Moral o inmoral, legal o no, la realidad es que muchos puertorriqueños recurren a la pornografía cibernética frecuentemente. Al menos así lo demuestran los datos provistos exclusivamente a Diálogo por Pornhub, página web pornográfica de mayor alcance en el mundo.
El usuario promedio de Puerto Rico invierte nueve minutos y 57 segundos en esa página. En ese tiempo, se presume que satisface sus necesidades, deseos o simplemente se entretiene un poco. Ese lapso es 37 segundos más extenso que el promedio mundial.
“Cuál es la intención no se sabe, pero nueve minutos da tiempo para un montón de cosas desde un punto de vista que implica lo que es el mirar y lo que la intimidad representa. Nueve minutos es suficiente para un descargue. Es mucho, en términos de tiempo”, aseguró José Carrasquillo, psicólogo social y exprofesor de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Carolina.
Puerto Rico, enraizado dentro de un fuerte discurso moral, ocupa la posición 61 en el tráfico de la página Pornhub. La compañía, que se dedica a la producción de contenidos pornográficos, contrastó ese dato con la cantidad de habitantes que tiene la isla, un número pequeño si se compara con el resto de los países usuarios de esta página que van desde Estados Unidos hasta Irlanda e India.
Hormigueros: dónde más se consume pornografía
Aunque el tiempo promedio nacional que pasa la gente navegando en Pornhub es menos de diez minutos, hay pueblos que tardan más —a veces mucho menos— en “terminar el trabajo”, como describió la empresa estadounidense el consumo de material pornográfico.
Los datos suministrados por Pornhub a Diálogo revelan que es el pequeño municipio de Hormigueros donde más tiempo las personas invierten consumiendo pornografía, con un estimado de 10 minutos y 39 segundos. Le siguen Trujillo Alto y Las Piedras, ambos con 10 minutos y 30 segundos, 33 segundos por encima del promedio.
Con una población de 17 mil personas, este pueblo —hogar del altar a la Virgen de la Monserrate— sobrepasa municipios como San Juan y Ponce, que gozan de una mayor cantidad de habitantes y áreas recreativas y de esparcimiento.
“Hormigueros es de los pueblos con menos poder adquisitivo. El punto aquí no es estigmatizar la pobreza, sino que tiene que ver con las expectativas y cómo la gente lidia con la ansiedad y el sufrimiento. [La pornografía entonces] sigue siendo una manera de escape a los aspectos de la realidad que nos circundan”, explicó Carrasquillo, atribuyendo este comportamiento en parte a la situación económica actual de la isla.
Por otra parte, para el sociólogo Félix López, este dato levanta varias interrogantes sobre el comportamiento en las diversas áreas de Puerto Rico, especialmente en el área Oeste.
“Faltan muchos más datos para desarrollar una comprensión [de esa situación], pero ante estos datos salta la pregunta sobre cómo es el comportamiento en Puerto Rico en el área rural y el área urbana”, expresó López, quien se desempeña como profesor en la Universidad de Puerto Rico en Humacao.
No obstante, otros pueblos con mayor cantidad de población como San Juan y Ponce también se encuentran en la lista de consumidores por encima del promedio nacional. Cabe destacar que estos municipios también cuentan con recintos universitarios, lo cual podría influir en el resultado, pues la población entre 18 y 24 años es la más activa en la búsqueda de contenido pornográfico en Puerto Rico con un 33%, de acuerdo a las estadísticas de Pornhub.
“Depende de la distribución del tiempo y el ocio, pero ese grupo de edades (18 a 24) siempre es el grupo que más consume, sobre todo los que llaman profesionales en formación. Son las edades en donde las personas tienen mayor acceso al consumo porque ya quizá tienen su experiencia de trabajo, se están graduando o tienen poder adquisitivo. Que no es lo mismo que una persona de 40 años, que en promedio tiene más gastos o tiene menos tiempo que los llamados ‘millennials’”, añadió Carrasquillo.
Además de ese sector poblacional, las estadísticas demuestran que los puertorriqueños entre las edades de 25 y 34 años componen el 24 por ciento del total de visitas a Pornhub.
A López, le pareció interesante la representación de todas las edades adultas, aun cuando el promedio nacional de las visitas es de individuos de 36 años, mayor al promedio global de 35.
“Mínimamente, lo que me dejan saber estos datos es que Puerto Rico no está exento de ese reordenamiento de la sexualidad a través de la pornografía virtual de mercado. Me sorprende que en todas las edades hay una participación, aunque sea mínimo en algunos, es un fenómeno que atraviesa las edades, aunque está enmarcado en la edad de 36 años”, agregó López.
La mujer y las categorías más populares
De las gráficas provistas por Pornhub, resalta el hecho de que el consumo pornográfico femenino en Puerto Rico tiene el porcentaje más alto registrado por esa página cibernética a nivel mundial. En ese renglón, Puerto Rico registra un 34%. Esa cifra contrasta significativamente con lo que se reporta de otros países. El consumo pornográfico femenino para el resto del mundo, según el site es de 24%. Sobresale que la categoría más vista es la de Lesbianas, una tendencia global.
El rol de la mujer en la pornografía ha sido altamente debatido, especialmente en el ámbito académico y los grupos feministas. Según la tesis Sexualidad, Pornografía e Internet: Más allá de lo gráfico, el movimiento feminista de los años 70 denunciaba la pornografía porque promovía la violencia contra la mujer.
“Condenaban la pornografía por ser una amenaza para las mujeres sobre todo por ser una presentación errada de la mujer: sumisa, siempre dispuesta a servir a los instintos sexuales masculinos. Las campañas de lucha contra la pornografía denuncian el sexo y la violencia hacia las mujeres y la pornografía como el equivalente sexista, racista e injustamente discriminatoria, que presenta a la mujer como un objeto sexual”, esboza el trabajo de grado de Bárbara González Hilario, del Departamento de Psicología de la UPR, Recinto de Río Piedras.
Para Carrasquillo, la representación de la mujer en estos vídeos sexuales se basa en estándares normalizados. Indicó que la explotación de la figura de la mujer ha sido muy estereotipada.
Comentó que esto se percibe, principalmente en los escenarios que representan, que incluyen “relaciones incestuosas de todos tipos, dirigida a diferentes públicos”. A esto agregó que “la categoría de lesbianas generalmente está dirigida a la mirada heterosexual, a la población masculina, aunque también es una categoría bien estereotipada”.
Para Carmen (seudónimo para proteger su identidad), usuaria de múltiples páginas pornográficas, a veces le resulta absurda la manera en que la mujer es personificada en estos vídeos.
“Reconozco que la industria de la pornografía es una mayormente dirigida hacia un público masculino y tienden a explotarse los cuerpos de las mujeres. Hay vídeos que simplemente tengo que quitarlos de inmediato porque me incomodan, se nota que la mujer en el vídeo no está disfrutando para nada”, confesó la estudiante de la UPR, Recinto de Río Piedras.
Aunque las estadísticas presentadas aquí solo se concentran en el acceso a un solo sitio cibernético, permiten vislumbrar cómo se consume en la isla este tipo de contenidos. Haría falta recopilar información de diversas fuentes y medios para comenzar a estudiar y a entender mejor este fenómeno.
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