Jugar es una válvula de escape de la realidad. Es una acción poderosa con la que se recrea y se imagina al mundo. Los niños son el mejor ejemplo de ese ejercicio, pero ¿están siendo expuestos, a través de los celulares y tabletas, a imaginar o a encerrarse en un mundo virtual? ¿Es sano el desarrollo de los niños con “los nuevos juguetes”? Diálogo conversó con algunos expertos sobre la importancia del juego y los juguetes en el desarrollo de los niños en tiempos del televisor como babysitter y del smartphone como figura de acción.
Estudios como el de la Asociación de Industrias de Juguetes de Europa, realizado por el doctor Jeffrey Goldstein en el año 2003, y el de la Asociación Nacional para la Educación de los Niños (NAEYC, por sus siglas en inglés) del pasado año, aseguran que el juego y los juguetes contribuyen significativamente al desarrollo social y motriz de los niños, siempre y cuando se consideren las etapas y edades de cada uno. Tanto profesionales de la salud como sociólogos, especialistas en educación y psicólogos muestran un consenso en cuanto al asunto.
No obstante, la preocupación de estos mismos expertos yace en qué juguetes y qué juegos se están fomentando en los niños, primordialmente entre las edades de uno a ocho años.
El mercado de los juguetes no es el mismo desde que las consolas de videojuegos invadieron los hogares de millones de personas, y desde que los teléfonos cuentan con la capacidad de almacenar juegos y otras aplicaciones multimediáticas.
La doctora Hortensia Díaz Rojas, vicepresidenta de la Asociación de Médicos Pediatras de la Región Este, aseguró que la cantidad de niños que dominan con suma destreza los teléfonos móviles, tabletas y otros artefactos electrónicos van en aumento. A su vez, aclaró que esto no significa ser un peligro, pero como todo, el exceso sí.
Plan 5210
“La Academia Americana de Pediatría (AAP) basa esto en el plan 5210”, mencionó Díaz Rojas. La codificación, según la doctora, desglosa la importancia de que los padres regulen la interacción de los niños con los artefactos electrónicos, su tiempo de actividad física —vital para el desarrollo motriz—, y garantizar una buena alimentación, clave para el sano crecimiento.
“El cinco se refiere a las cinco porciones de frutas y vegetales que deben consumir diariamente. El dos, que solo pasen dos horas al día frente al televisor o jugando videojuegos. El uno, que deben salir a jugar afuera, al menos una hora al día. Y el cero, que no deben consumir ninguna porción de azúcar de mesa”, explicó la pediatra practicante en el municipio de Yabucoa.
Estas recomendaciones, añadió, no son muy consideradas por las personas, cuando deberían serlo. ¿La razón? Los constantes aumentos en casos de obesidad infantil, serios problemas motrices, desarrollo de condiciones visuales a temprana edad, deficiencia en las destrezas sociales y en la interacción, déficit de atención y un pobre desempeño en el aprendizaje, condiciones que ve en muchos de sus pacientes.
Con este argumento estuvo de acuerdo el cirujano pediátrico Iván Figueroa Otero, profesor retirado del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR). El galeno afirmó que aun cuando existen juegos aptos para niños y plataformas educativas, los adultos exponen a los menores a juegos de contenido inapropiado.
“Estos juegos son belicosos. Los héroes son peleones y los niños aprenden a que hay que ser peleones para conseguir lo que se quiere. Se llevan esa imagen”, expuso. Además, puntualizó que estos juegos, que parecen desplazar a los juguetes en ocasiones, “no estimulan el cerebro, ni la actividad física”.
El médico aludió a las etapas tempranas de aprendizaje como determinantes en la formación de toda persona. “El aprender es crear nuevas conexiones al cerebro. Es un proceso de programación y el sistema que el niño aprende con los juegos electrónicos es totalmente artificial”, dijo Figueroa Otero.
Y es que, no es lo mismo la experiencia del béisbol en un campo de bateo que en la consola electrónica que encierra un mundo virtual. “El niño aprenderá a mover el dedo pulgar primordialmente, pero si le das un bate para que practique no sabrá cómo hacerlo”, garantizó el experto.
Asimismo, el experimentado galeno señaló que, al menos desde su experiencia, ha visto un aumento en casos de niños y jóvenes deprimidos, que viven del encierro frente al televisor, la computadora o jugando videojuegos de contenido belicoso.
De pronto, el médico no supo de ninguna estadística concisa en la Isla que pudiera citar, por lo que su señalamiento, aclaró, es puramente empírico. Mas reconoció que es urgente estudiar también el efecto de las ondas que emiten los teléfonos y aparatos inalámbricos en los niños y mujeres embarazadas.
“Se especula que estas (ondas) aumentan la probabilidad de desarrollar tumores cerebrales. Y en eso la Academia Americana de Pediatría tiene que reevaluar los efectos de esas ondas porque no se hace desde 1996”, señaló.
Tanto el doctor Figueroa Otero como la doctora Díaz Rojas estuvieron de acuerdo en que hay que regular la exposición de los menores a estos juegos, y consideraron que los juguetes y juegos como las pelotas, los rompecabezas, las manualidades y otros son importantes para el sano desarrollo de los menores.
El juego “escenifica” lo social
Entretanto, desde la perspectiva sociológica del asunto, el doctor Rubén Dávila Santiago, catedrático del Recinto de Río Piedras de la UPR, reiteró la importancia y la profundidad que tiene el juego. “El juego, precisamente, posee la estructura interna básica que facilita modelar, plantearse, ejecutar y compartir elementos primarios de la normativa”, acotó. No obstante, el experto aclaró que por “normativa” alude a lo que la sociedad ve como normal. Es decir, el juego funciona como una aguja hipodérmica y en él se refleja lo machista, lo fundamentalista o lo laico de una sociedad. “Mediante el juego se ‘escenifica’ lo social”, concluyó.
En cuanto a la exposición al televisor y demás aparatos electrónicos, Dávila sostuvo que, aunque resulte chocante, el libro, como el televisor, son medios ilusorios, fantasiosos y alucinantes. El profesor, como los médicos, no quiso “satanizar” la exposición a medios como la televisión, y destacó que “esta dimensión que estamos tratando de la artificialidad nos remite a nuestra capacidad de transformar nuestra realidad social”.
La Academia Americana de Pediatría, así como la Asociación Nacional para la Educación de los Niños, recomiendan a los padres en esta Navidad a que, a la hora de regalar juguetes o juegos de vídeo para sus hijos, observen en la etiqueta si su hijo(a) tiene la edad adecuada para jugar con el producto. De igual forma, exhortan a seguir el Plan 5210 y a fomentar destrezas como la lectura y las manualidades para un óptimo desarrollo social y motriz.