El proyecto radicado hace dos semanas por el representante por el Partido Popular Democrático, José Báez Rivera, para consolidar los 78 municipios de Puerto Rico en un total de 20 no es una idea nueva ni mucho menos.
El planteamiento de que Puerto Rico debe reducir la cantidad de pueblos, y con ello el gasto que representan las alcaldías y otras oficinas municipales, es uno recurrente y cada cierto tiempo se presenta alguna medida a esos efectos en la legislatura. De hecho, el proyecto de Báez Rivera es casi una copia del que en 2009 propuso el representante novoprogresista Eric Correa Rivera.
Sin embargo, por diversas razones políticas, económicas, sociales y culturales, los proyectos de ley con el propósito de eliminar una mayoría de los municipios que componen la Isla no han llegado ni a primera base, y no parece que la medida de Báez Rivera vaya a ser la excepción. Incluso, el gobernador Alejandro García Padilla ya adelantó que se opone a la propuesta al indicar en los pasados días que el concepto de los municipios va más allá del aparato gubernamental, y cumplen con una función “cultural”.
Por su lado, el representante Báez Rivera considera que la coyuntura económica que actualmente vive el país no deja más opciones que la consolidación, como parte del esfuerzo de encontrar cualquier alternativa que permita ahorros considerables al fisco.
“Detallar exactamente cuánto nos estaríamos ahorrando (es complicado). Sabemos que estaría superando los $100 millones, pero para especificar cuánto es tendríamos que hacer un ejercicio grandísimo. De la baqueta cualquiera puede concluir que en las partidas de alcaldías y asambleas municipales, si la totalidad son $91 millones en las oficinas de alcaldes y $10 o $20 (millones) en las asambleas, si quedan 20 municipios son de $50 a $60 millones que se ahorran. Eso sin contar los departamentos de finanzas, recursos humanos, policía municipal y todo eso”, analizó el legislador en entrevista con este medio.
Asimismo, Báez Rivera entiende que esos ahorros se pueden invertir de diversas maneras, y pudieran servir de impulso a la alicaída economía puertorriqueña.
“El ahorro se puede utilizar para múltiples cosas, puede ayudar al ciudadano común, que es lo que debería ocurrir y yo apoyo, es que conforme a los ahorros que se logren, se reduzcan los impuestos municipales, que son muchos. Ese ahorro se debería devolver a la gente”, dijo el representante popular. “¿Cómo también se pueden beneficiar indirectamente? Que se pueda utilizar el ahorro para amortizar deudas con el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) con mayor rapidez y aceleración. Estás dándole liquidez al BGF, que es otra alternativa”, agregó.
Proceso complicado
Para Leonardo Santana Rabell, profesor retirado de la Escuela Graduada de Administración Pública (EGAP) de la Universidad de Puerto Rico, una consolidación de municipios requeriría de toda una transformación a nivel cultural y político de una magnitud que el país, al presente, no está preparado para aceptar.
Entre otras cosas, dice el excatedrático, serían necesarios cambios constitucionales “enormes” para aprobar un proyecto que “crearía unos problemas que las soluciones que presenta solo toman en cuenta la cuestión de la eficiencia y la economía. Es una solución estrictamente económica a un problema político complejo”.
Santana Rabell también criticó que el Proyecto de la Cámara 2948 proponga realizar el referéndum a la ciudadanía junto con las elecciones generales de noviembre. “Un asunto tan importante no se podría hacer el mismo día de las elecciones. Además es muy poco tiempo (el que resta para noviembre). Yo no le veo ninguna racionalidad política, ni administrativa ni gerencial”.
La medida propuesta contempla que los pueblos que serían eliminados preservarían sus delimitaciones geográficas en lo que se conocerían como zonas municipales, un modelo que Báez Rivera comparó con el caso de Río Piedras cuando dejó de ser municipio para unirse a San Juan, lo que les permitiría mantener su “idiosincrasia”.
El profesor Santana Rabell, si bien coincide en que la cuestión cultural y de identificación de la gente con sus pueblos es un ángulo relevante al analizar la importancia de los municipios, va más allá al enfatizar que, como modelo de organización gubernamental, cumplen una función que, de concretarse una consolidación masiva, alteraría demasiado el panorama de la política puertorriqueña.
“Hay que ver como se afectaría la composición política, de representación política, porque la representación política se basa en la cuestión municipal. ¿Cómo se va a implementar esto para la cuestión electoral de la representación en la Asamblea Legislativa, en el Senado?”, cuestionó el autor del libro A reformar la administración pública: de la burocracia a la gobernanza.
Más viable la colaboración
Por otra parte, Santana Rabell entiende que desde el punto de vista legal, se le puede sacar mayor partido a la Ley de Municipios Autónomos, que ofrece alternativas que permiten la reducción en los gastos municipales, mediante la creación de alianzas y colaboraciones entre pueblos colindantes para proveer los servicios esenciales.
“Lo que hay que fomentar es la colaboración y establecer en enmiendas a la Ley de Municipios formas de colaboración y gobernanza intermunicipal que promuevan una beneficencia, una colaboración, resolver problemas comunes sin tener que suprimir los municipios. Incluso, la formación de gobiernos regionales con juntas de alcaldes, que también está contemplado en la Ley y nunca se ha hecho. Para algunos proyectos federales los alcaldes tienen que cooperar creando juntas en municipios colindantes porque existen criterios de población y se hace de esa forma, por lo que esas colaboraciones se pueden hacer, para resolver problemas que trascienden a los propios municipios. Aunque sean penepés y populares”, expuso Santana Rabell.
En tanto, Báez Rivera considera que esas alianzas son “un cuento de hadas” a base de ejemplos recientes. Por ejemplo, “el consorcio de Caguas ha tenido unos problemas graves en distintos momentos porque te ves obligado a consolidar esfuerzos con municipios que son de otros partidos. Ahí es que empieza parte de la pugna y la inhabilidad de nosotros lograr que esa consolidaciones de divisiones, esfuerzos, metas y retos sean efectivos”, aseguró el representante por el distrito 4 de San Juan.
“No hay forma de que alguien refute los números que se han presentado en la exposición de motivos. A los que solo favorecen las consolidaciones de divisiones les digo que están obviando la eliminación de 58 alcaldías y asambleas municipales cuya eliminación nos puede ahorrar decenas de millones de dólares”, señaló.
¿Falta de capacidad?
Mientras, el también retirado profesor de la EGAP, Mario Negrón Portillo, concurrió con Santana Rabell al indicar que la colaboración intermunicipal y la regionalización de servicios son, en el ambiente político actual, mucho más viables que la supresión de decenas de pueblos, incluso tomando en cuenta que muchos alcaldes las ven como una amenaza a su poder.
Negrón Portillo agregó que es necesario que el país se haga unos cuestionamientos más profundos respecto a la manera en que se gobierna, tanto a nivel municipal como a nivel central.
“Va a haber gente que diga con mucha sensatez, que si no puedes administrar Morovis, por ejemplo, cómo vas a administrar 15 pueblos, en un área diez veces más grande. Ahí entra la capacidad de los funcionarios electos. Y eso está sobre la mesa, la capacidad de los funcionarios electos”, manifestó.
“Por eso es que yo digo que como único se va a atender los problemas no solo de los municipios, sino de Puerto Rico en general, es con un proyecto completo. O sea, tenemos que bregar con los municipios pero también con el gobierno central. Tenemos que entender que hay unas cosas que a lo mejor pueden hacerlas las organizaciones sin fines de lucro y que no las tendría que hacer el Estado. Tenemos que hacernos esas preguntas, el problema es que eso es como hablar de la cruz en el infierno”, lamentó Negrón Portillo, aclarando que no es un “issue” que el gobierno sea muy grande, sino su inefectividad. “El gobierno en los países nórdicos es enorme pero es eficiente”.
Báez Rivera reconoce que el proyecto de ley no es el fin de la discusión sobre las opciones para construir un modelo de gobernanza más eficiente, puesto que en el pasado se han puesto muchas variantes sobre la mesa.
“Hay mil maneras de pelar al gato, por ejemplo, que solo deben ser cuatro o cinco municipios. Yo solo le estoy tratando de dar continuidad al debate del cuatrienio pasado y expresar el punto de que si bien es cierto que en aquel momento ya habíamos entrado en una crisis fiscal, ahora estamos incumpliendo en servicios esenciales de salud y educación, nos hemos quedado sin crédito para comprar gasolina y hemos dejado de pagarle a los bonistas, por lo que tiene una relevancia incuestionable”, aseguró Báez Rivera.
Para Negrón Portillo, incluso la crisis actual no es suficiente para que en Puerto Rico se inicie una transformación política real que dirija al país por un nuevo rumbo. “Aquí lo que va a provocar cambio de verdad será cuando las cosas se pongan bien difíciles. Que todavía no estamos ni cerca. Y mira los problemas que ya tenemos”, dijo en tono pesimista.
“Un proyecto de ley no lo va a resolver ni remotamente. Porque en estos momentos quizás el problema no sea el tamaño, quizás es un problema de que no hay capacidad para hacer las cosas, quizás es un problema de cultura organizacional, quizás es un problema de identificación de objetivos. Y eso no lo resuelves consolidando nada”, puntualizó el académico.