Para uno entender cuán abarcador fue el poder de convocatoria de Tego Calderón el pasado sábado, bastaba con estar dos minutitos en el área de la barra de abajo del ‘Choliseo’, a pasos de la entrada del primer nivel del recinto, entre la entrada del pasillo hacia los camerinos y el pasillo hacia los baños.
“Chacho, yo estuve to’ el mes guardando chavos pa’ venir pa’ acá hoy. Esto no me lo perdía yo por nada”, comentaba un chamaco como de 20 y pico de años, prieto, filoteao’ hasta los tenis, y con un recorte tipo fade ascicalao que apenas llevaba horas de existir encima de su cráneo.
“¡Qué qué! Aquí sí que yo pago los palos de doce pesos sin quejarme”, le contestaba su pana, gorra pa’l lao’, con gafas de noche.
Fue un evento. Las chicas con sus mejores galas, los chicos también. Había gente de todas las edades, desde niños infantes hasta abuelitas y abuelitos perreando sin pudor. Habían muchas personas con discpacidades físicas y sus sillas de rueda no fueron impedimento para que pudieran bailar y gozar de lo lindo. Pudiese decirse que fue una reunión multisectorial del pueblo de Puerto Rico.
El espacio cerca de la barra así lo confirmaba. Por un lado, gozaba de lo lindo un corillo que nos enteramos que era del Residencial Virgilio Dávila de Bayamón, todos con ropa nueva y gafas; vacilaban con su pana, el internacional rapero Ñengo Flow, criado en Virgilio, quien detuvo su gira por Latinoamérica para venir a ver a su pana Tego.
Mientras, por otro lado, cerquita de la misma barra, el reportero de farándula Omar Matos, de Dando Candela, entrevistaba a Nicole Chacón, la beldad boricua y anfitriona de la tele, que al parecer llegaba al concierto con galán nuevo.
En ese espacio vimos comediantes de televisión, reguetoneros, actores y directores de cine, cantantes de música pop, estudiantes universitarios, profesores, periodistas, doctores en medicina, ingenieros, modelitos de pasarela, abogados, y, porque negarlo, habilidosos bichotes de barrio, de esos que saben hacer las cosas tan bien que se confunden con la multitud como si nada. ¿Qué cómo uno sabe eso? Como dice Tego, el que sabe, sabe. Además, eso es muy normal en Puerto Rico, tapar el cielo con la mano es imposible, y hasta como Robin Hoods de Siglo XXI son vistas por el pueblo estas figuras, en un país donde la corrupción en la política y el ningunismo gubernamental suele ser la orden del día.
Bueno, pues eran las 10 menos cuarto más o menos. Ya desde las 9:00 p.m. sonaba duro el rap, gracias a los DJs Velcro y Davey. Era rap clásico duro, como el de KRS One o Dr. Dre. En arena había de todo, igual que en la barra. En las redes sociales, figuras como Jay Fonseca hacían de las suyas con imágenes y vídeos. En fin, había de todo. Ahhhh…. Pero había algo que uno no veía. Al menos yo no lo vi, ni tampoco los que estaban cerca.
“Oye, qué raro que uno aquí no ve ni un político…”, dijo una muchacha sentada en los palcos cerca de arena.
Por eso es que decimos que fue una reunión de pueblo esto del concierto del Abayalde. Ni un político. Quizás temían que el desdén del pueblo se les viniera encima, luego del encontronazo entre Tego y el exrepresentante popular Héctor Ferrer. Lo más curioso es que si hubiesen venido los políticos, seguramente hubiesen sido bien recibidos. Y hubiesen gozado. Ese sábado fue para todos, para que se lo gocen.
El concierto empezó con el tema ‘Abayalde’, seguido por el reguetonísimo ‘Cosa buena’, una de las canciones que dio a conocer a Tego en el panorama de la sandunga. Tego agradeció a la gente por venir y el concierto prosiguió con ‘Pegaíto a la pared’. Con DJ Adam en los platos, Tego rapió los temas ‘Cambumbo’ y ‘Sopa de letras’, donde Residente lo acompaño en la segunda voz. Prosiguió con los reguetones ‘Métele sazón’, ‘Los maté’ y el clasiquísimo ‘Guasa guasa’, pues “a cada abusador le llega su Calderouna”.
Uno de los momentos más nítidos del concierto fue cuando la hija menor de Tego, Paz Esperanza, bailó bomba luego del tema ‘Están fritos’. Siguió el concierto con un pequeño tributo en audio a Ismael Rivera, antes de pasar al tema ‘Mi Entierro’. Le siguió una remezcla del tema ‘Dando break’, que ha sido el más sonado de su más reciente disco, ‘El que sabe, sabe’. El reguetonero Mackie Ranks se le unió a Tego en el tema ‘Mamita ven’, y luego Tego tiró algunas líneas de su participación en el disco ‘Godfather’.
El concierto prosiguió con los temas ‘Mi Música’, seguido de ‘Orgullosa’. En ‘Chango blanco’, dónde participó el maestro Roberto Rohena. Otro gran momento de la noche fue cuando Eddie Dee y Vico C se treparon a cantar con Tego un medley de temas juntos que incluyó a ‘Quitate tú’, ‘No me la explota’, ‘En peligro de extinción’ y ‘El bueno, el malo y el feo’.
Ahora, confesemos que esto que viene a continuación sí que nos sorprendió. La gente básicamente se volvió loca cuando salió a la tarima Plan B a cantar junto a Tego los temas ‘Secreto’ y ‘Zapatito roto’. Se volvió más loca que cuando salió Vico C y Eddie Dee. Se volvió más loca que cuando salió Residente. Sí, no hay otra forma de ponerlo que no sea como ellos mismos dicen: Plan B es Plan B.
La acción en tarima continuó con temas como ‘Bonsai’ y ‘Loíza’. Cabe señalar que el único fallo en el espectáculo fue la ausencia de Don Omar, que después que había dicho que iba a estar allí con su carnal, pichó a última hora. Aun así, William Omar Landrón no hizo falta a la hora de interpretar los temas ‘Bandolero’ y ‘Chilling’, que desembocó en una interpretación de ‘War’ de Tego, evocando la memoria del gran Bob Marley.
En ruta al final del concierto, otros reguetoneros como Yandel, Jowell y Randy y Ñejo se unieron a Tego para interpretar varios temas de su trayectoria. Tras una falsa salida, el Negro Yiguiri regresó a despedirse de su pueblo con los temas ‘Naki naki’ y ‘Pa que retocen’.
Y así finalizó una velada de gozo indómito. Todos bailaron. No hubo balbuceo alguno sobre cómo comportarse en un programa de televisión o político medieval montando alguna bestia bipartita de dos cabezas señalando las fallas de nadie. No hubo hipocresía. Fue el mejor mitin de pueblo que se ha visto en mucho tiempo.