En los años 2008-2009 para el gobierno cubano resultó evidente que sostener un curso de desarrollo no sería posible sin profundas transformaciones estructurales y sin introducir un sistema de dirección económica más eficiente. Tras un proceso de discusión masiva, en abril de 2011 fueron aprobados los nuevos Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución en el VI Congreso del Partido Comunista Cubano.
En ese documento se precisaron como soluciones básicas a corto plazo eliminar el déficit de la balanza de pagos, responder a los problemas de mayor impacto en la eficiencia económica, motivación del trabajo y distribución del ingreso, así como crear las condiciones infraestructurales y productivas para acceder a una etapa de desarrollo superior.
Un balance sintético de lo logrado en relación a estos propósitos muestra –en primer lugar- un notable avance en el proceso de reequilibrio financiero externo.
En efecto, la balanza comercial total pasó de un déficit de cinco por ciento en relación al producto interno bruto (PIB) en 2008, a 1.6 por ciento en 2013, desempeño que se apoya en una reducción de 32.4 a 19.1 por ciento de las importaciones, también en relación al PIB, y en un incremento de 59.3 por ciento del saldo de la balanza de servicios.
Por su parte, se ha venido renegociando exitosamente una parte significativa de la deuda externa, especialmente con Rusia, en el caso de la contraída con la antigua Unión Soviética, y con México, así como con favorables perspectivas para renegociar con el Club de París.
De tal modo, los pagos realizados han llevado a que la deuda externa estimada bajara de 32.3 por ciento del PIB en 2008 a 30.6 en el pasado año, al tiempo que el servicio de la deuda se elevaba de 2.9 a 5.4 por ciento.
Cabe apuntar que ante la necesidad de incrementar las importaciones para elevar el ritmo de crecimiento económico, se anunció que durante el presente año el pago por servicio de la deuda se elevará a 5,661 millones de dólares –cifra equivalente al 30 por ciento del valor de las exportaciones- con vistas a retomar créditos por una cifra similar, pero en mejores condiciones al liquidarse una parte importante de la deuda vencida.
Estas decisiones deben crear un clima más favorable para obtener un volumen mayor de inversión extranjera directa, y a la cartera de oportunidad de negocios publicada el pasado año, que cubre 246 proyectos por un valor de 8,700 millones de dólares.
En cuanto a la eficiencia económica interna, se registran algunos avances en la productividad del trabajo, que acumula un crecimiento de 10.7 por ciento frente a un aumento de 9.8 por ciento en el salario medio entre 2009 y 2013.
Estos incrementos se logran -aun con una caída de la tasa de formación de capital fijo, que baja de 14.8 a 8.9 por ciento- mediante una reducción del subempleo estatal, donde se computa un recorte de 34 por ciento en el número de ministerios y de 27 por ciento de las empresas estatales, lo que lleva a una disminución de 14.7 por ciento del empleo en entidades públicas, en tanto crece 57.2 por ciento en el sector no estatal, manteniéndose una tasa de desempleo de solo 3.1 por ciento el pasado año.
En relación al desempeño del sector no estatal, se registra ya en el presente año que el número de trabajadores por cuenta propia supera el medio millón, el que junto al sector privado y cooperativo agrícola, más las alrededor de 500 cooperativas no agropecuarias, cubren alrededor de 27 por ciento del empleo, aunque el aporte del sector no estatal al PIB se estima en solo 12 por ciento.
Las perspectivas económicas del 2015 suponen un incremento de la tasa de crecimiento, desde 2.5 por ciento promedio en los últimos años, hasta cuatro por ciento, lo que se apoya en un crecimiento de 13.3 por ciento en las importaciones y 28.7 por ciento en las inversiones, entre los indicadores más significativos.
Estos planes se deben ver favorecidos por el nuevo escenario de gradual normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
En este caso las medidas hasta ahora aprobadas por el presidente estadounidense Barack Obama deben repercutir en un incremento de visitantes norteamericanos –no turistas, categoría prohibida por el bloqueo- que ya se elevó en 36 por ciento hasta abril, que impulsó un crecimiento de 15 por ciento del turismo total en el primer trimestre, lo cual debe inducir ingresos adicionales por unos 60 millones de dólares para Cuba.
También las facilidades para la compra de productos cubanos por los visitantes, en un rango de hasta 400 dólares por persona, incrementará ingresos al país entre otras medidas adoptadas con impacto a corto plazo.
No obstante, no es previsible un levantamiento inmediato del bloqueo estadounidense y algunos analistas estiman que el PIB de Cuba se incrementaría en 0.6 puntos anualmente aun con esa restricción y que una vez que el bloqueo se elimine, puede esperarse un crecimiento de dos puntos porcentuales en las proyecciones.
En ello incidirá el efecto que produce en los actuales socios comerciales y financieros de Cuba esta perspectiva, lo cual se expresa en las declaraciones de gobiernos y empresarios a favor de incrementar en lo inmediato sus vínculos con el país.
Resulta destacable que, si bien quedan aún complejos problemas por resolver en el corto plazo, tales como la unificación monetaria, el completamiento de la descentralización de facultades a las empresas estatales y una mayor participación de los trabajadores en este proceso, sin dudas se abren favorables perspectivas para el desarrollo del país en los próximos años.