Nota de la editora: Diálogo presenta a continuación una serie de artículos sobre Geografía Urbana elaborados por un grupo de estudiantes del Departamento de Geografía de la Universidad de Puerto Rico. Los cuatro textos analizan temas que van desde la geografía de la criminalidad hasta el dilema de la transportación y la organización de las ciudades. Los escritos se inspiran en distintas investigaciones académicas que realizaran recientemente los autores en torno a estos temas. Los textos fueron recopilados por el doctor Carlos Guilbe, catedrático de esa unidad académica.
Todos somos testigos y partícipes de los autos estacionados sobre la acera. Para muchos este acto ilegal no es un tema de preocupación, aunque expone al peligro a los peatones. Esta situación tan común en nuestro país, comenzó con los cambios de zonificación en todas las vías más concurridas. Esto dio paso a que muchas residencias al margen de las principales calles y avenidas se convirtieran en comercios.
El sector que rodea la avenida Teniente César González, por ejemplo, ha sido impactado por el crecimiento desmesurado de la Zona Metropolitana de San Juan. A principios del 2000 se buscaba aliviar las congestiones vehiculares en Hato Rey y se reconoció esa carretera como el conector de tránsito rápido desde la avenida Jesús T. Piñero para cruzar las avenidas Eleonor Roosevelt, Franklin D. Roosevelt y Carlos Chardón.
Con el correr del tiempo la César González dejó de ser una calle de uso local al tener un flujo de tráfico vehicular mayor. Esto ocasionó cambios en la organización del tránsito que eventualmente la convirtieron en avenida. Fue necesario, por ejemplo, hacer cambios en la dirección del tránsito de dos a tres carriles y que fungiera como un carril en ambas direcciones a ciertas horas del día. Estas mejoras obligaron a muchas familias a mudarse de esa calle por considerarla peligrosa y de mucho riesgo para niños y envejecientes. Además, los usos comerciales desplazaron a los residentes. Otro factor importante fue que la transportación pública de los autobuses se retiró de ese lugar debido a la reducción de los carriles.
Durante un ejercicio para el curso de Técnicas de Investigación en la Geografía que dictó el doctor Angel David Cruz Báez del Deparamento de Geografía de la Universidad de Puerto Rico, trabajé en un proyecto de investigación cuyo objetivo fue, precisamente, analizar las características y los problemas en los bordes de las urbanizaciones, producto de la proliferación de usos comerciales en zonas diseñadas para usos residenciales. El trabajo también conllevaba someter una propuesta para mejorar la zona estudiada.
Como parte del método de investigación, se analizó el trasfondo histórico del área para comprender los cambios que ha sufrido. Se estudió la transformación de las áreas residenciales a comerciales a través de los Mapas de Calificación de Suelos. Por último, se hizo un estudio de campo explorando la avenida César González, tomando en cuenta la experiencia peatonal. Se elaboró un cortometraje de fotos sobre lo que podría experimentar un transeúnte en una travesía por esta vía, haciendo concurrentemente un conteo y registro de los comercios que están operando en la avenida, para luego compararlo con los mapas vigentes de usos de terrenos.
Entre los hallazgos se encontró que en la mencionada vía existe un total de 19 casas, tres de éstas abandonadas; también 105 lotes de uso comercial, 65 de los cuales no están identificados en el Mapa de Calificación de Suelo en vigencia como comerciales. La experiencia peatonal durante el trayecto por las aceras de esta avenida es extremadamente hostil. El peatón se encuentra constantemente obstaculizado por los autos estacionados frente a los establecimientos sobre la acera y a ambos lados de la calle. También los peatones se encuentran con las aceras deformadas y con pobre mantenimiento, producto del estacionamiento de autos sobre ella. Entre aceras deformadas, postes del tendido eléctrico mal ubicados y otras infinidades de obstáculos, el peatón se ve limitado en su movilidad lineal por este espacio, en especial las personas con impedimentos físicos o de edad avanzada. Muchos peatones terminan caminando por la avenida para poder continuar con su marcha, exponiéndose al peligro de ser arrollados por los autos que usan la vía o los que están estacionados encima de la acera. Esta miríada de problemas de accesibilidad es producto de la disfuncionalidad de los edificios y su localización.
Como parte de la investigación se diseñó una propuesta para reconstruir ese sector. En la misma se sugiere la relocalización de todos los comercios de esa zona según su función en la vecindad en un tipo de edificio modular de dos pisos. En el primer nivel se ubicarían comercios que tengan mayor armonía con la comunidad. En el segundo nivel y hacia los bordes de la urbanización se instalarían los comercios que tengan una mayor clientela. Los módulos estarían conectados por una acera tipo terraza en el segundo nivel. La acera también fungiría como puente peatonal entre los módulos que estén separados por una calle, que sería una de uso público que también conduciría hacia los estacionamientos multipisos.
En el primer nivel, la acera deberá ser más ancha; se propone elevarla a 18 pulgadas para evitar el estacionamiento de vehículos sobre la acera y agilizar el transbordo de las personas que utilicen el transporte colectivo. La acera a ambos lados de la avenida sería desplazada en dirección hacia los comercios para darle espacio a la expansión y la creación de un nuevo carril para alivianar el tráfico y la reinstalación de las rutas de los autobuses del transporte colectivo que circulaba antes por esta vía. En ese primer nivel, deberán ubicarse áreas comerciales que suplan las necesidades diarias de las personas que residen en el área o cuya operación resulte de baja intensidad y tolerable para el vecindario. Estos espacios comerciales podrían ser clínicas médicas, farmacias y pequeños colmados, entre otros.
Es indeleble que el uso residencial a lo largo de la avenida Teniente César González, es insostenible. Una solución a este problema es revitalizar la comunidad adyacente y los comercios en una forma más funcional y armoniosa para que ambos usos coexistan en armonía.
Como parte de la investigación se creó una propuesta para reconstruir el sector, todos estos comercios serían relocalizados según su función en la vecindad en un tipo de edificio modular de dos pisos.