Ante el reconocimiento de que un recorte de $450 millones al presupuesto de la Universidad de Puerto Rico (UPR) es inaceptable, Marysel Pagán Santana, presidenta del Consejo General de Estudiantes (CGE) del Recinto de Ciencias Médicas (RCM), confía en que aún hay otras alternativas por discutirse, siempre y cuando la administración coopere con el estudiantado.
Y es que aún cuando la mayoría de los fondos que recibe el RCM son federales, el recorte planteado en el Plan Fiscal para Puerto Rico que el gobierno de Ricardo Rosselló Nevares presentó a la Junta de Control Fiscal (JCF) a principios de mes no deja de causar preocupación entre los alumnos.
De acuerdo con Pagán Santana, la eliminación de los $450 millones –un 54% de la aportación estatal al primer centro docente del país– provocaría una reducción en los programas académicos, así como una merma en la disponibilidad de los equipos y materiales de laboratorio.
Otro tema de preocupación entre los alumnos es el aumento en la matrícula –unos $630 al año para los estudiantes graduados– que propone el borrador del plan fiscal de la UPR para el próximo año académico que comenzará el 1 de julio. Esto, sin considerar el ajuste por ingreso familiar.
Según Pagán Santana, quien cursa un doctorado en la Escuela Graduada de Salud Pública, los alumnos de la Escuela de Medicina muchas veces recurren a préstamos para poder pagar sus estudios y terminan con deudas de $100,000 o $150,000, dinero que al graduarse no pueden saldar.
“El aumento en la matrícula subiría los préstamos y los estudiantes no van a poder pagarlos. Mucha gente piensa que nos graduamos sin deudas pero esa no es la realidad”, aseguró la joven de 27 años.
El tema de las acreditaciones también levanta angustias. En el caso de Ciencias Médicas, todos los programas tienen que estar acreditados para que –una vez graduados– los estudiantes puedan ejercer la profesión con las competencias reconocidas en su campo.
Estas mismas preocupaciones han llevado a que el estudiantado de las otras diez unidades del Sistema UPR decidan irse en paro en distintos momentos del año académico en curso. Para Pagán Santana, empero, es importante dejar claro que cuando el estudiantado toma la decisión de hacer un paro o una huelga, no es porque esta haya sido la primera opción, sino porque los diálogos no han rendido frutos.
“Hay que presionar a la administración para que realmente se sienta a tener un intercambio de ideas y a hablar sobre el problema, y no simplemente decirnos a nosotros ‘yo lo voy a hacer así y si quiero comparto un documento contigo o no lo comparto’”, señaló la presidenta del CGE.
“Ahora mismo hay tres documentos –el plan fiscal, la evaluación de programas académicos y uno de reestructuración administrativa– que se les presentó a los rectores pero a los que los estudiantes no tenemos acceso. Por un lado, se mantienen diciendo ‘es un documento de trabajo, los estudiantes no pueden participar’ pero por otra parte dicen que quieren participación de todos los sectores. Lo que demuestran es que lo van a imponer de la forma en que más les convenga”, agregó.
Consecuentemente, los estudiantes del RCM, como parte de sus propuestas, están trabajando en identificar las aportaciones que hace dicha unidad al país. Y es que esta institución presta servicios a distintas agencias gubernamentales –Departamento de Salud, por ejemplo– que no se cobran porque son parte del currículo de los estudiantes, lo que redunda en un ahorro ya que la agencia no tiene que reclutar personal.
Otra alternativa para reducir el millonario recorte, al igual que han propuesto los demás universitarios del sistema público, es la “colaboración con las diferentes agencias del gobierno, y estamos claros que hay unos servicios que podemos dar separados de los que ya damos”.
Pagán Santana admitió que al momento sería muy anticipado decidir qué acción tomará el estudiantado del recinto si el gobierno no decide aceptar las propuestas de los estudiantes.
“Yo pienso que con el hecho de que se haya extendido la fecha de entrega del plan fiscal de la UPR [para el 31 de abril], quizá tengamos un tiempo para que la administración se siente con nosotros y el Ejecutivo también y se sigan identificando alternativas de ingreso para la UPR”, manifestó la líder estudiantil.
“Pienso que luego de la asamblea nacional podríamos tener una segunda asamblea local donde discutamos las medidas de acción que se tomarán. Creo que hay oportunidad para que no se llegue a medidas de cierre institucionales. Hay otras alternativas, pero depende mucho de la administración”, sumó.
La universitaria mencionó que entre las medidas de presión que están evaluando está llegar a las comunidades a las que les ofrecen servicio, explicarles cómo esos servicios se pueden ver afectados y que estas personas los ayuden a ejercer presión ante los representantes y legisladores, “quienes han estado bien silentes en todo este trayecto del plan fiscal de la UPR”.
“Muchas veces estos servicios se ofrecen en comunidades desventajadas, vulnerables y que tienen poco acceso a la salud. En todo Puerto Rico el recinto aporta y es importante que el gobierno lo acepte antes de hablar de reducciones al presupuesto”, indicó.
La UPR sigue siendo el primer centro docente del país
A juicio de Pagán Santana, la universidad está siendo atacada por varios sectores, entre ellos el gobierno y los medios de comunicación. Ante este panorama, la alumna exhortó a promulgar todos los beneficios que la UPR hace al país.
“El rol de nosotros es recuperar la buena imagen de la universidad. Siempre fuimos reconocidos como el primer centro docente del país y nos recostamos de eso, y cuando damos un servicio no nos identificamos como UPR. Por ejemplo, hice un internado en Lares y nunca me identifiqué como UPR. Yo era Marysel Pagán, a pesar de que estaba dando un servicio por ser estudiante de la universidad. Esa población no vio la aportación de la institución. Tenemos que mejorar eso. Tenemos que reconocer que tenemos un impacto en el país y a veces nosotros mismos no lo damos a conocer”, puntualizó la presidenta.