Recuerdo que cuando chiquito me curaban las heridas con conjuros como Sana, sana culito de rana… Debido a su efectividad las ranas (o como se le conocen en la jerga caribeña, sapos) han sido explotadas en su totalidad por sus compatriotas. La ARSCC (Asociación para la Reinserción de Sapos en la Civilización Caribeña) ha desarrollado un proyecto investigativo para documentar el proceso de desaparición de los sapos del país y su fecha exacta. Es por esto que me he tomado la molestia de hacer un recuento de lo que entiendo son datos importantes sobre la desaparición de los sapos, de manera que pueda ayudar a este proyecto investigativo.
I.
En mi país ya no hay sapos. No murieron, los mataron. No fueron las altas temperaturas las causantes de sus muertes, fue la asfixia de la putrefacción social que sobrecoge mi país.
II.
Aquí solían haber sapos. Saltar no era un espectáculo, era acto natural; tan natural como pedir limosna cuando el gobierno te ha rezagado. Era causa y efecto: salto, luego soy.
III.
Los sapos eran más comunes de manera unidimensional en las carreteras de mi país que de manera multidimensional en los bosques de por ahí. Ahora han dejado de serlo y mi país es el que es común; tan común como la pederastia en la Iglesia. Peco, luego soy.
IV.
El día en que dejaron de haber sapos los niños dejaron de jugar en el recreo, y como dejaron de jugar en el recreo fue natural que al poco tiempo también dejaran de ir a la escuela. Comenzaron a verse los parques desiertos, tan desiertos como el Luis Muñoz Rivera. No, no han regresado los sapos al Luis Muñoz Rivera, han llegado las elecciones.
V.
Antes del exterminio mi país contaba con canciones de cuna y una que otra plena. No se cantaba porque se quería hacer ruido, se hacía ruido porque se quería cantar. No teníamos a Silvio pero al menos Roy hacía uno que otro dueto con él. No teníamos los versos más tristes escritos bajo la noche estrellada, teníamos las ondas del mar que en su tiempo fueron besos a nuestra orilla.
VI.
Hay mitos sobre la desaparición de los sapos, se dice que el gobierno los tiene todos para ellos, unos dicen que los federales se encargaron de silenciarlos, y los medios divulgan que se unieron a la diáspora. Yo creo que aún nos quedan sapos, pero tienen miedo, tienen miedo de croar, hacer ruido y ser objeto de fenómeno y morir en manos de un selfie. No los culpo, en mi país no solo los sapos tienen miedo de croar.
VII.
El Principito era el libro más leído cuando de noche se escuchaban lo sapos, algunos veían serpientes y elefantes y otros veían sombreros, esto nunca fue un problema. Luego los sapos se fueron y Discordia dejó rodar la manzana sobre mi país. No, no lo sé y no creo que haya una respuesta correcta; no es que no pueda ver el traje de color dorado o azulado, es solo que quisiera no verlo.
VIII.
Las Jeeps siempre fueron los jinetes de la muerte a los ojos de los sapos. Los sapos ocupaban todo territorio caudaloso y las Jeeps no tenían acceso a ellos. Ahora que los sapos no están, las Jeeps se bañan en nuestros ríos de la misma manera que las sirenas en las costas: posadas sobre las rocas bañadas por el sol y desfilando sus deslumbrantes tonos de piel (o carcaza).
IX.
Estas elecciones veremos a los candidatos y candidatas a la gobernación prometer el regreso de los sapos. No debe asombrarnos, ya han hecho promesas de que de ser electos no habrá más sequía. Incluso, el actual gobernador adjudicó dicho fenómeno a la pasada administración, administración que a su vez culpó a la pasada. No, no votaré en estas primarias. No es que no crea en la democracia (lo cual es cierto), es que si no hay sapos tampoco deben haber elecciones porque no hay nada real que elegir. La decisión está tomada desde mucho antes de que se hicieran las nominaciones.
X.
Se ha buscado en otros países del Caribe los sapos y se ha encontrado que el fenómeno es igual en todas las islas. Se ha encontrado también que una especie ha reemplazado a los sapos en grandes partes de esta y las demás islas, la iguana o gallina de palo ahora es utilizada como sustitutivo del sapo. Su piel es muy buena para textiles y su carne contiene más fibra que el pollo. Solo falta averiguar si un conjuro de iguana pudiera ser tan efectivo como el de rana (o sapo)… Sana, sana colita de iguana; si no sana hoy…
Nota: Sé que están acostumbrados y acostumbradas a leer recetas caribeñas gourmet en esta sección pero esta vez ameritaba que fuera diferente. Les prometo que para la próxima edición les daré unas suculentas recetas caseras con los sapos como ingrediente principal en caso de que regresen.