Además de pasión por servir y ayudar a los demás, la joven vegabajeña Keren Rosario —junto con sus padres y hermanos— creció con su mirada puesta en la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras, como el lugar en donde estudiaría.
Esa solidaridad que la caracteriza la llevó a optar por un bachillerato en Educación Especial y especialidad en sordos.
Al tomar sus primeras clases, Keren se enamoró de lo que había escogido para estudiar y fue ahí que se dio cuenta de que a través de ese bachillerato podía ayudar a otros.
“Lo interesante en educación especial es que tú enseñas en diferentes maneras a ciertos grupos de personas que muchas veces la gente no sabe quiénes son o no los comprenden y uno es el que va al frente, está ahí con ellos y los ayuda”, mencionó la estudiante, quien se convirtió en la más reciente ganadora de la beca de estudios graduados de la Fundación Harry S. Truman, que premia a jóvenes de instituciones de educación superior en Estados Unidos y Puerto Rico que sobresalen por su compromiso con el servicio público.
A pesar de estar lejos de su familia, haber tenido que adaptarse a ser más independiente y a la vida en el área metropolitana, la joven se ha esmerado por ser una excelente estudiante.
Esta Jerezana se ha dedicado de lleno a sus estudios, a dar lo mejor y adquirir experiencias que la ayudaran a ser una mejor persona y futura profesional. Es por eso que aprovechó cada oportunidad y, con el fin de tener una buena formación, ha sido parte de varios eventos y programas dentro de la UPR.
Como parte de estas experiencias, fue estudiante orientadora para acompañar a los estudiantes de nuevo ingreso. También tuvo la oportunidad de participar en un intercambio en Nueva York y ser la primera alumna de la Facultad de Educación en estudiar sordos de la comunicación en el bachillerato Patologías del Habla. “Me preparé, solicité y me aceptaron. La experiencia fue súper buena, aprendí un montón y tomé clases que no podía tomar en la UPR”, expresó.
Keren participó durante un verano en un campamento de personas con autismo en Carolina del Norte, Estados Unidos. Los participantes de ese campamento eran personas de 4 a 65 años de edad, lo que le permitió ver la educación especial en acción y la gama del autismo. Y aunque su especialización es en sordos, la experiencia le ayudó a ver que hay otras comunidades con diversidades funcionales.
Y es que la joven siempre le ha interesado la comunicación y el lenguaje con las comunidades de educación especial y con su pre práctica se interesó en el tema al ver que muchos de los niños con estas condiciones no dominaban la escritura y la lectura.
“Con la comunidad sorda y la de autismo ha sido bastante gratificante ver al estudiante que no sabía una palabra o no sabía hacer algo y uno le enseña, sentir sus abrazos [nos deja saber] que son sinceros. Tú tienes que llevarlos a ellos a la máxima capacidad, simplemente es algo que te llena el día”, comentó la joven con una sonrisa en su rostro.
Un día, el profesor Luis Raúl Cámara, del programa de honor le dijo que solicitara la beca que otorga la Fundación Harry S. Truman, pues según él, ella estaba hecha para eso. Esta beca es un mérito que se les ofrece a ciudadanos estadounidenses que desean realizar estudios superiores para prepararse para una carrera en el gobierno, el sector de las organizaciones sin fines de lucro o algún otro sector de servicio público. Estos becarios participan en programas para el desarrollo de liderazgo, tienen oportunidades especiales para pasantías y empleos en el gobierno federal.
Impulsada por sus profesores y familia decidió preparar su propuesta —para solicitar la beca— acerca de la lectura y escritura en niños sordos en elemental e intermedia porque había visto la necesidad que tenían estos estudiantes.
La joven mencionó que ella siempre tenía en mente que, aunque no ganara o quedara entre los finalistas, estaría agradecida por la oportunidad, porque el proceso de solicitud y preparación de la propuesta le ayudó a organizar y concretar hacía dónde se quiere dirigir una vez se gradúe.
Pero la realidad es que Keren quedó entre los cuatro finalistas, todos de la UPR en Río Piedras. Y no fue hasta que un día el profesor Cámara le dijo a la Jerezana que verificara su correo electrónico. Ella con emoción, nervios y muchos sentimientos, entró y vio que había un correo de la Fundación de Becas Truman.
Al abrirlo, recibió la noticia que era la ganadora de la beca Truman, y que se ofrece a una persona por estado o territorio. “Yo no me lo creía, yo me quedé atónita. No podía creerlo”, dijo Keren, pues entendía que las propuestas de sus compañeros eran muy buenas también.
Lo más que esta universitaria celebró fue que pudieron entender en su propuesta que la comunidad sorda educativamente no tiene una tiene una representación amplia. Explicó que la idea fue hacer entender a quienes la evaluaran que, si bien la población es pequeña, es una a la que deben de tener en consideración.
Al igual que la joven, cuando sus padres recibieron la noticia de que su hija había sido la ganadora, se sorprendieron y se alegraron porque sabían que todo el esfuerzo había rendido frutos.
Entre los planes futuros de Keren está graduarse este año y luego hacer una maestría en educación para sordos con implantes cocleares.
Sin poder ocultar su alegría, le agradeció a Dios, a los profesores, a su familia, amigos, compañeros, a la Facultad de Educación y al Programa de Honor por ser piezas claves en obtener esta prestigiosa beca que le abrirá puertas en sus estudio, le brindará nuevas experiencias y le permitirá seguir haciendo lo que le apasiona: servir.