Durante la estancia universitaria, muchos estudiantes procuran experiencias extracurriculares que les brinden la oportunidad de desarrollarse en su disciplina de estudio. Aquellas vivencias que se dan en el extranjero suelen ser las más atractivas y a veces hasta la primera alternativa. Pero, ¿quién dijo que no podemos conocer un mundo nuevo en nuestra tierra?
Jorge Gutiérrez, estudiante de Biología de la Universidad de Puerto Rico (UPR), se lanzó este verano a la aventura de hacer un internado de verano en el pueblo costero de Maunabo, mediante la organización Capítulo Estudiantil Sociedad Ambiente Marino.
Desde el 2012, el joven capitalino se había desarrollado como líder comunitario, defensor y protector de las tortugas marinas en el área de Condado, Ocean Park e Isla Verde. A raíz de su experiencia, sintió la necesidad de aportar a la causa con sus conocimientos en otros espacios del País.
A finales de mayo, Jorge arribó a Maunabo. Esa misma noche comenzó con el patrullaje en las playas. Tuvo la suerte que aquella noche pudo presenciar múltiples tortugas desovar a la orilla de la playa. Poco después, Luis Crespo, líder de los Amigos de las Tortugas Marinas, recibió una llamada, donde se le advirtió que, a millas de aquella costa, en el pueblo de Yabucoa, habían asesinado una tinglar.
Rápidamente se dirigieron a la playa del municipio aledaño y las emociones se desbordaron. Unos minutos antes, Jorge había visto el despertar de la vida y ahora se enfrentaba a una funesta escena.
Sin embargo, días después, tuvo la oportunidad de regalarle más tiempo de vida a una tinglar que tenía una laceración en su aleta frontal derecha a causa de un anzuelo. La tinglar había salido a anidar, pero el dolor no le permitía regresar al mar. Jorge cuenta que lo más bonito del suceso fue que las familias aledañas salieron al rescate de la tinglar y juntos lograron salvarla.
Así fue como hizo sus primeros amigos y comenzó a ver al pueblo de Maunabo desde una perspectiva distinta. Exploró el lugar y descubrió las riquezas naturales y culturales del municipio costero.
Jorge afirma que Maunabo es “otra isla dentro de nuestra Isla”, con camaradería de sobra y un espíritu de vecindad donde “con lo poco se hace mucho”. Por su experiencia, plantea que Maunabo cuenta con una gran variedad de recursos naturales que podrían ser utilizados para desarrollar una industria eco turística que aporte al desarrollo económico del pueblo.
Además de Jorge y otros miembros del Capítulo Estudiantil Sociedad Ambiente Marino, estudiantes de universidades en Nueva York, Virginia, Ohio y Oregon llegaron únicamente para trabajar en el proyecto.
El biólogo en formación confiesa que esta experiencia veraniega le cambió la vida y le hizo entender que nuestra País también puede proveer experiencias maravillosas, afirmando que “Puerto Rico nos necesita, aquí hay mucho que hacer”.
Si la historia de Jorge te inspiró, debes saber que el Capítulo Estudiantil Sociedad Ambiente Marino se encuentra en plena etapa de reclutamiento para nuevo voluntarios. Puedes contactarte con ellos mediante Facebook, su página web o al 787-764-0000, extensión 7699.