La camisa roja a rayas y el sombrero marrón que vestía evocaban la imagen de Freddy Krueger, ese personaje clásico del cine que mata dentro de los sueños a sus víctimas. Sin embargo, esa imagen terrorífica que se asocia con su vestimenta, nada tiene que ver con la personalidad afable y el hablar calmado del joven cineasta Juanchi González.
Aunque en la vida real no se ha conocido de asesinatos cometidos por Juanchi, es posible que tenga algo en común con Krueger. Al igual que él, este director juega con la psicología de los individuos –ficticios o sus intérpretes- para obtener lo que quiere: una buena historia.
Precisamente, ese juego ha llevado al joven director a ganar varios premios con su primer cortometraje -Los unos y los otros- realizado en el 2008. La historia que se presenta en este trabajo cinematográfico independiente trata sobre una mujer con sentencia de muerte que el gobierno utiliza para poner en práctica experimentos. Su producción tomó aproximadamente un año y -según explica- fue el tipo de ejercicio colectivo que caracteriza su rol como director.
“Estuvimos como seis meses de preproducción intensa, de buscar equipo, de estar con los actores interactuando con ellos, creando intenciones e historias. Creamos mucho backstory que ni se ve en el corto, pero queríamos estar súper claros de lo que estábamos filmando”, explicó, valiéndose de su dicción impecable, pero relajada que anima a seguir escuchando lo que relata.
Esa interacción entre actor y director es una de las cosas que le encantan del cine, pues según comenta “éste es un trabajo en equipo”. “El cine es un colectivo, en realidad. Yo soy el director, pero necesito al productor, el productor necesita al fotógrafo, etcétera. Todo el mundo se necesita, así que tratamos de ser un ente para ser creativos”, añadió.
Y, en efecto, en la búsqueda de expandir la creatividad y lograr un buen producto, el joven cineasta reveló que le gusta “entrar con los actores desde cero para ir creando, para ir conociendo el personaje poco a poco. La visión la tengo, pero igual, acepto mucha información. Creo que así es que uno puede madurar, ser más creativo, aceptando otras cosas”.
"El cine es de los actores"
Para Juanchi esta búsqueda por saber, conocer y entrar en la creación de un personaje lo motivó a hacer de eso una profesión. De esta manera, ve en la dirección actoral su norte y va a la Universidad de Puerto Rico a concretizarlo. Durante el transcurso de sus estudios en Teatro, pudo aprender el lenguaje de los actores y cómo interactuar con ellos para crear personajes multidimensionales, cuyas vidas tanto actor como director conocen de rabo a cabo.
Sin embargo, esa pasión no representó para el director una sorpresa que le guardaba el destino para sus años universitario. Por el contrario, desde pequeño –confiesa- tuvo cierta afinidad hacia esa profesión. Por aquellos días en que veía películas en el cuartel de la policía donde trabajaba su papá, su percepción era que “el cine era los actores”.
Aún más, esta premisa lo acompañó durante mucho tiempo; al punto que recuerda que cuando era un niño e iba al barbero le pedía que lo recortara como Tom Cruise.
Durante su adolescencia, sin embargo, notó que había algo más allá de eso detrás de las cámaras. Su padrino había notado lo mucho que disfrutaba de las películas y comenzó a mostrarle un cine menos comercial.
Ya no sólo veía películas de acción, como Die Hard o las de Steven Seagal, sino que se adentró en los mundos de, entre otros, Stanley Kubrick, Milos Forman y Jean-Luc Godard.
“Yo siempre digo que la película que me cambió un poco la perspectiva fue A Clockwork Orange. En vez de buscar quién era el actor, empecé a buscar quién fue el director, el productor. El ver la diversidad de estos directores, de cómo contaban una historia, fue lo que me interesó. Ahí fue que dije ‘creo que esto es lo que quiero hacer’, la creación, la parte egocentrista”, recordó.
Ya a los ocho años había comenzado el ejercicio detrás de las cámaras. Precisamente, para ese entonces, su tía tenía una cámara VHS que él usaba para hacer cortometrajes protagonizados por sus abuelos o recreaciones de las películas que veía y, en ocasiones, de las que no veía.
“Me acuerdo que salió la película de The Doors y a mí no me dejaron verla en el cine y yo era súper fanático de ellos. Salió la película y cogí la cámara. No la vi, pero me fui con mi hermano y mi tía y empecé a recrear escenas de la película”, contó.
Un adolescente con “humor negro”
Años más tarde, cuando cursaba el noveno grado, comenzó a relucir un lado más morboso de la creatividad de Juanchi. Películas como Reservoir Dogs, Pulp Fiction, Very Bad Things y las primeras cintas del español Pedro Almodóvar lo expusieron a un humor negro que- según recuerda- le atrajo durante sus tiempos de rebeldía en el Colegio Menonita.
Y, en efecto, ese humor quedó reflejado en el trabajo final de una clase de cinematografía que tomó en el colegio. El trabajo consistía en la realización de un corto, y Juanchi escogió desarrollar la historia de un hombre que lleva a su hija donde un vecino mago para que la desapareciera.
Más adelante, para la elaboración de su próximo corto, la historia se valió de mucha más oscuridad: “un carnicero sospecha que su esposa está engañándolo con su mejor amigo, decide matarlo, lo desmiembra y cuando se lo lleva a la esposa, se entera de que simplemente le estaban planificando una fiesta de cumpleaños”.
“Me gustaba ver este mundo medio oscuro. Ese (el segundo corto) lo vio la mamá del actor y me dijo que no la podía sacar, así que la tengo por ahí engavetada”, lamentó el novel director quien deja entre ver una fascinación por encontrar la profundidad en aquellas cosas que otros señalan feas.
Pero ya estaba encaminado, y esa pequeña frustración no lo detuvo. Luego de terminar sus estudios en teatro, pudo trabajar en la obra Bent, presentada en Bellas Artes. En ella, realizó los efectos visuales y la iluminación y obtuvo su primera nominación, donde compitió, precisamente, con su profesora de iluminación. Ninguno de los dos ganó, pero la obra había obtenido siete nominaciones en total y ganó mejor dirección y mejor actor.
Luego de ese éxito, Juanchi continuó trabajando en en el teatro hasta el 2007, cuando alguien le contó un mito que le llamó la atención, sobre un hombre en pena de muerte a quien le hacen un experimento psicológico. De ahí -revela- nació Los unos y los otros.
Un corto que cruza fronteras
Su verdadera introducción a la industria cinematográfica ha sido presentada en Chicago, Italia y Madagascar, en donde fue bien recibida e interpretada de una manera política.
Al abundar sobre el proceso de escribir, dirigir y escuchar las interpretaciones de los espectadores, Juanchi describe que en todo momento se mostró abierto y receptivo.
A pesar de que su intención original fue “crear una psicología”, recibió positivamente la interpretación de los africanos. Además, admitió, que al extrapolar el texto a convertirlo en imagen se pueden perder cosas, y en ocasiones, hay visiones que se deben comprometer por falta de recursos o porque simplemente no funciona al ser concretizado el guión.
“Hay algo bien interesante que dijo el director de The Dark City (Alex Proyas). Él dijo que si un libreto o una película queda al 95% bien, eso es un logro. Casi nada queda al 95% bien. Cuando tú escribes, lo ves un 100% perfecto porque es tu visión. Ahora, cuando vas a dirigir, entras a otra etapa creativa que es bien interesante porque de un 100% ya tú tienes que ir bajando. Así que entra un mundo creativo que puede ser que te hunda como puede ser que de momento veas otras cosas que nunca viste”, comentó.
Con Los unos y los otros, ganó $5 mil de un premio otorgado por el jurado de Cinefiesta en el año 2009. Mientras que, actualmente se encuentra desarrollando un proyecto con el mismo equipo de su primer corto. El nuevo corto es un “estudio de personaje” hecho a través de un hombre que está enterrado en cemento hasta su cintura. Tanto esta idea como la de Los unos y los otros proyectan lo que él llama una “dualidad”.
“Nadie es bueno, nadie es malo. Todos somos un ente. Esa fue la perspectiva desde el principio que tomé cuando estaba escribiendo el nuevo (corto), de esa dualidad, dejar que estos personajes corran por sí e identificarnos con ellos más que crear un estereotipo de quién es el protagonista o quién es el antagonista. Sea el bueno, sea el malo, tú lo decides”, concluyó.
Y con Juanchi optamos por el bueno.
Trayectoria:
2011 Ellos también (Editor, guionista)
2010 En la otra calle (Editor, productor)
2010 The Jukebox: Eight Days a Week (Editor, productor)
2009 Vídeo musical para Gomba Jabahri (Director, camarógrafo)
2009 Il Viaggio (Camarógrafo, editor)
2008 Los Unos y Los Otros (Escritor, Director, Productor Ejecutivo)
2008 Casual Day (Asistente de director)
2008 Anuncio Go Army (Script Supervisor)
2008 Homenaje a… (Editor, camarógrafo)
2007 Godspell (Multimedia y documentación de la obra
2006 Clip (Co – Director, Editor, Camarógrafo)
2005 Video: Cyntia Olavarria (Miss Universe 2005) (Director, Editor y Camarógrafo)
2004 Vincent (Director y Editor de Visuales, Iluminación, Camarógrafo)
2002 Bent (Director y Editor de Visuales, Asistente de Director, Iluminación)
Premios de Los Unos y Los Otros:
2009 Cinefiesta: Premio del Jurado, Mejor actriz, Mejor director
2009 La isla en cortos: Premio oro
2010 Rincón International Film Festival: Mejor corto en español
2010 Puerto Rico Horror Fest: Mejor corto nacional
2010 Cinears: Mejor director, Mejor actriz, Mejor edición, Mejor sonido, Mejor guión
2011 Selección oficial Chicago Latino Film Festival
Nota del Editor: Esta es la tercera de cuatro entrevistas a los panelistas que formarán parte del conversatorio "Sin Permiso: muestra de cortos de jóvenes cineastas de Puerto Rico", que Diálogo llevará a cabo como parte de las actividades en conmemoración de los 25 años del periódico. La actividad será el jueves 31 de marzo de 2011, desde las 6:30pm en la Plaza Blanche Kellogg en Ciudadela, Santurce. Vea el evento http://www.facebook.com/#!/event.php?eid=173775252674733