El consenso entre los manifestantes –estudiantes universitarios, jóvenes desempleados, así como empleados, líderes sindicales y políticos de la minoría– era el mismo: en los países que han progresado y cuya economía ha despuntado, los trabajadores gozan de los derechos laborales que, en Puerto Rico, ahora se quieren enmendar o eliminar.
Sobre 300 personas y diez organizaciones protestaron hoy al mediodía frente al ala sur del Capitolio contra la denominada reforma laboral –el proyecto de la Cámara 453 ya aprobado en ese cuerpo, y el proyecto del Senado 212 (P.C. 453 y P.S. 212).
La medida, que se encuentra al momento bajo discusión en el Senado, básicamente reduce los días de licencia por enfermedad y vacaciones, así como el bono de Navidad, al tiempo que aumenta el periodo probatorio y las horas de trabajo para acumular dichos beneficios, alterando en el trayecto sobre 29 leyes laborales.
La legislación –presentada a dos semanas de la juramentación del nuevo gobierno e impulsada por el sector empresarial privado– ha sido justificada bajo la premisa de que, con la flexibilización de los derechos laborales, estos patronos podrán crear más empleos. Sin embargo, el documento no detalla cuántos empleos crearía, ni cita estudio que diga cómo aumentaría la tasa de participación laboral.
“En Puerto Rico no vamos a salir de la crisis haciendo más pobre a la gente que trabaja. Esto es una excusa para validar a los patronos que no les gusta pagar por enfermedad y vacaciones. Quieren exigirle el máximo a sus empleados, pero darles el mínimo, buscar una mayor productividad para ellos a menor costo”, señaló el abogado laboral Jorge Farinacci Fernós.
El también excandidato a la legislatura municipal de San Juan por el Partido del Pueblo Trabajador (PPT) agregó que “la gente sabe que aquí hay algo mal cuando de momento te dicen que van a haber menos días por vacaciones, por enfermedad, menos bono de Navidad, que el patrono te puede botar simplemente porque le caes mal aunque hagas tu trabajo bien por 12 o 18 meses”.
Por su parte, el presidente del Colegio de Trabajadores y Trabajadoras Sociales de Puerto Rico, Larry Emil Alicea, apuntó que “las investigaciones en psicología industrial fueron las que establecieron que se debían regular los horarios de trabajo y entre cada cierto espacio de hora, poder tener un espacio de descanso. Esta reforma viene a trastocar todos esas garantías que se hicieron a base de investigaciones científicas y que le costaron sangre, libertad y esfuerzo a cientos de trabajadores en la historia de Puerto Rico”.
En la protesta también participaron los representantes Luis Vega Ramos, del Partido Popular Democrático (PPD), y Denis Márquez Lebrón, del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), quienes señalaron, respectivamente, que el P.C. 453 es un “afán de complacer a los bonistas” y una “forma de cumplir sumisamente con la Junta de Control Fiscal”.
En la lista de políticos presente también estuvo la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, quien manifestó que la reforma laboral es “la Ley 7 en esteroides”.
Rafael Bernabe, profesor y excandidato a la gobernación por el PPT, también marchó, no sin antes explicar que la medida “busca aumentar los ingresos de los patronos sin que haya garantía alguna de que esa ganancia se vaya a invertir en crecimiento económico o en la creación de empleo”.
“El problema de Puerto Rico no son los trabajadores, sino el hecho de que aquí se genera una gran cantidad de ganancias que, o se van de Puerto Rico –más de $30 mil millones–, o se quedan y no se invierten aquí. Lo que el gobierno debería estar trabajando son proyectos de ley para recuperar esas ganancias. En vez de estar atacando a los trabajadores, deberían estar atacando ese poco compromiso con el país de esas grandes empresas”, subrayó.
La protesta tuvo una alta participación de jóvenes, uno de los sectores que resultaría perjudicado con la reforma laboral. Para Karla Sanabria, estudiante de Educación de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras que se graduará en junio para buscar empleo, “esto es otro atropello más. Estamos hablando de tener menos derechos, peor paga, y que no vamos a tener derecho a la salud, que es un tema tan precario, al quitarnos días de enfermedad. Y en mi caso, como mujer, si decido ser madre, pues la hora de lactancia que tanto se había peleado por parte de nuestras madres y abuelas, la reducen a 15 minutos”.
En la misma línea se expresó Omar Pérez, joven con maestría en busca de empleo y para quien “somos muchos con la incertidumbre de si esa reforma nos va a dejar en una nueva realidad laboral precaria. Estamos vigilantes y en la calle para que esa reforma no se apruebe”.
A la manifestación, convocada inicialmente por la Coordinadora Sindical y el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), se unieron los grupos magisteriales Educamos, Unete y la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR), el gremio de trabajadores Utier, y el PPT, el PIP y el Movimiento Socialista Trabajador.