Se trata de retomar el espacio; una reescritura de los lugares que vivimos. Por lo menos así perciben dos comunidades del área Este sus propuestas de desarrollo basadas en la filosofía ecoturística, una disciplina que propulsa la educación ambiental y la protección del entorno natural.
“La comunidad ha pasado por una serie de actividades, adiestramientos y talleres siempre vinculados a la educación y al ambiente”, indicó Mabel Román Padró, miembro y portavoz del Proyecto Península de Cantera, al describir el modelo de trabajo que implementó esa organización hace más de 15 años.
La líder comunitaria mencionó las campañas de recorrido de escombros, el Festival Ambiental de la Guachinanga (evento anual que incorpora la educación ambiental, la conservación de los recursos y actividades divertidas para toda la comunidad), los paseos por la laguna y los talleres de reforestación de mangles entre algunas de las actividades que han realizado para conocer mejor y al mismo tiempo proteger el ecosistema que circunda ese sector de Santurce.
Román Padró resaltó que la inclusión de iniciativas y proyectos ecoturísticos dentro del Plan de Desarrollo Integral surgió de forma natural, ya que los residentes de Cantera llevan más de una década exponiéndose a temas ambientales y conociendo sus recursos naturales y el valor que tienen.
“La iniciativa del proyecto de desarrollo económico vinculado al ambiente responsable viene desde el año 1995, cuando se aprueba el Plan de Desarrollo Integral para la Península de Cantera. Desde ese entonces, los residentes, los líderes y los colaboradores identificaron los recursos naturales de la comunidad como una fuente de actividades educativas y económicas”, sostuvo.
Video por Janice Mejías/Diálogo
Por su parte, Maricruz Rivera Clemente, residente de la comunidad de Piñones y artífice de la Corporación Piñones se Integra (COPI), señaló que dicha organización surgió ante el peligro que representaba para ese barrio del pueblo de Loíza la construcción de complejos hoteleros como Costa Serena. Manifestó que dicho proyecto amenazaba la comunidad pues conllevaba el desalojo de residentes. Asimismo, implicaba la destrucción del mangle contiguo a ese sector. El controvertible proyecto pondría en riesgo todos los recursos naturales de esa zona.
“Se da la coyuntura de una comunidad cuya integridad e identidad estaba en deterioro”, indicó Rivera. Explicó que a partir de un proyecto de rescate de identidad cultural que incluía la afirmación de la cultura africana, COPI comenzó a retomar aquellos lugares que hoy la comunidad de Piñones ocupa. “Entramos como una manifestación positiva, recuperamos el espacio”, aseveró.
COPI también fomentó el bienestar de su comunidad mediante actividades ecoturísticas y servicios como CicloNatura y AcuNatura, la renta de bicicletas y kayaks respectivamente. Rivera explicó que el proyecto se conceptualizó inicialmente “para darle empleo a los jóvenes de la comunidad, para que pudieran ver la posibilidad de desarrollar microempresas”. Destacó, además, que mediante este tipo de actividades se crea conciencia de que estas alternativas no son solamente para el desarrollo económico, sino que también apuntan a la conservación del ambiente.
Las experiencias de estas dos comunidades ha demostrado que el ecoturismo resulta una gestión beneficiosa tanto para el ambiente como para las entidades que lo gestionan, ya que presenta una opción viable para la autogestión y el desarrollo de microempresas.
Las dos líderes comunitarias entrevistadas por Diálogo expresaron que el ecoturismo es vital en la educación ambiental y la protección de los recursos naturales. El desarrollo y el mantenimiento de espacios verdes y sistemas acuáticos van de la mano con el conocimiento y el aprecio que las personas tengan sobre dichos espacios.
Rivera recalcó que los servicios de AcuNatura y Ciclonatura les provee tanto a los puertorriqueños como a los turistas una buena impresión de la comunidad, de las costas al mismo tiempo que demuestra cuán relevantes son iniciativas como esas en la protección del ambiente.
Igualmente, Román anotó que actividades como Expediciones Península – proyecto que ofrece recorridos acuáticos y terrestres guiados, son “la mejor manera de aportar a la conservación del ambiente”.
El proyecto de Piñones y el de Cantera ofrecen una experiencia “insustituible”: la inmersión dentro de un espacio, donde la persona transita en bote o camina por aquellos lugares que usualmente observa de lejos, sobre el asfalto, dentro de un carro. Ambas propuestas demuestran a visitantes y a residentes, cuán gratificante resulta vivir entre la naturaleza y disfrutar de los beneficios tangibles que obtenemos de ella.