Desde hace cinco años, Edgar Portalatín va a la Biblioteca Carnegie en San Juan durante sus horas libres. Allí se sienta a leer los acontecimientos noticiosos y, de vez en cuando, algo de poesía. Como él, otras 26,600 personas disfrutaron el año pasado de estas instalaciones en Puerta de Tierra. Sin embargo, el próximo 30 de junio estos ciudadanos se quedarán temporeramente sin un lugar para sus horas de ocio.
"Me quedaré viendo televisión", expresó Portalatín.
A pesar de lamentar el cierre, el fiel lector está conciente de que es necesario para que la biblioteca sea remodelada. Nadie lo refuta: las franjas de comején que adornan algunas paredes y los boquetes que tienen los techos de algunas salas hacen evidente la necesidad. No obstante, el proceso se ha dado en medio de confusión, incertidumbre y falta de comunicación de parte del Municipio de San Juan –que recientemente obtuvo la biblioteca– hacia los empleados afectados.
“Nos sentimos ansiosos y molestos porque a nosotros no nos han informado nada. Lo más lógico era que cuando tomaron la decisión se sentaran con nosotros a explicarnos”, demandó Iris Taffanelli, secretaria dactilógrafa de la biblioteca.
El proceso comenzó oficialmente en diciembre de 2010, cuando la Cámara de Representantes aprobó una resolución para realizar el traspaso al Municipio de San Juan, según fue solicitado por el alcalde Jorge Santini. El documento ordena al Departamento de Transportación y Obras Públicas y al Departamento de Educación (DE) coordinar la transferencia del edificio donde ubica la Biblioteca y su terreno circundante, por el precio nominal de $1.00.
La transferencia se hizo oficial en enero de este año, luego de que el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, y el gobernador Luis Fortuño aprobaron y firmaron la resolución.
El techo de la edificación necesita atención inmediata. Érica Sánchez.
Taffanelli comentó que nunca se les notificó el cambio aprobado y que algunos de los 12 empleados con que cuenta la biblioteca se enteraron porque una compañera lo descubrió por Internet. Según la empleada, quien lleva diez años en la biblioteca, el resto del proceso ha seguido igual. En efecto, a dos días de cerrarse la biblioteca, todavía no habían recibido comunicación oficial de cuál será su destino laboral.
Por su parte, Miriam Rodríguez, directora interina de la biblioteca, indicó que algunos de los empleados serán trasladados a la Biblioteca para Ciegos en San Juan, ya que al ser personal del Departamento de Educación, no pueden permanecer con la Carnegie al efectuarse el traspaso. Otros, como ella que es gerencial, todavía desconocen en dónde terminarán.
Mientras que, Evelyn Torres, directora de la Biblioteca para Ciegos, confirmó que cinco de los empleados llegarán a su edificio. Torres, quien hasta enero trabajó en la Biblioteca Carnegie, describió el proceso de traspaso como uno “atropellado”.
“El personal ha sufrido muchísimo porque lo que ha reinado ha sido la incertidumbre”, afirmó la directora de la Biblioteca para Ciegos, cuya biblioteca -que cuenta con sólo dos empleados más- se verá beneficiada por los nuevos funcionarios.
“Depósito de información” en peligro
Los entrevistados también mostraron preocupación por el contenido de la biblioteca. La resolución aprobada incluye libros e inmuebles como parte del traspaso, pero todavía se desconoce qué va a pasar con el material cuando comience la remodelación.
Para el bibliotecario Wilfredo García, quien en 1995 fue parte del equipo que creó lo que es hoy la biblioteca, este espacio representa “un depósito de información, de los pocos que hay en nuestro país”. Se mostró preocupado por la colección de libros en la Sala de Puerto Rico, pues cuentan con libros raros del siglo XIX y de principios del XX. Opinó que la única colección que se podría comparar con ésta es la de la Universidad de Puerto Rico, que es más difícil de acceder para el público general.
Pero los libros no son lo único que se destaca de la biblioteca. Por las nueve salas se pueden ver pinturas, juguetes para niños de educación especial, computadoras, entre otros objetos cuyo destino también se desconoce.
García indicó que tampoco se han informado con especificidad los planes que tiene el municipio para la biblioteca, por lo que no sabe cuál será el impacto del cierre sobre las necesidades que suple para el público general, información, cultura y entretenimiento. A pesar de que la resolución dice que el edificio sólo puede ser utilizado para "actividades educativas, culturales y de investigación para beneficio público", García teme que la conviertan en algo distinto a una biblioteca como lo es hoy.
Renovación necesaria
Asimismo, todos los entrevistados también coincidieron en que hacía falta un cambio en la biblioteca. Y es que, según relataron a Diálogo, por años, han operado en condiciones poco favorables, tanto para el edificio como para los empleados y usuarios.
Aún así, las razones oficiales todavía no se han hecho públicas, pero el nombre de la biblioteca figura en escritos informativos sobre el proyecto The Walkable City. Por su parte, los empleados han concluido que se debe a presupuesto; el Municipio de San Juan puede correr con los gastos de remodelación que al DE se le hacen imposibles.
“Entiendo que la razon es que el Departamento de Educacion no puede mantener la biblioteca abierta. No tuvieron la capacidad en 16 años para mantenerla en buenas condiciones”, expresó García.
Asimismo, la directora Rodríguez opinó que el traspaso será beneficioso para la biblioteca “porque el Municipio tiene el dinero para restaurarla”. Mientras, Evelyn Torres concordó con esta opinión, pero criticó la manera en que se ha dado.
Empero, todavía no se sabe en qué exactamente consistirá la remodelación. En efecto, Rodríguez y Taffanelli comentaron que han recibido de visitas de personal del municipio, pero que éstos no han explicado qué van a hacer.
A la salida de Diálogo, una empleada del municipio llegaba para una reunión con la administración de la biblioteca. Ésta expresó que no estaba autorizada para contestar preguntas e indicó que el departamento de Familia y Comunidad es el encargado del proyecto.
Diálogo intentó contactar a José Valentín, director del departamento, pero otra funcionaria informó que éste se encuentra de vacaciones.
Resolución Conjunta Núm. 178 de 30 de diciembre de 2010