Deconstruyendo las pelotas, una exposición que comenzó a presentarse este mes en Área, una plataforma de exhibiciones artísticas ubicada en Caguas, contiene una colección de 19 piezas de artistas jóvenes sobre la violencia machista.
La muestra, curada por esta servidora, fue concebida inicialmente como parte de la jornada de actividades que anualmente llevan a cabo activistas feministas para conmemorar el Día de la eliminación de la violencia contra las mujeres, el 25 de noviembre. Esta efeméride se estableció durante el Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe en el 1981, inicialmente a modo de homenaje a las valerosas hermanas Mirabal, quienes fueron asesinadas luchando contra la dictadura de Leónidas Trujillo en la República Dominicana. La fecha de la exposición se adelantó para el mes de septiembre por motivos del calendario de actividades de Área.
La exposición contiene obras en diferentes formatos desde pintura, grabado y escultura hasta afiches y pasquines. Se buscó que, además de que el público pudiese apreciar las piezas por su valor estético, también pudieran percibirlas como una herramienta pedagógica sobre el tema de la violencia de género.
Una de las 19 piezas de la exposición.
La expectativa es que este proyecto artístico aporte a la concienciación de la gente, especialmente de las comunidades de Río Piedras, Santurce y Viejo San Juan (no sólo en el espacio de Área). Con esta meta en mente, se organizaron brigadas de artistas para pasquinar las avenidas Ponce de León y Muñoz Rivera, así como áreas del Viejo San Juan. La idea es plantear el problema de la violencia de género artísticamente a un público que quizás no frecuenta los círculos del arte en Puerto Rico.
Lo que intentamos es que nuestro mensaje de no más violencia contra las mujeres se divulgue ampliamente y provoque diálogos y acciones para luchar contra esta situación. Es por eso que no nos conformamos solamente con plasmar el trabajo en las paredes de una galería.
La idea para la exhibición surgió ante la preocupación de lo arraigada que se encuentra la violencia machista en nuestro país. Y es que la violencia contra las mujeres se manifiesta de diversas maneras, desde un simple gesto hasta la agresión física que en muchas ocasiones es desatendida por las autoridades pertinentes y el resultado es la muerte de la mujer.
En la exposición no se utiliza el término violencia “doméstica”. Una de las razones es que ese concepto nos parece inadecuado para tratar la violencia que sufren las mujeres que, aunque en la mayoría de las ocasiones los incidentes suceden en el ámbito del hogar, no por esto se debe considerar como algo “privado”. La violencia contra las mujeres es un problema social que afecta a muchas personas en su círculo y no solo a la víctima en sí.
El próximo sábado, 4 de octubre se llevarán a cabo actividades de cierre tanto para la muestra Deconstruyendo las Pelotas como para Últimas tendencias, curada por Emilia Quiñones Otal. Se proyectará la película española Te doy mis ojos y se realizará un conversatorio, un coctel y un performance.
Rosenda Álvarez Faro – "Negación" – serigrafía sobre papel de estraza pasquinada en Viejo San Juan / Foto Suministrada.
¿Por qué es importante abordar el tema de la violencia contra las mujeres artísticamente?
Aparte de la razón más obvia (la violencia contra la mujer es un asunto de derechos humanos), los datos estadísticos disponibles nos revelan continuamente cuán alarmante es el problema de la violencia contra la mujer aquí en la Isla.
De acuerdo a las estadísticas en el sitio web tendenciaspr.com (auspiciado por el Programa de Estudios de la Mujer y el Género de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras) para los años 2005-2006 (años más recientes de los que encontramos datos), la población de Puerto Rico para el 2005 era de 3,865,280 habitantes, de los cuales 2,020,126 eran mujeres. Hasta esa fecha se habían reportado en la Policía 20,695 incidentes de violencia doméstica.
Si le parece que esa cifra es muy alta, recuerde que estos son solo los incidentes reportados a la Policía, por lo que hay miles y miles de casos más que no aparecen en las estadísticas porque existen mujeres que atraviesan por esta situación y no lo informan. Algunas no lo hacen por miedo, pues han sido amenazadas por su pareja; miedo a ser juzgadas o a que las autoridades no les crean. Otras tienen la esperanza de que el hombre puede cambiar y que lo que le pasó no le volverá a ocurrir.
La situación de las mujeres a escala mundial no presenta un mejor panorama. De acuerdo a los datos provistos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), siete de cada diez mujeres en el mundo manifiestan haber sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida y una de cada cuatro mujeres sufre violencia física o sexual durante el embarazo.
Además, 603 millones de mujeres viven en países donde lo que llaman violencia “doméstica” todavía no se considera un delito. Pero si nos parece barbárico que tantos millones de mujeres vivan en esas condiciones, ¿qué les parece un país como el nuestro, donde a pesar de contar con un mecanismo legal, como la Ley 54, para supuestamente proteger a las mujeres de este tipo de violencia, continúa en incremento el número de mujeres que perecen asesinadas por sus parejas anualmente?
¿Qué nos queda? Para seguir luchando para erradicar ese tipo de violencia, la herramienta primordial es la educación y junto con ella el arte.
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La autora es gestora cultural y escritora de arte independiente. Forma parte del grupo de colaboradores permanentes de Diálogo Digital.