Siempre escuchamos hablar de animales en peligro de extinción, pero casi nunca oímos que en el mundo también existen idiomas o lenguas que están al borde de desaparecer. Este fue el tema de una intervención efectuada por esta servidora en un programa de televisión a los cuales siempre agradezco el interés por estos temas. Entre los datos que sorprendieron a más de uno en el público se encuentran que:
- Existen entre 4,000 y 6,000 lenguas en el mundo
- Se espera que la mitad de estas desaparezca a finales de este siglo según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
- El español es el segundo en número de hablantes como lengua materna y el tercero en el número de hablantes en general
Algo que no sorprende es que el chino mandarín sea la lengua con más fortaleza y más hablantes, pero cabe preguntarse, ¿qué puede ocasionar que una lengua no sea tan agraciada? Pues, los factores pueden ser diversos, tomemos por ejemplo el taíno arahuaco que se hablaba en Boriquén antes de la conquista.
El español, que era el idioma de la cultura dominante, desplazó a la lengua más débil y de esta solo nos queda lo relativo a la toponimia y algunos alimentos. La situación del taíno la resumió la doctora María Vaquero en su publicación titulada El español de Puerto Rico: historia y presente, indicando que “las noticias documentadas que tenemos sobre la lengua taína son muy escasas. Desconocemos la estructura gramatical de este idioma y solo contamos con fuentes indirectas y con hipótesis más o menos aceptables sobre algunos aspectos de su pronunciación”.
Otra de las razones para la extinción puede deberse a la falta de documentación escrita que fije en cierta forma la sintaxis de la lengua en cuestión y provea las herramientas necesarias para su permanencia en el tiempo. Esto está sucediendo con una lengua como el mlabri que se habla por un número limitadísimo de personas entre Tailandia y Laos. Afortunadamente, se están haciendo esfuerzos para crear un alfabeto y una norma de escritura y así evitar que toda una visión de mundo se pierda con el último hablante de esta lengua.
También el factor prestigio tiene mucho que ver con esta situación, como ocurre con el totonaco en México. Las generaciones más jóvenes no ven su pertinencia en hablarlo y el mismo solo queda relegado a las generaciones mayores de 60 años. El gobierno ha tratado de rescatarlo a través de programas educativos, pero solo en los grados primarios y luego de este período los niños pierden el contacto con dicha lengua indígena.
Además de los aspectos políticos y en cierta forma normativos mencionados, otro elemento que juega un papel importante en la permanencia de un idioma es el amor que sus hablantes le profesen; aunque el español, como bien sabemos, está en una posición sólida y en expansión, no es menos cierto que si los niños no la aprenden bien desde pequeños y más aún si los padres no cultivan en estos el deseo de que su idioma se transmita de generación en generación, ya hay un elemento en contra de su permanencia.
No estoy diciendo que no se aprenda otro idioma, lo cual es necesario y muy acertado de parte de los padres, lo que indico es que no se debe menospreciar uno por otro y que al contrario, mientras más idiomas se sepan bien, mucho mejor.
Es lamentable que una lengua desaparezca con el último hablante de la misma, pero más triste es saber que se pudo haber evitado.