El oído no se sacia nunca. Dice el músico, ‘‘…the final product rarely comes very close to the idea I had in my mind starting out. When it does it’s a very special thing and even makes me feel like a real musician, briefly!’’ Las ideas del sonido imaginadas por Ian McCarthy, oriundo de Cork, Irlanda son inalcanzables por el mundo físico.
La música experimental ha trascendido en la era de la tecnología. También en las últimas décadas los artistas independientes utilizan tanto nuevos formatos como nuevos modos de difusión para sustentar sus carreras en un ambiente cada vez más saturado. La manipulación digital del sonido, desde sus comienzos hasta sus mayores exponentes, han hecho “inaudibles” los límites. Lo experimental se alimenta de lo oscuro, la música de McCarthy no es la excepción.
‘‘Having a tape eaten by a player while listening to it is as devastating a prospect now as it was when I was 13, but having one eaten as I record to it can provide very happy accidents!’’
Ian McCarthy creó dos proyectos musicales, Romart y Wilhelm, de tendencias distintas. Romart, es el resultado de varios años componiendo música electrónica. Por otro lado, en Wilhelm predomina la guitarra. Bajo este nombre ha colaborado con el músico americano Piers Caldwell, también conocido como Mr. Squirel y desde el 2008 con esta servidora desarrollando arte sonoro para videoarte y performance. Lo tangible y el recuerdo de lo intangible son definitorios para la distribución de tiempo en las canciones de McCarthy. Las citas corresponden a un intento de ilustrar la melancolía. Esa melancolía es evidente en su música, la que puedes acceder gratuitamente. http://soundcloud.com/w-lhelm
‘‘When possible, I create music to be released on a physical format. I don’t have a problem with digital music, I see how it is completely necessary as a format and a technology, but like so many fans of music and art in general I love the tangible side of actually holding a work in my hands… I’m excited by interesting or striking artwork presented either on a computer screen or on a page, but the latter is far more enjoyable to hold, feel, smell while listening to the sounds it (sometimes) represents.’’
Aunque ha grabado en vinyl por el placer del producto físico. La materialidad se convierte en un aspecto importante en su relación con la música. El soporte de su primera producción titulada Romart es el cassette. El cassette es el retorno a la experiencia. Hay una nostalgia latente en la entrevista; decido citarla porque esta melancolía es evidente en la producción.
‘‘The sound of cogs turning in a cassette player along with the hiss of tape are very comforting because they are things I heard every time I listened to music for so long growing up… I try to bring that familiar feeling to a lot of my music by using cassette tapes to record parts.’’
A los trece años escucha Parklife de Blur, es el principio de su etapa The Smashing Pumpkins- Metallica-Nirvana, el hard rock y el metal. A los diecinueve años conoce la música electrónica a través de Sasha & Digweed. Ahí comienza el interés por el tecno, trance y house. Esta es la base que McCarthy ha transformado en piezas sonoras de gran capacidad narrativa. Romart se distingue por ser un álbum que cuenta una historia sobre la desolación. Algunas de sus canciones como I Felt Our Love Would Implode, With The Dawn Came No Solace y Heart For a Broken Melody se caracterizan por sus capas de sonidos. Hay imágenes sonoras inesperadas como por ejemplo la risa que sale del fuerte latido del corazón. “Romart’’ parece un documento auditivo de alguna destrucción rítmica. En el proceso de creación McCarthy suele evadir los parámetros del mismo proceso. Cada canción es la misma pero en distintas facetas y comparten genética digital porque son versiones de la misma fuente. El músico persigue esa ausencia de proceso para así no terminar de componer, never ending track.
La autora es escritora y performera.