La Cámara de Representantes se encuentra evaluando una medida que prohibiría la venta y utilización de los sorbetos plásticos en los establecimientos comerciales de Puerto Rico. Diálogo auscultó cómo ven esta iniciativa algunos alumnos de la Universidad de Puerto Rico (UPR)
“Para mí, no afecta en nada, casi siempre llevo mis botellas de aguas y las rehúso más de dos veces. Y cuando compro comida en la cafetería y me entregan un vaso puedo hacer uso de él sin sorbeto. Tal vez sea costo efectivo para las compras de la cafetería”, opinó Dwinaliz Jimenez Arocho, estudiante del Departamento de Administración de Hoteles y Restaurantes en la UPR Carolina.
En esa institución se evita el uso de los sorbetos y otros plásticos por lo que ya los estudiantes se consideran “pioneros” en la reducción de plásticos.
Además, las cafeterías cuentan con fuentes de agua filtrada para rellenar las botellas de agua, para de esa manera evitar la utilización de botellas plásticas y reducir el uso de sorbetos.
Otros recintos de la Universidad de Puerto Rico tienen iniciativas similares.
El Recinto Universitario de Mayagüez, por ejemplo, impulsa el esfuerzo Campus Verde, que promueve manejar responsablemente los recursos del planeta. Esta iniciativa promueve la eliminación de bolsas y botellas plásticas.
“Yo creo que muy bien podemos hacer eso aquí”, sostuvo Luis Cortés, estudiante de ingeniería, sobre el Proyecto de la Cámara 1746.
Mientras que en el Recinto de Río Piedras, una estudiante opinó que hace falta mayor educación.
Jeanesha Bou, estudiante de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales opinó que todavía en el Recinto de Río Piedras la eliminación de los sorbetos no funcionará.
“En la UPR esta práctica no funcionará”, pronosticó.
No obstante señaló que una alternativa para esto es hacer botes de reciclaje para los plásticos, señaló.
“Se ha tratado ya con las botellas de agua y no se ha disminuido nada. Eliminaron las botellas de agua, pero no de jugo y refrescos exponiéndonos a las aguas de máquinas de filtros las cuales tienen múltiples bacterias”, dijo.
“Nuestros departamentos de biologías y ciencias deberían hacer un consorcio para que así se creen soluciones”, sugirió.
Bou expresó preocupación por el impacto económico para los comerciantes quienes ya están lidiando en medio de una economía debilitada.
“Cuando hablamos de la prohibición de sorbetos y plásticos no solo hablamos de cómo afecta al medio ambiente, también hablamos de cómo afecta a los negocios que los venden. El plástico hace daño al medio ambiente y causa severos daños a corto y largo plaza, pero pienso que hay otras alternativas”, indicó la economista en formación.
“Esta prohibición tan repentina lo que hará es afectar a los negocios locales”, alertó.
El proyecto cameral ha contado con el aval del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).
La asesora legal del DRNA, Laura Díaz Solá, favoreció el mismo recientemente.
“Apoyamos toda iniciativa a desincentivar el uso de sorbetos plásticos desechables y su eventual prohibición. Por medio de dicha prohibición se logrará un mayor beneficio ambiental”, expresó la asesora durante una vista pública sobre la medida realizada por el presidente de la Comisión de Agricultura, Recursos Naturales y Asuntos Ambientales, Joel Franqui Atiles, autor de la medida.
El presidente de la Comisión también consideró el proyecto 1709 del representante Néstor Alonso Vega, que crea la “Ley para reducir y eliminar el uso de sorbetos y promover el uso de sorbetos biodegradables”.
“Integramos el Proyecto 1709 ya que son similares”, indicó en ese momento Franqui Atiles, quien informó que en Puerto Rico se utilizan mil millones de sorbetos plásticos anualmente.
Sin embargo, la asesora legal de la Asociación de Restaurantes de Puerto Rico (ASORE), Irma Castro Dieppa, se opuso a ambas medidas ya que entiende que son muy drásticas y que inclusive promueven la limpieza de sorbetos reusables.
No obstante, sugirió que podía implemente como proyecto piloto en las escuelas públicas.
“Tal vez, una alternativa sería comenzar por las agencias gubernamentales, por ejemplo, los comedores escolares donde se utilizan sorbetos, para así desde la niñez ir educando a los niños y a los padres. Así, de manera paulatina, se podría lograr una transición adecuada y el cambio en los hábitos del consumidor”, propuso Castro Dieppa.