ruta a una bestial descarga de timbal antes de que Marrero nuevamente cayera en la interpretación jíbara de las décimas. Esta es quizás una de las mejores canciones en la historia de la música.
1) La cuna blanca
Pues bien, el que no haya escuchado alguna vez esta canción… El tema surge luego de que en 1972, un accidente de tránsito le quitara la vida al trompetista Luis Maysonet en Connecticut. Leavitt, Maysonet y el resto de la banda iban en una guagua a tocar en un baile, cuando sucedió el accidente que también envió al hospital a Leavitt. Es un tema hermoso, de luto, pero también de alegría. Y es tocada en muchos entierros y eventos fúnebres. Seguramente, también será tocada en el entierro de Leavitt.