En una histórica gestión por mejorar la calidad de vida de la población y forjar la conservación ambiental, Puma Energy, la Universidad de Puerto Rico (UPR) y el Corredor del Yaguazo en Cataño han aunado fuerzas para que estudiantes desarrollen proyectos investigativos y experimentales que beneficien a la comunidad de Juana Matos. La alianza presentó sus adelantos y planes futuros en una conferencia comunitaria que se llevó a cabo recientemente.
Estudiantes graduados, subgraduados y de escuela superior e intermedia se han involucrado en el proyecto, que lleva ya más de 20 años en la marcha, liderado por Pedro Carrión del Corredor Yaguazo.
“Lo bueno de este proyecto es que le permite a estudiantes de distintos niveles de educación y edades trabajar en sus investigaciones, guiados por estudiantes de grado doctoral y profesores”, dijo Carrión.
En la actividad participaron estudiantes y profesores de los recintos universitarios de Río Piedras, Bayamón y Mayagüez. Los presentadores fueron: Stephen Campbell (nivel intermedio, Colegio San Ignacio), Laura Fidalgo (estudiante doctoral de la UPR en Río Piedras), Wilmer Rivera (estudiante doctoral de la UPR en Río Piedras) y Keyla Soto (maestra de la Escuela Secundaria de la UPR y estudiante doctoral del recinto riopedrense).
Todos han realizado sus trabajos utilizando el humedal del Corredor Yaguazo y sus áreas adyacentes como laboratorios de espacio abierto, que han aprendido a querer y a conservar, a la vez que han cultivado una relación estrecha con su gente.
El joven, Stephen Campbell, que cursa el séptimo grado en el Colegio San Ignacio, fue el primero al turno. A su corta edad, Campbell desarrolló un trabajo investigativo sobre los herbicidas y sus efectos nocivos a la salud de la población. En su proyecto, El efecto de los herbicidas en la actividad enzimática del suelo en un humedal del Estuario de San Juan, el joven observó por unas semanas cómo el riego de herbicidas químicos y biodegradables en unas parcelas contrastó.
Al concluir su trabajo halló que los herbicidas a base de vinagre horticultural son de mayor concentración y no ponen en riesgo la salud de la población, ya que los químicos en los herbicidas convencionales han mostrado ser agentes carcinógenos.
Campbell expuso que, por acuerdo con Carrión, el vinagre horticultural sería el herbicida a utilizarse en los suelos de la reserva natural del Corredor de Yaguazo.
Por su parte, Laura Fidalgo y Wilmer Rivera, de la UPR de Río Piedras presentaron sus trabajos sobre los servicios ecosistémicos de aves y la tolerancia de aclimatación de peces costeros para la rehabilitación de humedales urbanos, respectivamente.
Sus trabajos, ambos de disertación doctoral, se han basado en el humedal del corredor con la colaboración de profesores y de la comunidad. La observación que han realizado ha demostrado que, según Rivera, “la expansión urbana ha ido degradando y fragmentando el sistema y este tipo de fragmentación ha causado la introducción de metales pesados o contaminantes que determinan el desarrollo y reproducción de numerosas especies”.
Finalmente, la maestra de nivel secundario y estudiante doctoral de ciencias ambientales en Río Piedras, Keila Soto presentó su trabajo basado en la nanotecnología aplicada al ambiente. Su proyecto se concentra específicamente en las nanopartículas de hierro para remover metales pesados, tóxicos y carcinógenos para el ser humano.
Soto explicó que, “a través del proyecto se pretende descontaminar el agua y el suelo, y a la vez el producto que se obtiene de la remediación reusarlo para aplicaciones de celdas solares”, lo que implica un beneficio por partida doble.
Con su investigación, la científica ha desarrollado maneras eficientes para remover metales de áreas contaminadas y utilizar el producto para fuentes energéticas. Algo práctico y a lo que se le podría sacar partida en un país, cuya dependencia de petróleo es grande y costosa.
En cuanto a los proyectos, Soto explicó que ha trabajado mano a mano con el doctor Carlos Cabrera de la UPR en Río Piedras, y sus gestiones los han llevado a conseguir los subsidios de entidades como la NASA y la National Science Foundation (NSF).
Su elaborado trabajo, que ya cumple tres años se publicó en la revista The Royal Society of Chemistry a inicios de este año.
Pedro Carrión, líder comunitario agradeció el apoyo y auguró más éxitos, como si haber obtenido el Premio de Calidad Ambiental de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) en el 2014 fuera poco.
El corredor que cuenta con la colaboración de miles de estudiantes de niveles escolares y universitarios dentro y fuera de la Isla, alberga 195 especies de aves endémicas, rústicas y migratorias en una expansión de 1,236 acres de terreno.
El líder comunitario aseguró que, “el trabajo es lento y agotador, pero es lo más gratificante que he hecho”.