A José Raúl González lo conocen como Gallego hace un montón de tiempo. Le dicen Gallego en la calle, en los estudios donde va a grabar discos de música urbana, le dicen Gallego también en las librerías y hasta en los salones de clases de universidades alrededor del mundo donde se estudia su obra poética.
Pero olvídate de Gallego… ¿Quién es José Raúl González? ¿Quién es ese poeta, ese escritor, ese ser humano que algunos creen conocer pero que pocos se han dado a la tarea de saber quién es?
Intentémoslo nosotros, pues.
Diálogo aprovechó la coyuntura del retorno al micrófono de este poeta de más de cuatro décadas de vida para sentarse con él a hablar de quién demontres realmente es él. A ‘Gallego’ usted lo podrá ver este jueves en la noche en el local El Psycho Deli, la barra-restaurant que administra el otrora guitarrista de Calle 13, Mark Rivera, en la calle Cerra de Santurce.
Diálogo: Bueno…. ‘Gallego’…¿Qué quisieras de entrada decirle a la gente sobre tu vida y tu poesía, sobre lo que ha sido tu carrera con las letras, tanto en la academia como en el rap?
Gallego: Mi vida ha sido intensa como mi poesía, siempre transparente y abierta al público general. Mi carrera literaria ha sido un maratón de Nueva York, desde el primer micrófono que agarré en mi mano (el beso de un primer performance) pasando por mis dos hijos (Barrunto y Residente de Lupus). Cargo con varios auto-exilios y la certeza de haber conocido el lado oscuro de la literatura puertorriqueña.
Con los colegas del rap o música urbana ha sido otro viaje igual de intenso, pero menos profundo, uno de poesía, pero sin la otra poesía no podría sobrevivir: entiéndase mi poesía académica y mi poesía para la música urbana, ambas en un viaje salvaje y peligroso por el lado oscuro del país.
D: ¿Es mejor escribir de los demonios con los que uno lucha, ya sean personales o políticos, o de los ángeles que rodean o han rodeado a uno?
G: Para mí es importante escribirle a ambos, tanto al demonio como al ángel, pues, poéticamente convivo con ambos; uno sin el otro sería poesía muerta. Lo que te pasa mientras vives, los políticos ineptos que gobiernan tu país, tus dolores, tu crisis y tu sobredosis, todo esto mezclado en una licuadora, junto a un par de lágrimas, calambres y la imagen de una ciudad sin luz eléctrica: como resultado, escribe sobre un papel un puñado de palabras al que luego los académicos clasificarán, según sus criterios…y tú solo le llamarás poema. Ángeles y demonios, como en las películas de Hollywood, siempre juntos.
D: Declama un poema aquí, ahora. ¿Puedes? ¿Quieres? ¿Te atreves?
D: Cuando nos conocimos hace mucho tiempo, no existían las redes sociales, casi ni existía el Internet. ¿Cómo describes lo que pasa en estos momentos con las comunicaciones?
G: Entiendo que las comunicaciones nos han descomunicado… Extraño los buzones y las cartas, las conversaciones en un teléfono público chupándome una paleta de menta. Ya no existen las distancias. Las distancias han sido vencidas, somos vigilados con nuestros propios aparatos de comunicación.
Intenté mantenerme lo más cromañón posible con esto de las redes, mas son igual de adictivas que el crack o la manteca. De más está decirlo, quién hoy día no tenga un teléfono celular no está en na’, es un mal necesario.
D: Si fuese un chamaquito o chamaquita que empieza a escribir poesía, en escuela intermedia o superior, ¿qué me recomendarías que leyera?
G: Mi receta sería la siguiente: Julia de Burgos, Pablo Neruda y luego brincaríamos a la antología Papiros de Babel (antología de poetas puertorriqueños en Nueva York).
Y todos los otros poetas clásicos latinoamericanos, norteamericanos y europeos (Bukowski, Jack Keruak, Juan Gelmán, Cortázar, Borges, Vallejo, Lorca… y por ahí pa’ abajo…) Lee toda la poesía que te caiga en las manos, antigua o contemporánea, buena o mala, absurda o lógica… pero lee. En el contacto con otras poesías, la tuya se hará más fuerte… cada día, como un mollero o una raíz, eso les recomendaría.
Es tan necesario como respirar, y es inevitable. Controlar la pasión la hace blanda, te toca escribir y te toca vivir lo que te toca. Sin lamentos y dispuesto a bregar con lo que sea con tal de seguir escribiéndola, es capaz de matarte y de salvarte.
Respecto a la disciplina, es necesario como todo en la vida. Cuando comience a escribir mi primera novela me das el numero de la chica esa llamada disciplina, para escribir poesía no la necesito tanto.
D: ¿Qué es lo que pasa este jueves?
G: Este jueves 22 de junio a partir de las 9:00 p.m. seré el maestro de ceremonia de la primera edición de El Remedio, junto a otros colegas poetas y mi primer artista invitado Black Rhythm, en el PsychoDeli, calle Cerra, Santurce.
Busco hacer un circuito de spoken word que arrope la capital del país como una sábana. Eso es lo que va estar pasando el jueves: puro performance, poesía, camaradería, cero cliché, y todo esto libre de costo.
Los esperamos.
Y cómo él mismo dijo, no se pudo escapar de las redes sociales. Lo consigues aquí en Facebook y aquí en Instagram.