El Comité Pro Restauración de la Laguna de Guánica, denunció esta mañana que la Autoridad de Tierras de Puerto Rico (AT), con el aval del Departamento de Agricultura (DA), se encuentra habilitando los terrenos al norte de ese cuerpo de agua con la intención de llevar a cabo un proyecto agrícola de siembra de arroz mediante el desmonte de vegetación y el uso de maquinaria pesada.
Se informó que ese último proyecto se encuentra en su etapa conceptual. Todo el movimiento de tierra y material vegetativo resultado de esta deforestación está siendo utilizado para rellenar parte de los humedales existentes en el litoral norte del sistema de humedales del antiguo lecho de la Laguna de Guánica. Además, los árboles cortados están siendo quemados en el área de los humedales. Hasta el presente se han deforestado unas 120 cuerdas de bosque secundario con una sucesión ecológica de aproximadamente 40 años.
“Los humedales están protegidos por leyes estatales y federales. En estos momentos se han hecho querellas ante la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) y ante el Cuerpo de Ingenieros, ellos están haciendo investigación para ver qué leyes han sido violadas hasta este momento, al igual que los reglamentos del Departamento de Recursos Naturales (DRNA)”, explicó a Diálogo el portavoz del Comité Pro Restauración, Roberto Viqueira Ríos.
Este movimiento de tierra está llevándose a cabo sin el uso adecuado de un plan de control de erosión y sedimentación (Plan CEST), como lo exige la Junta de Calidad Ambiental en estos casos, según indicó el Comité. Además, el grupo alegó que estos hechos conllevan un acto ilegal y violan varios estatutos federales para la Protección de Humedales de la EPA, como el acta de Aguas Limpias y la reglamentación del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos. También, aseguran que estas acciones violan leyes estatales bajo la jurisdicción del DRNA, como el reglamento de vida silvestre, el reglamento de movimiento de corteza terrestre y el reglamento de poda y corte de árboles.
El Comité Pro Restauración de la Laguna de Guánica considera estas acciones como un crimen ambiental y exige que este hecho no quede impune. Esa organización ambiental le exige al gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, tomar cartas en este asunto y que ordene al Departamento de Agricultura detener inmediatamente el relleno y destrucción del sistema de humedales del La Laguna de Guánica.
La vegetación existente en el área consta de árboles de Aroma, Ballahonda, Ucares, Palos de Rayo y otros. También se pueden encontrar especies de cactus como el Sebucán, la Pitahaya y Arepas los cuales son protegidos por el DRNA. Este tipo de bosque secundario está siendo deforestado en el pico de la época de reproducción de muchas especies de aves nativas, tales como: turpiales, pitirres, ruiseñores, reinitas mariposeras, clérigos, falcones, varias especies de tórtolas y palomas, además de algunas aves migratorias. Se estiman en cientos los nidos activos de aves que han sido destruidos.
La Laguna de Guánica era la laguna de agua dulce más grande de todo Puerto Rico y considerada uno de los humedales más importantes del Caribe. En la década del 1950 la Laguna fue drenada en conjunto con otros cuerpos de agua en el Valle de Lajas con el propósito de maximizar la utilidad de estos terrenos para la producción de caña de azúcar, según explicó el Comité a través de un comunicado. Esta acción trajo como consecuencia que más de 3,000 cuerdas de humedales fueran destruidas. La mayor parte de los terrenos de la Laguna de Guánica son administrados por la Autoridad de Tierras de Puerto Rico, adscrita al Departamento de Agricultura de Puerto Rico.
El uso para la agricultura de estos terrenos fue muy limitado debido a las condiciones persistentes de humedad, poco drenaje y suelos pobres y de alto contenido de sales. Una vez finalizada la producción de caña en la Isla, a finales de la década del 70, el proyecto del Valle de Lajas fue abandonado por el gobierno y la Laguna de Guánica pasó a ser una especie de mosaico de humedales que serían unidos mediante el Proyecto de Restauración, según destaca el comunicado.
Desde que la Laguna fue drenada, las comunidades aledañas se han organizado para luchar a favor de su restauración y han contado con el apoyo del DRNA desde su creación al igual que con el de todas las administraciones municipales de Guánica hasta el presente, incluso, con el apoyo de alcaldes, senadores y representantes de la región.
“Lo que sucede ahora mismo es que la Autoridad de Tierras ha cerrado el acceso a la comunidad e incluso le ha negado el acceso al Departamento de Recursos Naturales, incluso ayer estuvimos en el área y nos denunciaron por entrada ilegal a un terreno del gobierno”, aseguró Viqueira.
Según alegan los propios miembros del grupo, al Proyecto de Restauración de la Laguna de Guánica actualmente se les oponen algunos sectores de la comunidad agrícola y la propia secretaria de Agricultura, Myrna Comas. De acuerdo con el Comité, estos últimos argumentaron que el proyecto tendría efectos adversos a la agricultura de la región, alegato que no ha sido sustentado científicamente.
Por el contrario, la restauración de la Laguna de Guánica podría realizarse sin que esto necesariamente conlleve un impacto adverso a la agricultura de esa zona, según afirma los defensores de la laguna en el comunicado circulado. El Comité Pro Restauración de la Laguna de Guánica, al igual que sus asesores científicos, entienden que tales impactos serían mínimos y que los beneficios al ambiente y al desarrollo socioeconómico de la región sobrepasarían, por mucho, los posibles efectos adversos.
El Comité de Restauración asegura que tanto el desarrollo agrícola del área como la restauración de la Laguna son completamente compatibles y ambos proyectos pueden coexistir para el beneficio de todos los puertorriqueños. También desean enfatizar que un proyecto agrícola como el que contempla el Departamento de Agricultura es viable en los terrenos aledaños al antiguo lecho de la Laguna de Guánica si se toman todas las medidas pertinentes para proteger la vida silvestre y la flora utilizando prácticas de manejo adecuadas y preparando un plan agrícola de desarrollo sostenible en coordinación con el DRNA que proteja los humedales existentes, “de hecho, el agrónomo podría utilizar el agua de la Laguna para mantener el flujo de agua”, explicó el portavoz del Comité.
Diálogo intentó comunicarse con la secretaria de Agricultura, Myrna Comas, pero al momento de la publicación no habían sido atendidas las llamadas.