El teatro cuenta historias, historias de amor, violencia, racismo, o simplemente cosas del día a día, que igualmente son relatos dignos de contar. Si hay un sitio donde se dan muchas historias dramáticas ese es el barrio de Albany Park, en Chicago, uno de los lugares con más diversidad étnica de Estados Unidos. Albany Park Theater Project (APTP), un grupo multicultural de teatro se ha ocupado de darle voz a muchas de esas historias.
Este grupo ha sabido llevar tan bien su mensaje que recientemente fueron galardonados con el premio MacArthur for Creative & Effective Institutions. Ese reconocimiento se le otorga a instituciones que fomentan la creatividad de forma efectiva para tratar temas sociales. A los premiados se les hace entrega de $400,000 que sirven como fondo de reserva para que puedan continuar laborando.
Para hablar un poco más de esto y de su experiencia con el proyecto, Diálogo conversó con Rossana Rodríguez Sánchez, natural de Humacao y egresada de la Universidad de Puerto Rico-Recinto de Río Piedras (UPRRP), quien trabaja mano a mano con el APTP como directora residente.
La puertorriqueña, que posee un bachillerato en Educación con concentración en Teatro, trabajó originalmente en un proyecto en una prisión de Puerta de Tierra. Rodríguez Sánchez comentó que la experiencia la “jamaqueó” y que gracias a ella vio que quería “hacer teatro en lugares no teatrales”. Luego de una mala experiencia en una escuela en el país, se topó con una página de Internet en la que se buscaba a alguien para trabajar con APTP. Al ver el anunció pensó “esta gente me están buscando a mí” y solicitó.
Confesó que al llegar a Chicago se le hizo difícil adaptarse, pero una vez comenzó a trabajar con la compañía empezó a sentir cómo el equipo de trabajo se convertía en su hogar pues tienen una manera de trabajar muy colaborativa además de poseer una rica diversidad cultural. El público para el que trabaja APTP proviene mayormente de México, Guatemala, Filipinas, India y Korea, entre otros países.
Lo que hace a este grupo merecedor del premio MacArthur es precisamente cómo utilizan ese abanico de nacionalidades para hablar de situaciones reales que competen a la comunidad. La directora residente, que también ayuda en la composición de la música utilizada en las obras, comentó que la compañía toca asuntos que los afectan directamente a ellos y a sus familias. Han trabajado temas como la inmigración, los desalojos y la carga cultural que puede haber dentro de la comida.
APTP no es solamente un grupo teatral para llevar a luz temas sociales, también es una plataforma para dar herramientas de futuro a los niños que participan en ella. Rodríguez Sánchez explicó que el colectivo tiene dos programas. Ofrecen talleres después de la escuela y así los preparan para formar parte de la compañía una vez se gradúen de octavo grado hasta que vayan a la universidad. También, hay una rama de consejería académica –de la cual ella también forma parte- con la que logran enviar más de un 90 por ciento de sus estudiantes a la universidad, haciendo que la mayoría de ellos sean los primeros de sus familias en lograr esto.
El grupo teatral presenta usualmente una obra al año. Ellos son los encargados de todo el proceso creativo. Al escoger el tema que trabajarán hacen un análisis exhaustivo del asunto y realizan ensayos de los cuales los niños que forman parte de APTP también son parte.
Rodríguez Sánchez destacó que se siente bien orgullosa de que la preparación académica y profesional que obtuvo en Puerto Rico le permita hacer su trabajo. Indicó que le encantaría poder desarrollar un programa similar al de APTP en la Isla.
Este año presentarán Learning Curve, obra que trabaja el tema de la educación pública en Chicago. La puesta en escena cambiará el panorama teatral de esta ciudad, pues trabajarán la modalidad de Teatro Inmersivo – lo que significa que el público es parte de la obra –, y como escenario, en vez de un teatro, utilizarán una escuela católica ya cerrada.