Cuando el Consejo de Seguridad de la ONU celebró una reunión de jefes de gobierno para analizar la amenaza de la violencia extremista, el secretario general Ban Ki-moon advirtió que el éxito de la lucha contra la intolerancia se basará en la “respuesta unificada”.
Datos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) revelan un incremento de 70 por ciento en el número de combatientes extranjeros en las zonas en conflicto, oriundos de más de 100 países, indicó en la reunión cumbre.
No solo representan una amenaza directa para la seguridad internacional, sino que también atacan “sin piedad a las mujeres y las niñas”, y socavan los valores universales de la paz, la justicia y la dignidad humanas, agregó Ban.
En respuesta al llamado a la unidad, una alianza de 25 organizaciones no gubernamentales (ONG) de mujeres se comprometió a contrarrestar la violencia extremista y a promover la paz, los derechos humanos y el pluralismo.
“Creo que la iniciativa contra el extremismo violento y la cumbre abrieron el espacio para una conversación más amplia sobre la causas profundas del extremismo”, dijo Sanam Naraghi Anderlini, directora de la Red Internacional de Acción de la Sociedad Civil (ICAN), una ONG con sede en Washington que integra la alianza.
La cumbre regional y el esfuerzo de llegar a los jóvenes, las mujeres y la sociedad civil “generaron conciencia acerca de las muchas fuerzas positivas que existen”, añadió.
“Hay nuevas iniciativas de participación juvenil, para que las ciudades aprendan unas de otras, y énfasis en la investigación. La alianza de las mujeres es una de ellas”, explicó.
Ban anunció la próxima formación de una comisión asesora de líderes religiosos para promover el diálogo ecuménico y, a la vez, presentar un plan de acción integral con el fin de prevenir la violencia extremista a la Asamblea General a finales de este año.
El secretario general destacó la existencia de cinco prioridades: la necesidad de involucrar a toda la sociedad, de hacer el esfuerzo especial por integrar a los jóvenes, construir instituciones verdaderamente responsables, el respeto del derecho internacional y los derechos humanos, y la importancia de que el miedo no nos rija ni que sea provocado por aquellos que pretenden aprovecharlo.
Ban aseguró que la mayoría de quienes son reclutados por el extremismo violento son hombres jóvenes, aunque también hay mujeres.
Muchos se sienten frustrados con los pocos medios que tienen a su alcance para llevar una vida productiva y encontrar su lugar en la sociedad, comentó.
“Debemos mostrarles otra manera, una manera mejor. Eso incluye trabajar para acabar con la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades”, añadió.
Entre los grupos integrantes de la alianza están el Centro de Filipinas para el Islam y la Democracia, la Asociación de Mujeres Afectadas por la Guerra, la Sociedad Iraquí Al-Firdaws, la Asociación para los Derechos de la Mujer en el Desarrollo, el Instituto para el Periodismo en la Guerra y la Paz, el Centro Carter y la Asociación Civil de Justicia, Derechos Humanos y Género.
Estados Unidos lucha contra el extremismo a través de una coalición aliada, que se extendió a unos 60 países, incluidos casi todos los países árabes, y la reciente adhesión de Malasia, Nigeria y Túnez.
Además, más de 20 países contribuyen a la actual campaña militar contra los grupos extremistas, entre ellos Boko Haram, Al Qaeda y Estado Islámico (EI).
“Nuestros esfuerzos militares y de inteligencia no van a prosperar por sí solos. Tienen que ir acompañados por el progreso político y económico para atender las condiciones que el EI aprovechó para echar raíces”, declaró el presidente estadounidense Barack Obama en su intervención en la cumbre.
Anderlini, de ICAN, dijo a IPS que la alianza de grupos de mujeres aún se está formando. “Damos la bienvenida a las ONG que defienden los mismos valores y visión. Pretendemos definitivamente tener una voz política y presencia fuertes en el campo de la política por varias razones”, manifestó.
“En primer lugar, no hay duda de que las mujeres son blancos intencionales y centrales de esos grupos – y los extremistas entienden el poder y la influencia de las mujeres en la sociedad”, sostuvo.
“Intentan reclutarlas o matar a los que hablan en contra de ellos. También utilizan, por supuesto, a las mujeres jóvenes y niñas como mercancías”, aseguró.
“Tenemos que tener mujeres en el centro de la toma de decisiones para que no sean doblemente victimizadas o ignoradas por los actores internacionales”, agregó.
“En segundo lugar, los miembros de la alianza están trabajando a la vanguardia de esta lucha. Algunos trabajan directamente con los grupos armados, y otros hacen prevención comunitaria”, explicó Anderlini.
“Tienen experiencia y mucho que compartir sobre qué funciona y qué no, y la forma de adaptar las buenas prácticas a escala”, afirmó.
“En tercer lugar, tienen perspectivas importantes sobre las causas profundas, así como las soluciones necesarias de la comunidad internacional”, continuó.
“No podemos suponer que las pequeñas donaciones a organizaciones locales habrán de solucionar este gran problema. Esas organizaciones pueden hacer mucho, pero lo más importante es que pueden informar y orientar lo que se necesita a nivel nacional e internacional en materia de políticas económicas, de seguridad”, subrayó la representante de ICAN.
La conclusión es que “mucho de lo que ha ocurrido hasta ahora, no está funcionando”, afirmó.
“Nuestros socios sirios e iraquíes ya advertían sobre estos problemas en 2011, e incluso antes. Si les hubiéramos hecho caso a sus advertencias y seguido sus consejos, las cosas serían diferentes ahora”, destacó Anderlini.
Obama dijo que es necesario atender las reivindicaciones políticas que aprovecha el EI.
“Lo he dicho antes. Cuando se niegan los derechos humanos y los ciudadanos no tienen la oportunidad de resolver aquello que los aqueja pacíficamente, esto alimenta la propaganda terrorista que justifica la violencia”, declaró.
“Del mismo modo, cuando los oponentes políticos son tratados como terroristas y arrojados a la cárcel, puede ser una profecía autocumplida”, continuó.
“Así que el verdadero camino a la estabilidad y el progreso no es menos democracia. Es más democracia en términos de libertad de expresión, libertad de religión, el Estado de derecho, sociedades civiles fuertes”, recalcó.
“Todo esto tiene que tener su parte en la lucha contra el extremismo violento”, agregó Obama.
“Y, por último, reconocemos que nuestros mejores socios en la protección de las personas que son vulnerables a sucumbir ante las ideologías extremistas violentas son las propias comunidades – familias, amigos, vecinos, clérigos, líderes religiosos que aman y cuidan a estos jóvenes”, concluyó el presidente estadounidense.