Hace poco estuvimos reunidos en el Viejo San Juan algunos integrantes del colectivo Taller Literario. Cerca de las estatuas de las cuatro estaciones en Plaza de Armas, con café en mano, vi que se acercaba el autor de Vía crucis y redención de un calvo con su acostumbrada indumentaria: camiseta y pantalón negro. Entonces nos movimos a un café cercano a esperar al resto de la tropa…Eric Landrón aprovechó para darme detalles de su próxima bohemia, esta vez titulada Románticos en siglo equivocado. Un trabajo colaborativo que le une a la cantautora Ivania Zayas. Mientras me hablaba fue inevitable no pensar en la ruta consecuente de este Juglar del Pueblo, que abraza causas justas, transforma imágenes en “Fotopoemas” o acuña el término “Pintuversos”. Ahora le ocupa ese recital, y con entusiasmo puntualizó que el mismo está dirigido a la comunidad universitaria, que la música y las poesías serán del agrado de los que se den citan esa noche del viernes, 29 de agosto en el Boricua…Y en medio de tales comentarios aparecen “el escritor residente de Santa Rita”, Antonio Aguado Charneco (quizás el novelista boricua más prolífico de la actualidad) y el bloguero y narrador Ángelo Negrón.
Antonio, con su característica barba blanca a lo Hemingway, lanzó un sonoro saludo matizado con su acostumbrada jerga: ‘Qué hacen soberanos tecatos de la literatura’, mientras Negrón colocó no dos, sino tres sillas porque a la distancia vio al profesor, poeta y narrador Amílcar Cintrón Aguilú, el último de los citados para tal junte. Y aunque no son todos los que son (el escritor Juan Ca Fret Alvira se encontraba de viaje, la bibliotecaria Wanda Cortés tenía diligencias que hacer en el área oeste y al cineasta Rodrigo López Chávez se le complicó la agenda por compromisos laborales) lo cierto es que ya dábamos como hecho inminente el tradicional “intercambio de prisioneros”, es decir, el canje de las piezas literarias que teníamos en proceso, a medio hacer.
Pero antes comenzamos a recordar al poeta Edwin Reyes, que para esos días habría cumplido sus 70 años… Eric y Tony nos narraron algunas anécdotas del autor de ese poemario singular titulado El arpa imaginaria; y también de sus días finales. Un poeta que da la impresión que se nos fue a destiempo –murió a los 57 años en el 2001-, aunque su memoria y su obra siguen presentes entre nosotros.
Después de 30 minutos de tertulia, ya Tony estaba sediento y necesitábamos algo refrescante para aplacar el calor del verano. Todos coincidieron en que había que subir sin demora ‘la loma’ que nos llevaría directo hacia la San Sebastián. Por lo anterior, y a paso de tortuga, transitamos el mismo escenario que Coll y Toste describió alguna vez en El Santo Cristo de la Salud, leyenda que cuenta el motivo que dio paso a la construcción de la Capilla del Cristo (que también sirvió de base para la primera novela de Edgardo Rodríguez Juliá: La renuncia del héroe Baltasar).
Y si cuando dimos el primer paso, en aquella caravana solo era uno el sediento, ya cuando llegamos al colmadito de la ‘Sanse’ era casi unánime la necesidad de hidratarnos con una cervecita, aunque yo terminé haciendo lo propio con H2O. Acomodados en una pequeña mesa, entre los asiduos visitantes del lugar, me di a la tarea de repartir a ‘los talleristas’ (como nos bautizó en alguna ocasión el psicólogo social Edison Viera Calderón) los apalabrados retos de turno. Y es que conociendo el perfil creativo de cada uno de los convocados, distribuí unos “regalos” para provocar un futuro ejercicio literario.
Fue entonces cuando Eric recibió un libro que indagaba los mitos vinculados al arquetipo femenino, materia prima de lo que vislumbra será su próximo libro. Amílcar fue receptor de un periódico que tenía como eje central una investigación arqueológica. Ángelo ya reclamaba la publicación que le correspondía, una que presentaba un muestrario de inventos tecnológicos del futuro. Y Tony quedó fascinado con una revista que narraba las desventuras de los antiguos cátaros.
Y fue precisamente Tony el que dos semanas después concluyó aquella tarea. Firmado con su nombre taíno, Tony Ni-Yamoká, y en formato pdf nos hizo llegar su experimento narrativo con la siguiente dedicatoria: Para ‘Karlos’, el de K-taño, cuyo obsequio -la revista con el artículo en torno al ocaso de los cátaros, y su reto a escribir del mismo- ha gestado este relato, que pudiera ser el inicio de una novela continuación de ARYANATION.Y añadía: También a Ángelo Negrón, acicate en la conversación del “Jangueo Sanjuanero”.
De más está decir que sería un enorme privilegio para este servidor ver transformada tal “provocación” en esa continuación a la que alude; una segunda parte de su primera novela en inglés, que trata de estrategias maquiavélicas de grupos neo nazis, caballeros templarios y pandemias. La misma fue publicada bajo el sello de Publicaciones Gaviota hace dos años.
Y como todos ‘los talleristas’ convocados en aquella ocasión nos quedamos con ganas de continuar tertuliando, el destino nos permitió formar otro “Jangueo Sanjuanero”. Esta vez el artífice mayor de este junte literario es el escritor Luis Antonio Rodríguez, que ha convocado a los presuntos implicados (entiéndase Amílcar Cintrón, Ángelo Negrón, Tony Agudo Charneco, Eric Landrón y este servidor) para formar parte de su recital ‘LARO y sus amigos’.
Es así que el público lector que se dé cita el próximo viernes 22 de agosto, a las 7pm en el Poets Passage del Viejo San Juan (en las cercanías de Plaza de Armas), nos verá en la dinámica acostumbrada: intercambiando –en voz alta y con entusiasmo- los ‘prisioneros apalabrados’ de turno. Con nosotros estará además la poeta Sheila Candelario, quien también forma parte del catálogo de escritores que publicó Taller Literario.
Solo resta decir que usted que lee estas líneas está invitado a que nos acompañe. Y quien sabe si, a lo mejor, en medio de la velada, el Ni-Yamoká Tony Aguado Charneco se anima a leer algo de Catemp: el errante, ese relato que nació tras nuestro “Jangueo literario y Sanjuanero” más reciente.
______
El autor es gestor cultural y periodista.