Desde el punto de vista analítico de un sicólogo deportivo, esto fue una falta personal, física y fuerte.
De todos los lados que lo miró, especialmente desde el punto de vista emocional, no hay manera de que el doctor Fernando Aybar Soltero, sicólogo deportivo, catedrático y director auxiliar de la Departamento de Educación Física y Recreación del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR), viera bien la forma en la que la Federación de Baloncesto de Puerto Rico (FBPR) manejó el caso de la jugadora Carla Cortijo. Más aun, este caso pone en tela de juicio cuán viva está la perspectiva patriarcal en el deporte puertorriqueño, según el estudioso.
“Pareciese que la federación no la administran por el bien del deportista. Pareciese que la administran como si fuera una corporación”, fueron las primeras tajantes palabras del doctor Aybar Soltero, quien ya conocía del caso, el cual ha protagonizado titulares a granel este viernes y que se ha vuelto un tema recurrente en cuanta red social cibernética existe.
Cortijo manifestó ayer a través de las redes sociales que la FBPR no le había dado el permiso que requiere la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) para firmar con el Dream de Atlanta de la WNBA, la mejor liga de baloncesto femenino del mundo, a pesar de que sí había recibido el visto bueno para practicar con dicha franquicia.
El presidente de la FBPR, Beltrán dijo tarde el jueves en una nota de Primera Hora que la culpa fue del Dream de Atlanta y de los agentes que manejan la carrera de Cortijo, pues existía un preacuerdo con la FBPR de que si Cortijo hacía el equipo tendría que participar como quiera en el Torneo Preolímpico de Las Américas que arranca este domingo en Edmonton, Alberta, Canadá. Mientras, el secretario federativo Paquito Rodríguez se hizo eco de sus palabras durante el programa radial La Descarga Original de Radio Isla 1320.
Al cierre de edición de este artículo, trascendió en el portal ESPN Deportes que, Randy Press, un funcionario del Dream de Atlanta indicó que nunca le habían ofrecido contrato a Cortijo.
“La organización trajo a Carla para una evaluación y luego de que se determinara que no sería eximida de su compromiso con el equipo nacional de Puerto Rico no se le ofreció un contrato”, explicó Press vía correo electrónico a ESPN Deportes.
La cosa se complica aún más, con la publicación por el diario Primera Hora de la reacción del director general de la Liga de Balocesto Superior Nacional Femenino (BSNF), Gaby Miranda, quien le salió al paso a los comentarios del funcionario del Dream.
“Eso de que no le ofrecieron contrato es falso, es genérico. Es un tecnicismo legal para implicar que todo el mundo hizo las cosas bien”, dijo Miranda a Primera Hora.
Así las cosas, Cortijo ahora mismo se encuentra destruida emocionalmente, sin poder jugar en la WNBA y se desconoce si verá acción en el Torneo Preolímpico de Las Américas, pues, al fin y al cabo, la FBPR no puede obligar a nadie a jugar, tal y como se ha visto hasta la saciedad en los casos de los jugadores varones.
“Él puede plantear lo que sea desde su punto de vista, pero la realidad es que hay acuerdos a los que se han llegado para los varones. Aquí fue, ‘no, no, no se puede. Y no se puede y punto’”, resaltó Aybar.
“Los atletas son seres humanos, no mercancía. Entonces, lo que uno ve en los medios, lo que la misma Carla dice, es que esto se tramitó como si fuese un intercambio de bolas y camisetas. Aquí había que darle el espacio a Carla que ella misma merecía, que ella misma se ha ganado. La identidad nacional es algo, pero hay que poner eso en la balanza, porque igual orgullo nos da que se sepa que en el mejor baloncesto del mundo está la mejor baloncelista de Puerto Rico. Si nos vamos al patriotismo, es un honor que cualquier atleta nuestro esté en la WNBA o en la NBA, o en la Liga de Diamantes de atletismo, o en alguna liga europea de fútbol, o en las Grandes Ligas, o boxeando por un título mundial”, manifestó el catedrático, especialista en temas de deporte identidad y deporte y género.
El también autor del libro de texto Fundamentos psico-sociales del deporte y la actividad física resaltó que “si nos vamos al patriotismo, es un honor que cualquier atleta esté allí. Todos saben que le deben a su país”.
“Aquí no estamos hablando de Gigi Fernández o Chayanne Vassallo, que en todo su derecho decidieron no representar a Puerto Rico. Aquí hablamos de la jugadora que ha levantado el baloncesto femenino puertorriqueño en estos últimos años, a quién se le debe mucho, mucho, mucho, que ayudó a Puerto Rico a ganar una medalla de oro histórica en unos Panamericanos (2011), incluso sobre Estados Unidos, y quién le ha demostrado al mundo que en Puerto Rico sí se juega buen baloncesto femenino”, puntualizó el profesor.
Cuando le cuestionamos las posturas manifestadas por algunos federativos de que “el colectivo va por encima del individuo”, Aybar Soltero resaltó que “Carla siempre ha estado para el colectivo, entiéndase su compañeras y su país”.
“Y el hecho de que haya colectivo no implica que se desaparezca el individuo. Pensar en el individuo ante el colectivo no es lo contrario a pensar en el colectivo ante el individuo. Asumir que ella tiene que desparecer como colectivo no aplica, pues la evidencia siempre ha demostrado que ella todo el tiempo ha dicho presente. Ella no está siendo egoísta aquí”, articuló Aybar Soltero, cuyo trabajo de profesor va adscrito también a la Facultad de Educación del recinto riopedrense.
“Un asunto de patriarcado”
El caso de Cortijo, reiteró Aybar Soltero, vuelve a mostrar cómo el deporte puertorriqueño sigue dominado por el machismo, “por decisiones hechas por varones en posición de poder que asumen que toda participación femenina es secundaria”.
“Se ve que es un asunto de patriarcado, que la estructura del deporte puertorriqueño es patriarcal, que esa mentalidad todavía permea ampliamente a pesar de los grandes adelantos que ha tenido el deporte puertorriqueño en años recientes, tanto a nivel competitivo como a nivel administrativo”, dijo.
“Por ejemplo, aquí vemos el que le dicen a Carla que ella puede participar, pero como yo diga. Imagínate que Dallas le hubiese dicho a (José Juan) Barea que perdía su contrato si decidía jugar por Puerto Rico. ¿Qué hubiese pasado? Pero, ¿por qué eso no pasa? Ni siquiera se entiende inconcebible que eso pueda pasar. Igual con Carlos Arroyo y Utah. A ‘Piculín’ (José Ortiz) hasta lo viajaban de Europa a cada rato”, recordó.
“Pero con Carla se ve que ni siquiera le dieron ese beneficio de duda. Pareciese que le dijeron: ‘Sí, sí, nena, vete a practicar, lo que sea, dale’. ¿Eso pasa con los varones? ¿De esa forma? Aquí vemos como se le ha dado trato injusto a la mejor baloncelista de Puerto Rico. Quizás haya pasado con jugadores varones, aunque no lo creo, porque casos recientes, como los de Carlos, Barea y Piculín no me demuestran eso. Lo que veo es un trato muy disparejo, el que ellos recibieron versus el que ha recibido Carla”, finalizó Aybar.