A 300 metros del Congreso de los Diputados, en su ágora de Sol, el 15-M ha celebrado este miércoles la primera sesión de su propio debate del estado de la nación, “debate del pueblo” lo han llamado, coincidiendo con el que se mantiene en el parlamento.
Más allá del gesto escénico y de la ironía de sentar a los asistentes en forma de hemiciclo, ponerse a buscar paralelismos o diferencias entre los debates de dentro y de fuera del Congreso da juego para metáforas y demás giros pero es poco justo. El 15-M no pretende ser un parlamento y el Congreso no es una asamblea sin partidos.
De hecho, con el paso de los minutos el carácter ‘performático’ del evento se ha diluido completamente y los cerca de mil asistentes se han centrado en lo suyo: contenido, debate, indignación, ideas. El grupo de trabajo de Economía ha expuesto su batería de reivindicaciones, abierta y en continua evolución, con 22 propuestas que pueden consultarse en este documento y entre las que destacan:
• Reducción efectiva de la jornada laboral y de la vida laboral hasta cumplir todas las necesidades de empleo de la población como medida efectiva de redistribución de la riqueza y de todos los trabajos; así como el cumplimiento de los derechos laborales en su integridad.
• Aumento del salario mínimo, estableciéndose una equiparación a nivel europeo y una correspondencia real con las condiciones de vida (precio de vivienda, alimentos, transporte, etc.) mejorando su capacidad adquisitiva. Regulación de salarios máximos y rentas no salariales.
• Dación en pago para saldar la deuda hipotecaria. Hasta la aprobación de este punto, paralización inmediata de los desahucios de personas en situación de precariedad.
• Prohibición de EREs en empresas con beneficios. En empresas con beneficios (especialmente multinacionales con beneficios millonarios) tanto en los casos de reducciones/suspensiones de jornada como en los de despido, que sean estas las que asuman el coste de la prestación por desempleo, liberando al Estado de dicha carga.
• Someter a referéndum vinculante un eventual rescate y cualquier meida de ajuste o recorte impuesta por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, o la Comisión Europea, que afecte a la soberanía del país.
• Restablecimiento de la banca pública.
• Abolición de los paraísos fiscales.
• Impuesto a las transacciones financieras que penalice los movimientos especulativos, promoviendo la economía productiva y la lucha contra el fraude fiscal
• Que las empresas transnacionales de titularidad o capital español se atengan en todo momento a la legislación que garantice en mayor medida el respeto de los derechos humanos, sociales, laborales, medioambientales, económicos y de los pueblos, en el país en que actúen (bien sea la legislación española, del país de destino o de rango supranacional). La violación de estos derechos en el extranjero por parte de empresas españolas debe ser incorporada como delito al Código Penal español para poder sancionar los incumplimientos y exigir responsabilidades.
• Cumplimiento del compromiso histórico de donación del 0,7% del PIB como ayuda al desarrollo como medida transitoria hasta llegar a un sistema global más justo, la financiación de la cooperación entre pueblos puede ser una manera de compensar la deuda histórica contraída con estos.
Más que un debate, la sesión plenaria de Sol ha sido una asamblea informativa. Una clase magistral de economía social. Se ha desmenuzado la reforma laboral de 2010, “una agresión contra los trabajadores”, se ha defendido el papel de la banca pública, se han desglosado los riesgos de las privatizaciones, se ha desmontado el discurso económico más habitual “entre los políticos, los medios y los tertulianos”.
Según una de las exposiciones, “es falso que las razones de nuestra crisis sean la deuda pública y la falta de competitividad de nuestro aparato productivo”. Por el contrario, se argumenta, “la deuda privada” (la de bancos, empresas y familias) “es mucho más alta que la pública y supone un 437% del PIB en España”. Según esta lógica, “no tiene sentido concentrar los recortes en la deuda pública si el problema está en la privada”.
Sobre las características que hacen de la economía española menos competitiva que la de otros países de su entorno, los expertos de cabecera del 15-M alegan que “el problema no es que los trabajadores cobren mucho sino que nuestra economía es poco productiva. No hay que pagar menos al trabajador, sino cambiar el modelo económico. Antes de cuestionar los salarios cuestionemos los márgenes de beneficio si queremos ser más productivos”, se añade.
Otro campo prioritario para el 15-M: la perspectiva de género. La comisión de feminismos ha explicado por qué el sistema económico actual es especialmente cruel con las mujeres, con sus derechos y su calidad de vida, fundamentalmente por cuatro causas que a la vez son consecuencias:
1. Sobrerepresentacion masculina en las empresas. En la visión del mundo masculina, aseguran, el centro es el beneficio. La mujer aportaría otro sistema de valores.
2. La mujer sufre desigualdad en derechos sociales y laborales que van desde la desigualdad salarial hasta los despidos por embarazo, por citar solo algunos frecuentes en los “países desarrollados”.
3. En el campo de los servicios y prestaciones públicas, se asume que la labor de los ciudados (sociales o familiares) es de la mujer. “La sociedad debería asumir los cuidados como una responsabilidad colectiva”, se defiende. Las feministas del 15-M reconocen avances como los de la Ley de Dependencia, pero pone de relieve que la labor de cuidadora sigue siendo eminentemente de la mujer. Los recortes aplicados en este ámbito, por tanto, siempre repercuten doblemente en ellas, porque además suponen el 80% de las beneficiarias de esos servicios sociales.
4. En el rol democrático como ciudadana, la mujer se ve reducida al absurdo por los discursos de venta de las multinacionales, “que se aprovechan de la división sexual del trabajo y de la doble presencia de las mujeres, dentro y fuera de la casa. Es en los hogares donde se resuelve la crisis y donde se hace la magia”, pero eso provoca una “pérdida de autonomía vital de las mujeres”.
Y todo eso hablando del primer mundo en el que vivimos esta crisis. Alguien da el toque de atención: “Cuidado con molestarnos solo cuando nos tocan lo nuestro”, dice un chico que pide la palabra.
Luis, Roberto, Susana. El turno de palabra rota sin apellidos, algunos deciden incluso hablar de espaldas a las cámaras. Pasan las horas. “Estáis consiguiendo lo nunca visto: un debate del estado de la nación interesante”, dice alguien que coge el micrófono fugazmente. Y, sin embargo, quien haya escuchado los debates del estado de la nación del Congreso en los últimos años, más allá de la gresca y el pujilismo, habrá escuchado muchas de estas propuestas.
En el “debate paralelo” se han citado autores como Vicenç Navarro o Juan Torres cuyas teorías económicas llevan muchos años presentes en las mesas de debates económicos de los que llevaban 10 años avisando de la crisis. “Cada vez que voy a la asamblea de Economía los lunes en la Plaza del Carmen me pregunto cómo he podido estar hasta ahora tan mal informado”, decía un chico de unos treinta años la semana pasada en una asamblea del barrio de Malasaña. “Ahora soy un ciudadano mucho más consciente”.
Fuente Periodismo Humano