Al pensar en una manera de describir la profesión que le apasiona, la egresada de la Escuela de Arquitectura de la UPR, Isabella Hillman Girod no se limita a las definiciones que otorgan los diccionarios.
La joven piensa que más allá del arte que permite proyectar y construir edificios, la arquitectura le representa una profesión de servicio. Este pensamiento le permitió crear el modelo de una escuela sustentable en Guánica, proyecto reconocido por el Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico.
Durante la celebración de la Décimo Sexta Bienal de Arquitectura 2021, la organización premió la propuesta de diseño que Hillman Girod ideó como parte de su tesis de maestría. Su “Bio-School en Guánica” arrasó en la categoría de “Investigación y/o Publicación Estudiantil”.
“Guánica es uno de los pueblos donde no hay escuelas. Las instituciones no están aptas para recibir a los niños, quienes llevan más de dos años encerrados en sus casas cogiendo clases”, afirmó Hillman Girod.
La arquitecta afirmó que en su proyecto, quería ayudar a la comunidad guaniqueña para que tuviera un lugar que pudiera llamar “refugio”.
Desde que comenzó su maestría, Hillman Girod quería trabajar un proyecto que atendiera los problemas estructurales causados por los huracanes Irma y María, que posteriormente se agravaron tras el impacto de los terremotos.
“Al analizarlo desde un punto de vista estructural, los huracanes y terremotos son opuestos. Cuando diseñamos una estructura a prueba de terremotos, los arquitectos queremos una estructura pesada, sólida, sin mucha apertura y que resista los vientos. No obstante, las edificaciones a prueba de terremotos deben ser flexibles, livianas y, en la mayoría de los casos, fabricadas en madera”, comentó.
“Mientras buscaba alternativas para solucionar el problema, encontré la biomimesis. Este proceso nos permite realizar un diseño siguiendo modelos de la naturaleza, un ente maravilloso que ha evolucionado durante 3.8 billones de años. La flora y la fauna conocen los elementos que funcionan para crear su propio ciclo de vida”, destacó.
El propósito del proyecto era crear una escuela resistente ante huracanes y terremotos, pero también resiliente. Para lograrlo, Hillman Girod analizó las necesidades de los puertorriqueños.
“Decidí crear una escuela sustentable, porque nuestro mundo sufre ante los daños climatológicos que los seres humanos le hemos impuesto. En Puerto Rico, los arquitectos estamos pensando en generar cambios para la sustentabilidad y la resiliencia, especialmente luego de María”, afirmó.
Hillman Girod utilizó datos del Departamento de Educación de Puerto Rico (DEPR), para descubrir cuáles municipios estaban en mayor necesidad de una escuela. Guánica era el lugar perfecto, pues fue uno de los pueblos más afectados por los sismos.
La arquitecta se basó en dos modelos naturales, el pájaro carpintero y el erizo de mar, para realizar el diseño. La joven copió la forma de los animales para crear una estructura más resistente.
“La forma del erizo es ovalada y provoca que el animal se ancle al suelo. Aunque el anclaje le permite aguantar fuertes corrientes marítimas, el erizo también tiene movilidad, un elemento importante al momento de diseñar estructuras resistentes a sismos”, sostuvo.
En cuanto al pájaro carpintero, la joven explicó que le llamó la atención los procesos que experimentan para adquirir comida. Destacó que estos animales nunca presentan daños cerebrales debido a su sistema craneal.
“Tienen una especie de shock absorber. Este elemento se modeló como un sistema de aislación de base, porque se encarga de levantar un edificio de la tierra y dejar que cuelgue. Permite que la estructura se mueva a una magnitud distinta a la de la tierra, lugar donde ocurre el sismo”, dijo.
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