No es secreto que los estudiantes que se graduarán este año del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) sientan alegría al conocer que gozarán de su graduación, aunque se trate de una ceremonia simbólica.
El pasado martes 20 de junio, la presidenta del Consejo de Estudiantes, Wilmarí de Jesús, se expresó en la página oficial de esa organización mediante un video informando que se llevarán a cabo los actos de graduación de manera simbólica el 16 de agosto en el Coliseo Roberto Clemente.
Diálogo quiso conocer el sentir del estudiantado riopedrense al respecto.
“La primera que asistirá a mi graduación es mi abuela”, comentó la estudiante de Periodismo y Ciencia Política, Perla Rodríguez.
Rodríguez observó que la iniciativa del CGE “estuvo chévere”, pero no es la primera vez que esto pasa, pues ocurrió lo mismo durante la huelga del 2010. “Casualmente Río Piedras fue a la única unidad que no se le concedió la graduación y eso te deja con muchas cosas en la cabeza”, indicó la alumna aludiendo a la interrogante sobre si la falta de una ceremonia oficial de graduación es un castigo o si responde realmente a que no se pueden atender a los estudiantes de nuevo ingreso a la vez que se trabaja una graduación.
Igualmente, Abdel Rivera quien cursa un bachillerato en Antropología asistirá a la celebración ya que considera que los reclamos de los estudiantes para que se realizase la graduación se oyeron y “es una gran oportunidad luego de que la administración no escuchara nuestra petición”.
Pero hay alumnos que se encuentran indecisos sobre asistir o no. Este es el caso de Khaterine Santiago quien manifestó que no comprende las razones para que la colación de grados no se celebre como de costumbre. “Me parece que la graduación simbólica es una buena idea, aunque se queda ese vacío de no poder haber tenido una real”, añadió la estudiante de Psicología.
“Independientemente si fuese oficial o no, no pensaba asistir a la graduación”, así lo dejó saber Juan Romero quien culminará su bachillerato en Economía. “La iniciativa del Consejo es bien genuina. Están haciendo un buen trabajo atendiendo los reclamos del estudiantado”, manifestó Romero quien piensa que la falta de una graduación oficial es una forma de castigo.
De igual manera el joven Jan Milton Bayón quien cursa una doble concentración en Ciencia Política y Literatura Comparada dijo que no asistirá a la graduación simbólica porque piensa que no es suficiente.
“Si se hará una graduación debe ser avalada por la administración donde se le entregue al estudiante el diploma, la medalla y demás. Entiendo que es una buena iniciativa porque satisface a una comunidad, para eso es el Consejo, pero personalmente no me satisface que sea solamente una actividad simbólica”, opinó Bayón. Añadió que esto podría salir a relucir en próximas asambleas de manera que “si las huelgas pasan, las graduaciones se cancelan”.
La idea de realizar una graduación simbólica por parte del Consejo General de Estudiantes surgió luego de que el pasado 16 de junio el Cuerpo de Decanos decidiera cancelar la ceremonia oficial.
Después de levantar la huelga que se mantuvo viva por 70 días en el Recinto de Río Piedras, concejales mantuvieron conversaciones con el Cuerpo de Decanos acerca de la celebración de la graduación, pero los esfuerzos fueron infructuosos.
Cabe destacar que la unidad de Río Piedras es la única entre los 11 recintos de la Universidad de Puerto Rico que no cuenta con el aval de la administración en esta celebración.
Graduación simbólica en el 2010
Hace siete clases graduandas atrás, una ceremonia de graduación simbólica se llevó a cabo de igual manera que se hará en esta ocasión.
A diferencia de este año, la ceremonia simbólica del 2010 no fue solo del Recinto de Río Piedras, sino sistémica. Se realizó el día 55 de una huelga indefinida que sostenían nueve de las 11 unidades en ese momento. Tuvo lugar en la Avenida Ponce de León frente al portón principal de la Iupi, donde se colocó una tarima.
Acompañados por la Orquesta Sinfónica de la UPR y el Coro del Recinto de Ciencias Médicas los estudiantes desfilaron a recoger un diploma simbólico ante la presencia de decenas de familiares, profesores y público en general.
Para muchos fue un momento memorable.