Compré mi primer CD tal vez hace más de 15 años. Era un avance, un paso adelante al dispositivo anticuado que se insertaba en el radio que tenía la guagua de mi madre. Sin embargo, lo que representaba un avanzase para mi época había comenzado desde el año1982 cuando se lanzó al mercado la invención que nos permitió dejar de darle rewind al casette.
El disco compacto, (compact disc o CD para los que prefieren las abreviaturas) cambió la manera en que se crea, graba, escucha e intercambia la música, luego los filmes y, eventaulamente, cualquier tipo de data.
Esta invención que revolucionó la tecnología fue la idea de Norio Ohga, natural de Japón y cuyo fallecimiento se reportó en días recientes. Cantante de ópera y estudiante de música, Ohga contactó a la compañía Sony en son de queja sobre la baja calidad de grabaciones de los cassettes creados por ellos. Su queja produjo una oferta de trabajo y es así que Ohga entra a ser parte de la corporación, ya que su conocimiento sobre música e ingeniería de sonido podría beneficiar la firma. Más adelante, 30 años después, Ohga ascendió hasta ser el director ejecutivo de Sony de 1982 hasta 1995.
Mientras se creaba el CD, Ohga acentuó que los discos deberían de sostener al menos 75 minutos de grabación, capaces de reproducir la Novena Sinfonía de Beethoven. Esta especificación estableció que los discos ópticos serían de 12 centímetros. Gracias a la apreciación por la música clásica de este ejecutivo, el disco compacto nace con la capacidad de guardar 80 minutos de música, un avance revolucionario en la tecnología de la grabación e información.
Norio Ohga permaneció como asesor a la firma japonesa Sony hasta su muerte el pasado 23 de abril, a los 81 años. Su invención más popular ha evolucionado en otros formatos como el DVD, el MiniDisc y el Blu-ray. El CD, cual remplazó el casette, el 8-track y el original LP (discos de vinyl o Long Play) como los formatos populares para la reproducción musical, fue el primer paso hacia la digitalización que ahora experimentamos. Es tal vez, una tecnología que ha cavado su propia tumba.
Y es que, la digitalización que comenzó con el disco compacto ha sido la principal causa de la caída de la industria de la música y las casas disqueras. Con el nacimiento del formato digital del MP3 junto a las posibilidades que otorga el Internet y los dispositivos de reproducción de música digital como el I-Pod o el Zune, la industria de la música cada día va dejando atrás el CD y se mueve a un formato digital que no necesita un lugar físico para existir y propagarse.
El futuro de la industria disquera es incierto, pero su existencia nos asegura que toda tecnología es reemplazada por otra. Mientras que, la usurpación de una nueva tecnología por otra es casi inminente, actualmente diferentes grupos insisten en apelar al pasado. La grabación de los originales LP de vinyl, que hoy en día apela a la estética de lo vintage, cada vez toma más auge buscando el sonido análogo, alejándose de la digitalización. Mientras tanto, el CD sobrevive esperando lentamente ser sustituido, para tal vez en el futuro revivir como símbolo del romanticismo que se inserta en lo retro.