Ana Lydia Vega escribió el domingo pasado en su columna de El Nuevo Día, “La omnipresencia de la criminalidad en los medios desemboca en una banalización del fenómeno. Comentar la última atrocidad se vuelve un pasatiempo tan común y corriente como documentar en las redes sociales cada segundo de la agenda personal”.
Los puertorriqueños que sintonizan los noticieros de la Isla, se ven inundados con la avalancha inminente de cobertura criminal y policiaca. Vídeos crudos de accidentes de autos, personas gritando auxilio, la imagen de un cuerpo acribillado a balazos o un cuerpo calcinado, son el pan nuestro en los noticieros boricuas.
Por tal razón, los panelistas del conversatorio “El 10-4 de una nueva cobertura policiaca”, que se llevó a cabo el pasado jueves en la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP), incitaron a los periodistas -en formación y de profesión- a tener prudencia, sentido común y sensibilidad a la hora de cubrir los eventos policiacos.
La herida que ha dejado el paso de la Policía en la Universidad de Puerto Rico ha sido fuerte, manifestó la moderadora del evento Mari Mari Narváez. Pero no solo es la Policía quien tiene que transformarse, también los agentes de prensa, añadió.
“No es solo la Policía la que tiene que transformarse, aquellos llamados a informarnos, a fiscalizar nuestras instituciones y evidenciar de cerca las intervenciones de la Policía con la ciudadanía también tiene una grandísima responsabilidad con nuestra sociedad y estamos estableciendo nuevos parámetros en su cobertura de la Policía pueden ser agentes de cambios”, puntualizó.
Narváez se refirió a los periodistas en formación como los agentes de cambio que reformarán el modo de la cobertura policiaca y les incitó a cuestionarse siempre el uso de la fuerza por parte de la Policía, “porque el uso de la fuerza atenta con nuestro derecho más primordial que es el derecho a la vida”, sostuvo.
Por su parte, Linda Hernández -periodista y exdirectora de noticias- manifestó el efecto dominó para la cobertura policiaca. “Un periodista y un fotoperiodista no llegan a la escena sin que se tomen antes muchas desiciones”, manifestó refiriéndose a todo el equipo editorial, los propietarios de los medios, los jefes de información y los editores, quienes dictan cómo se cubrirán las noticias policiacas.
La exdirectora de noticias de Teleonce, para ejemplificar lo dicho mostró el vídeo de la Huelga de la Telefónica de 1998, el cual se mostró un sinnúmero de veces en los noticieros del País. En el mismo, se observa a la fuerza de choque arremeter con sus macanas contra los manifestantes. Además, muestra cuando los policías arrastran por la calle a un hombre con la cabeza ensangrentada por los fuertes golpes recibidos por la fuerza de choque.
A razón de este vídeo, Hernández recordó su labor periodística y resaltó que, el haber repetido tantas veces el vídeo es “uno de los dolores más grandes” que carga, así como nunca haber tenido la oportunidad de pedirle perdón a la víctima. Pues, opinó que el vídeo pasó de ser informativo a convertirse en banal.
También recordó que como equipo de trabajo periodístico, cuya labor era informar y educar, “habíamos permitido que la bestia se apoderara de nosotros y era el momento de mejorar”, mencionó.
Por otro lado, también los periodistas y fotoperioditas tienen que hacer su parte, apuntó Hernández. Por tal, recordó el vídeo de “un accidente de tránsito donde veíamos a la víctima pillada en el carro. Yo no creo que el medio, ni el gerente, le pidió que lo presentara. Yo creo que ahí no tuvo sentido común el camarógrafo, que no debió tomar nunca esa toma y el periodista y el editor de no llevarlo al aire”, comentó.
“La insensibilidad fomenta insensibilidad y la insensibilidad no es más que un mal social”, puntualizó la periodista y añadió que no solo los vídeos tienden a ser los violadores de los derechos humanos, un titular que diga “la mató por amor” hace la misma función.
En cuanto a derechos humanos, el abogado y profesor William Ramírez, puntualizó en la labor de los periodistas de educar mediante reportajes con investigaciones profundas y con lujos de detalles. De igual forma, incitó a los comunicadores a educarse en derechos individuales del ser humano para tener un trasfondo que permita informar con responsabilidad, sin parcialidades y resguardando los derechos de los ciudadanos.
“No creemos en censura, la prensa es libre, pero tiene que autoregularse porque es un instrumento de derechos humanos”, sostuvo Ramírez, quien cree firmemente en el derecho del pueblo a estar informado.
Por otro lado, el periodista y escritor, Francisco Velázquez, habló de la cobertura de la crónica policiaca en los años 70 y 80, de la represión que usa la Policía de Puerto Rico y del lenguaje clasista con el que los agentes se comunicaban.
“Reprimir, limpiar el área y asegurar el área, eso es lo que ellos hacen, no hacen otra cosa”, opinó el periodista con 25 años de experiencia y 66 “viendo a la policía dando palos en todos lados”.
En cuanto a años anteriores, “la cobertura era igual, era una cuestión totalmente clasista […] los términos se utilizaban con relación a la circunstancias social”, argumentó Velázquez.
En relación a la prensa boricua, “la verdad es que aquí siempre ha habido un periódico de escándalo. Hace 20 años que en la Isla no hay un periódico de sucesos […] el periódico es un reflejo del público lector y le da al público lector lo que quiere”, sentenció.
Al abrirse los micrófonos para preguntas, la estudiante María de los Milagros Colón señaló que las sociedades suelen reproducir los prejuicios y construcciones que observa, entonces, ¿cuál es el rol de la academia? Para esta pregunta los panelistas le pidieron a los mismos profesores de la Escuela de Comunicación que contestaran.
“Hay que ponerse en el lugar del otro, hay que ponerse en el lugar de quien se va a escribir”, contestó Mario Roche. Por su parte, Nora Soto complementó, “yo creo que sí, que a la Escuela le compete y debe asumir por renovar un interés […] hoy en la carrera por salir primero, de quien presente el vídeo más dramático, no es eso. No creo que sea lo que necesite el País, no creo que es a lo que aspiramos nosotros a fomentar a nuestros estudiantes”.
La actividad estuvo auspiciada por la institución sin fines de lucro Espacios Abiertos y el Programa de Estudios Interdisciplinarios del recinto riopiedrense. Contó, además, con la asistencia de estudiantes de la Universidad de Sagrado Corazón.