En inmigración no le creían que era catedrática puertorriqueña; la confundían con otras mujeres de luchas raciales; la llamaban dominicana; pensaban que había logrado llegar al sitial en el que se encontraba debido a las cuotas raciales exigidas por reglamentación federal y en los centros comerciales le hablaban inglés, pues la consideraban extranjera, contó Palmira Ríos, catedrática de la Universidad de Puerto Rico, recientemente galardonada con la medalla Martin Luther King Jr. – Arturo Alfonso Schomburg.
“Nos hablan en inglés porque somos negros y la muchacha piensa que no existen negros en Puerto Rico”, le contestó Ríos González en voz alta al menor que la acompañaba en el centro comercial donde le hablaron inglés.
La decana de Asuntos Académicos del Recinto de Río Piedras siempre ha estado clara en sus convicciones. Criada en el seno de una familia en pro de los derechos humanos y la igualdad, Ríos González ha continuado con esta lucha contra el racismo en Puerto Rico. Precisamente, su entrega y dedicación a esta causa fue el motivo por el cual esta visionaria mujer recibió el pasado 5 de febrero la medalla Martin Luther King Jr.- Arturo Alfonso Schomburg de la Comisión para propiciar la Igualdad Racial en Puerto Rico del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico (CAAPR). La medalla se denomina Luther King en honor al líder negro norteamericano que protagonizó las luchas por los derechos de la raza negra, y Schomburg por el destacado intelectual puertorriqueño -quien no solo fue pionero en las luchas raciales en los Estados Unidos- sino que fue un modelo a seguir para Luther King.
“Es ciertamente algo gratificante y valida lo que uno ha estado haciendo por muchos años, algo en lo que yo creo profundamente”, declaró sobre el homenaje que recibió y que visualizó como un reconocimiento del País.
La egresada del recinto rioperdense, junto con otros compañeros, creó en los ’90 el Instituto Puertorriqueño de Estudios en Raza e Identidad (IPERI), mediante el cual se logró impulsar la discusión sobre el racismo en la Isla desde la academia.
También, a través del Instituto, Puerto Rico comenzó a participar en actividades internacionales en la lucha contra el racismo. Ejemplo de ello fue el proceso preparatorio que se realizó aquí en la Isla de cara a la III Conferencia Mundial contra el Racismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se celebró en Durban. Durante ese evento se creó un amplia red de organizaciones de las Américas -desde Canadá hasta Chile- las cuales van creciendo, colaborando y nutriéndose mutuamente en toda esta lucha.
“En Puerto Rico se celebraron muchas reuniones. Los universitarios, la sociedad civil puertorriqueña estuvo participando muy activamente en este proceso”, resaltó Ríos González.
La decana destacó que la Universidad ha jugado un papel muy importante en la educación ciudadana acerca de estos temas. “Ha sido nuestro espacio de trabajo y hemos recibido el apoyo de la Institución y de las diferentes unidades para poder impulsar esa actividad y esa lucha”, aseguró.
No obstante, la doctorada en la Universidad de Yale siente que aún falta mucho por hacer. “El momento es importante para empezar a reconocer un trabajo que todavía está incompleto en Puerto Rico ”, subrayó.
Se refiere así, a que aunque en la Constitución de Puerto Rico está prohibido el discrimen por raza y color la práctica es otra. “Eso es papel. En términos de acciones de políticas públicas, de consciencia, estamos todavía muy rezagados”, puntualizó Ríos González.
La exdirectora de la Escuela Graduada de Administración Pública comentó que el tema de la desigualdad y el racismo es uno que tiene mucho que ver, incluso, con la situación fiscal que atraviesa el País en estos momentos.
“Es cómo retomamos esas iniciativas, cómo le damos unas nuevas miradas, unos nuevos énfasis. No podemos salir o hablar de que vamos a superar las crisis y quedarnos más desiguales. El combatir la desigualdad tiene que ser parte de la salida a las crisis fiscales y económicas y este es un elemento de la desigualdad”, dijo con voz contundente quien presidió la Comisión de Derechos Civiles de Puerto Rico, del 2003 al 2008.
Para Ríos, no se puede pretender discutir la pobreza y la desigualdad sin mirar al racismo como un factor que genera disparidades y exclusiones.
El blanqueamiento de los boricuas
En el Censo del 2010, aproximadamente el 76 por ciento de los puertorriqueños se consideró blanco. Aunque cabe destacar que aumentó a un 12 por ciento las personas que se consideran negras, frente a un ocho por ciento en la década anterior.
La activista de los derechos civiles comentó al respecto que “los censos lo que hacen es evidenciar la negación que prevalece en nuestro País y muchos otros latinoamericanos donde se niega que la raza existe”.
“En términos de la visión del puertorriqueño, pues pensamos que los puertorriqueños somos blancos y los negros son otros. Hablamos de las islas, como si Puerto Rico no fuera una isla”, apuntó y añadió, “gente evidentemente negra, marcó blanco”.
Ríos González está clara de que la raza desde el punto de vista biológico no existe, aunque sí la construcción social en torno a ella. Indicó que por ende “hay unas consecuencias por cómo nosotros las construimos y el Censo recoge esa realidad de una construcción social de la raza y las desigualdades, porque no es que se construyan razas es que se establecen jerarquías entre ellas”.
No es por decir que hay más negros o blancos, prosiguió, “sino para poder hacer un análisis, por ejemplo, de las desigualdades: en qué forma las desigualdades en Puerto Rico tienen una dimensión racial. En cuanto a las diferencias en acceso a la educación, a trabajo, pobreza, las cárceles”.
Y es que esta construcción social de la que habló Ríos González, se nos ha ido inculcando desde muchas instituciones, en la educación por ejemplo. Nos hacen memorizarnos la poesía de Luis Lloréns Torres que exalta al jíbaro puertorriqueño, aquel que desciende de blancos puros. También leemos a Luis Pales Matos quien con un romanticismo de lo negro, solo lo reduce a baile, trabajo y fiesta.
“Ciertamente uno lo mira en la Literatura tradicional, cómo se ha tratado de esconder la negritud, o soslayar, o ponerlo como algo secundario. Igualmente, negar el racismo. Un país mestizo como el nuestro no se valora esa herencia o se subvalora, se trata de negar”, enfatizó.
“Si nuestros niños y nuestras niñas nunca ven figuras positivas afrodescendientes, ¿cómo van a crear consciencia y orgullo?”, cuestionó la catedrática de la primer institución docente del País.
Sin embargo, no podemos pensar que esto es solo un mal de Puerto Rico o de las Américas. Por primera vez, la ONU declaró el Primer Decenio Internacional para los Afrodescendientes que se llevará a cabo desde 2015 hasta 2024. La ONU designa este periodo de tiempo para invitar a la comunidad internacional a estudiar un problema para atenderlo, discutirlo y ofrecer alternativas.
La Universidad de Puerto Rico por su parte, ha respondido con afirmación a este llamado y ya se está propiciando que las facultades lleven a cabo actividades y que la discusión se mantenga para crear conciencia.
Ríos González adelantó que la Escuela de Derecho de la UPR ya se comprometió a crear un programa pro bono para educar, orientar y concientizar sobre la igualdad racial y propiciar equidad en el acceso a la justicia. De igual forma, Radio Universidad incluirá la temática en varios de sus programas. Asimismo, la Universidad convidará a expertos internacionales, como el activista afrocolombiano Jhon Antón Sánchez, para que vengan a ofrecer conferencias sobre el tema.
“Nosotros como universidad tenemos seriamente una gran obligación, tanto o más que otras instancias, porque nosotros como universidad tenemos la obligación de formar estudiantes y futuros profesionales, de fomentar la investigación y el servicio e integrar la dimensión y el compromiso con la igualdad de los afrodescendientes en el País”, enfatizó.
¿Qué significa ser afrodescendiente en Puerto Rico?
Para Ríos González, no solo basta la educación, sino que también hay que crear conciencia y orgullo de lo que significa ser afrodescendiente.
“Es mi experiencia, es una lucha constante porque se le reconozca a uno como lo que uno es, no como que uno es otra cosa, como que uno es parte de este País. No es que soy isleña, no es porque mi consciencia vino porque estudié en Estados Unidos, sino porque uno vive las contradicciones de Puerto Rico”, dijo tras contar cómo ha sido subvalorada por considerar sus logros como affirmative action.
“Estados Unidos, bien o mal, tiene un presidente negro y aquí estamos a años luz, porque los candidatos con posibilidad no son ni cercanamente”, mencionó y aseguró que lo que admira de los norteamericanos es la lucha que existe. Resaltó, además, el movimiento Black Lives Matter como crucial para combatir los abusos por parte del Estado.
La profesora del recinto riopedrense, resaltó que en Puerto Rico hay que “reconocer que la herencia, la cultura y la identidad puertorriqueña, es producto de muchos factores y que somos un país diverso y que en vez de tratar de soslayarlo e ignorarlo, vamos a celebrarlo”.
Tras recibir el premio del CAAPR, Ríos González declaró que el galardón que se le confirió “es una oportunidad de reconocer una lucha en la cual todos estamos en deuda”.