El director ejecutivo del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), Jorge Irizarry Vizcarrondo le admitió a Diálogo que, por fallas internas de comunicación con el director de la Oficina de Promoción Cultural, Jorge Capiello, la institución perdió injerencia en el manejo de la tradicional Feria Nacional de Artesanías de Barranquitas, celebrada el pasado fin de semana.
Este diario estuvo presente en la quincuagésima cuarta edición de la Feria Nacional de Artesanías en el municipio barranquiteño. En esta edición, sobre 200 artesanos participaron de las mesas y actividades que el Centro Cultural de Barranquitas, presidido por Olga Oliveras, en conjunto con la Compañía de Fomento Industrial (CFI) y varios auspiciadores prepararon.
Entre los artesanos el disgusto y el descontento era palpable. Al cuestionárseles qué les parecía la organización, el trato y el flujo del público en los días de la feria, el insumo de este gremio fue de insatisfacción y nostalgia. Muchos de ellos echaron de menos a Marta Cuevas y Bengie Troncoso, empleados del ICP que por años habían estado presentes atendiéndolos.
Para don Pablo Latimer Maysonet, quien se autodenomina como el artesano más viejo, con sobre 65 años de experiencia, la CFI fue impersonal y desorganizada. “El ICP venía y compartía con nosotros y Fomento ni a saludar vino”, dijo molesto el experimentado tallador de yoyos y trompos, querendón de sus homólogos jóvenes y no tan jóvenes.
“Las ferias como esta, que es la matriarca, cada vez van más pa’atrás”, aseguró el también retirado policía santurcino de 73 años. Mas, como si fuera poco, arremetió contra la burocracia de la permisología de la CFI para eventos como la feria debido a que para poder ubicar su mesa, el proceso fue tedioso, según describió.
Así mismo opinó María Cajigas, una artesana de la Sultana del Oeste cuyo renglón de trabajo es la madera de playa para confeccionar muebles junto a su esposo, Hailie Rivera. “Aquí nadie ha venido de Fomento”, sostuvo.
Cuando se le preguntó por qué el ICP no estaba trabajando directamente en la feria de este año, Cajigas admitió no entender la razón precisa, pero sí comentó que, tanto el ICP como la CFI pudieron haberse puesto de acuerdo para cooperar en conjunto en el festín. “El ICP tiene experiencia en calidad, Fomento en el montaje”, añadió.
No obstante, como el insumo del gremio artesanal se basó sustancialmente en algún ruedo de historia oral, quedaba por indagar declaraciones “oficiales” por parte de los miembros de la Junta del Centro Cultural de Barranquitas. Así, con el propósito de esclarecer el asunto y contar con información veraz, Olga Oliveras, presidenta de la Junta de Directores del Centro Cultural de Barranquitas, voluntariamente concedió una entrevista.
Falla en comunicación del ICP
La presidenta, maestra de profesión, explicó que, como suele ser costumbre, la junta determina con mucho tiempo de antelación un plan de trabajo que se presenta en una reunión conjunta con la Oficina de Centros Culturales y Promoción Cultural del ICP, que dirige Jorge Capiello desde abril de 2014. Usualmente, la reunión se lleva a cabo entre diciembre y enero para fijar detalles y otros pormenores, pero este año la historia fue otra. “Nosotros no recibimos respuesta concreta por parte de esta oficina y tuvimos que acudir a Fomento para no quedarnos sin feria”.
De acuerdo a Oliveras, Fomento le pidió a la junta tiempo y espacio para no interferir con un evento que, como es ya consabido, históricamente ha estado bajo la tutela del ICP. El cuerpo cultural de Barranquitas fue persistente y el 11 de febrero envió una carta a Capiello con copia al director, Irizarry Vizcarrondo.
Tras varios intentos para comunicarse, a la junta les pareció que Capiello los estaba evadiendo sin aparente razón. A la luz de la falta en comunicación, los meses pasaron y Jorge Irizarry Vizcarrondo se comunicó para verificar cómo marchaba la planificación. “Para su sorpresa ya nosotros estábamos trabajando con Fomento”, mencionó.
Oliveras aclaró que, “el director se mostró muy apenado y me preguntó por qué no me había comunicado con él directamente”. Sin embargo, la funcionaria explicó que sí pudo haber hecho eso, pero no hubiese obedecido los parámetros, ni hubiese seguido los canales cuyas funciones son precisamente comunicarle al director ejecutivo lo que acontece. “Irizarry confió en su equipo de trabajo”, puntualizó.
Según supo este medio, Irizarry le llamó la atención a Capiello y tomó acciones punitivas inmediatamente, mas cuando Diálogo solicitó escuchar una reacción del encargado de Promoción Cultural, el director ejecutivo no autorizó la entrevista y comentó que no daría detalles.
“Lo que pasó, pasa en todas las familias. Fue un problema de comunicación”, manifestó Irizarry Vizcarrondo. El funcionario también expresó sentirse triste y apenado por lo sucedido porque le tiene alta estima a la feria, la junta y la gente de Barranquitas.
Sin embargo, el ICP, garantizó, “no estuvo totalmente ajeno, porque nosotros hicimos otras aportaciones como llevar la Banda El Grito, la titeretada de Mario Donate y el diseño, la programación y la impresión de la revista Yagrumo”.
“No estaba consciente de lo que estaba pasando”, admitió el miembro del gabinete ejecutivo. Mas, si bien admitió la falla, con la misma entereza se mostró confiado y deseoso en restablecer el buen diálogo entre la junta y la institución para las próximas ediciones de la feria artesanal más antigua de Puerto Rico y el Caribe.