El doctor en Salud Pública y catedrático de la Universidad CES en Medellín, Colombia, Diego Restrepo Ochoa brindará dos seminarios y una conferencia del 28 al 30 de marzo en la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras.
La invitación al profesor de psicología surgió del Seminario Permanente de Métodos de Investigación (SPMI), proyecto que se originó en el 2006 y promueve el desarrollo de las destrezas de investigación en las áreas de psicología, comunicación, ciencias y tecnologías de la información en los estudiantes graduados del recinto riopedrense.
Restrepo Ochoa presentará el seminario ‘Métodos mixtos en investigación social, ¿una tercera vía?’ y la conferencia ‘¿Es posible ”enseñar a investigar”? Horizontes de la formación investigativa en el contexto de las ciencias sociales’.
El seminario de dos días sobre métodos mixtos en la investigación se presentará el 28 y 30 de marzo de 4:00 p.m. a 7:00 p.m. en el anfiteatro 123 del edificio Ramón Emeterio Betances (REB). Este evento requiere previa inscripción. Los interesados en asistir deberán registrarse en la siguiente dirección: http://spmi.uprrp.edu/. La conferencia, abierta al público en general, será el miércoles 29 de marzo de 11:30 a.m. a 1:00 p.m. en el anfiteatro Manuel Maldonado Denis (108) del edificio Carmen Rivera Alvarado (CRA).
Ambas actividades son auspiciadas por el Departamento de Psicología, la facultad de Ciencias Sociales y el Decanato de Asuntos Académicos.
Un aparte con Restrepo
El profesor, con una especialidad en psicología clínica a nivel graduado, manifestó en una entrevista reciente con la profesora de la facultad de Ciencias Sociales, Johana Martínez Rosario, que llegó al campo de la Salud Mental Positiva tras encontrar durante su formación profesional que la psicología sobrevaloraba los aspectos humanos y sociales que resultaban “disruptivos, desadaptados, anormales, enfermos y/o patológicos”.
“Hablamos con frecuencia de la salud mental, pero en realidad lo que investigamos e intervenimos en la mayoría de los casos no es la salud mental sino la enfermedad mental. Digamos que la salud mental se ha convertido en una etiqueta políticamente correcta para presentar los discursos y prácticas referente a los trastornos mentales. Por ejemplo, los estudios de salud mental, poco o nada indagan acerca de variables como bienestar, felicidad, recursos subjetivos, recursos sociales, etcétera y más bien se centran en variables como depresión, ansiedad, consumo de sustancias entre otras”, observó el experto de origen colombiano.
El estudioso del análisis de la conducta y los procesos mentales añadió que al iniciar su ejercicio profesional, tanto en la práctica clínica como en el campo social, pudo darse cuenta que su concepción antropológica mecanicista “se quedaba corta para entender la maravillosa complejidad de la vida de hombres y mujeres de todas las edades y entornos sociales, que en medio de las adversidades y vicisitudes de la vida lograban desarrollar capacidades para vivir una vida valiosa, a la luz de sus propios valores y propósitos”.
Comentó que entonces entendió que la pregunta “qué tiene un sujeto” no solo puede referirse a sus déficit y síntomas, sino también a sus recursos y potencialidades.
“En mi país, por ejemplo, hemos investigado mucho acerca de los problemas de salud mental de los jóvenes y hemos desarrollado un corpus teórico bastante amplio en temas como violencia y consumo de sustancias…no obstante, poco sabemos acerca de esos jóvenes que, viviendo en contextos similares, logran desarrollar proyectos valiosos en su vida, hacen aportes significativos a su comunidad, asumen formas de liderazgo positivas y experimentan una profunda sensación de pertenencia e identidad social”, indicó Restrepo, quien posee un doctorado en Salud Pública de la Universidad de Antioquia con una maestría en Psicología Clínica.
“Hablar de salud mental positiva es una redundancia necesaria. Es una maniobra política para cambiar el foco hegemónico de la psicología y la psiquiatría centrado en el modelo biomédico hacia una comprensión de la salud mental ligada a una perspectiva de derechos y de desarrollo humano”, añadió.
El especialista definió ”salud mental” como la libertad de la que gozan las personas para vivir en armonía con sus propios valores, fines y propósitos. Resaltó que para ello son fundamentales tres dimensiones: los recursos del contexto, los recursos del sujeto y las condiciones que hacen posible al sujeto aprovechar los recursos de los que dispone.
La profesora Martínez Rosario también preguntó al psicólogo latinoamericano cómo definía los métodos mixtos utilizados en sus investigaciones y cómo estos aportan a las ciencias sociales.
“Los métodos mixtos son importantes para las ciencias sociales al menos en dos sentidos: en primer lugar, nos permite romper la dicotomía estéril e infundamentada de lo “cualitativo” y lo cuantitativo” y nos propone una nueva actitud epistemológica más interesada en el diálogo y la complementariedad. En segundo lugar, nos permite enriquecer la manera como respondemos a nuestras preguntas de investigación y en consecuencia hace más amplio y complejo nuestro entendimiento del mundo en aquellos aspectos que hacen parte de nuestro campo de investigación”, señaló.
Aclaró, no obstante, que los métodos mixtos no son una “panacea”.
“Cabe decir que los métodos mixtos no son la panacea y que la controversia está abierta, pero no cabe duda que pueden ser una “tercera vía” posible para la investigación en ciencias sociales que bien vale la pena considerar”, puntualizó.
Algunos de los trabajos en investigación de Restrepo Ochoa son El objeto de estudio de la historia de la salud pública: una aproximación desde la historia de las ciencias de G. Canguilhem; La salud pública como ciencia social: reflexiones en torno a las posibilidades de una salud pública comprensiva; e Historia paralela de la psicología clínica: un rastreo teórico-histórico.