El pasado fin de semana, el cantante puertorriqueño Ricky Martin comenzó su gira mundial “Música + Alma + Sexo” (MAS) en el Coliseo José Miguel Agrelot de Hato Rey con unas exitosas cuatro funciones.
En esta serie de conciertos, el ex miembro del grupo Menudo, lució una imagen más ‘Livin' la vida loca’ de lo que nos tiene acostumbrados y hasta algo provocativa. Para unos un estilo "sexy" para otros una confirmación de que "salió del clóset".
La evolución del cantante en su capacidad de hacer espectáculos se visualizó cuando interpretó “It’s alright” cuando interactuó con dos chicos bailarines con pasos muy sensuales. De igual manera, en la pieza “I am” simuló una orgía con mujeres y hombres sobre un sofá que desató los gritos eufóricos del público.
Esta muestra puede dejar ver la libertad que actualmente posee el artista en su vida; acción que simuló a través de un video en el que se presentaba a Ricky soltándose de unas cadenas. En efecto, este video parecería ser un resumen de varios segundos de lo que ha sido vida sentimental – mediatizada y explotada por los medios de comunicación- hasta llegar a aceptarse como homosexual.
A simple vista se ve que el denominado “astro boricua” ha dejado atrás su imagen “sexy” dedicada sólo para mujeres y ha adoptado un estilo más “punk” al que se asocia a una gran parte de homosexuales a nivel mundial.
Su estilo me parece ‘cool’, pero a una mujer más o menos de 30 años que estaba a mi lado en el concierto la escuché decir “Oh Dios pero está bien gay”; asumo que lo dijo refiriéndose a la vestimenta en cuero apretada que lucía Ricky y no a los movimientos del cantante –que demás está decir que desde hace mucho tiempo Ricky es casi la versión masculina de Shakira en el baile-.
Quién sabe, quizás hasta el tema que popularizó el verano pasado la colombiana- el “Waka, waka”- le hubiese caído al dedillo al a par con la confesión que hizo Ricky en torno a su orientación sexual y el lanzamiento de su libro titulado “Yo”.
De hecho, tengo que confesar que soy fanático de Ricky Martin pero reconozco que luego de su confesión su imagen se ha visto trastocada al punto de parecer el ‘Robin Hood’ de los homosexuales y de todas las comunidades marginadas del mundo.
Aunque, no es un secreto que el artista ha defendido e incluso realizó una fundación con su propio nombre para contrarrestar la trata de niños mundialmente (que me parece una labor humanitaria muy buena), escépticos se cuestionan ¿porqué Ricky no fue esa voz libertadora de ese sector que hoy lo idolatra y lo apoya sin reparos si antes de todo esto, él no se inmiscuía en estos temas que, precisamente, forman parte de los grupos marginados en el mundo? Quizás, como diría Dreuxilla Divine, ahora está más “liberado”; sólo él sabrá.
Sobre al concierto, puedo decir que los números que se destacaron fueron “She bangs” y “Loaded” con una extraordinaria ejecución del cuerpo de baile que lucían atuendos que recreaban la década de los veinte y treinta.
Además, su interpretación de “María” (éxito del año 1995 de su tercer disco “A medio vivir”) me recordó cuando pequeño mis primeros pasos en el baile junto con mi hermana gemela a nuestros 7 años. Cabe destacar que este fue el tema que elevó al artista a los primeros puestos en las estaciones radiales de Estados Unidos.
En fin, con el gran espectáculo que algunos catalogaron como “el infierno de este fin de semana”, Puerto Rico fue testigo junto a miles de fanáticos, del efecto social y masivo que este artista genera en la Isla. Por lo que, si el cantante quiere vivir ‘la vida loca’ que lo haga, el mundo no es quién para juzgar a los otros; máxime si llenas cuatro veces corridas un coliseo.