"El amor es un gesto muy fuerte porque significa que hay que aceptar que la existencia de otra persona se convierta en nuestra preocupación", Alan Bidou.
El amor es verbo, acción, movimiento. La organización sin fines de lucro Iniciativa Comunitaria tiene muy claro que el amor es la fuerza viva de su misión social inclusiva en pro de aquellos que sufren de la marginación social.
"Vemos la humanidad como una gran comunidad de convivencia y amor. Vemos un mundo transformado y feliz", lee la visión de la organización, cuyos servicios y programas van dirigidos de manera efectiva y directa a que los seres humanos que sufren de marginación social se hagan dueños de su sanción – o "sueños de paz". Tal es el caso de los servicios de educación y prevención Kamaria, dirigido a las mujeres que practican la prostitución y las usuarias de drogas; Contigo mujer, en el que se le brindan servicios a las usuarias de narcóticos que también están en alto riesgo de contraer VIH; Operación compasión, integrado por voluntarios que entregan artículos de prevención a usuarios y personas sin hogar y llevan servicios médicos y alimentos; Brega bien, que lidia con las manifestaciones de violencia y agresividad entre los jóvenes de las edades de 10 a 18 años y les ofrece destrezas para su mejoramiento personal y ciudadano; y Punto fijo, servicio que le permite a los usuarios de drogas intravenosas intercambiar sus jeringuillas usadas por nuevas para así reducir el riesgo de infección con el VIH/ SIDA.
Una conversación con el doctor José Vargas Vidot, miembro fundador de esta institución, basta para recordarnos que los problemas relacionados al VIH, la adicción y la violencia, deben servirnos como un llamado continuo a la solidaridad creativa. La voluntad y trayectoria de IC son el mejor ejemplo del antiguo adagio nacido a partir de un verso de Virgilio: el amor todo lo vence.
Diálogo- Me llama la atención el hecho de que Iniciativa Comunitaria (IC) comenzara en la década de 1990, allá para 1992, cuando aún no se habían disipado muchos tabúes y prejuicios sobre el VIH/ Sida y ya se hablaba desde el Estado de la Mano Dura: una visión punitiva para enfrentar asuntos complejos, como la adicción, el narcotráfico y la criminalidad; ¿incidió esa coyuntura histórica en la misión y visión que sigue IC?
JVV- Está más relacionado con la primera parte de tu pregunta. Iniciativa [Comunitaria] está directamente atada con los prejuicios y los mitos que se plantearon como los obstáculos primarios para que un paciente de VIH en aquel entonces tuviera acceso a un tratamiento, acceso a información, es decir, el acceso a ciertos servicios que por derecho pudiera reclamar. Todavía no estábamos pensando en los problemas de adicción. La laguna de información que había sobre el VIH se nutría del prejuicio, rechazo y aislamiento, contra las personas positivas al VIH. Entonces los mitos eran muy poderosos, no [había prejuicios] sólo si tenías un diagnóstico. Si parecía que tenías Sida, si estabas dentro de lo que la gente prejuiciadamente creía que era Sida comenzabas a recibir el rechazo. Pero aún hay algo de lo que planteas que debo señalar. Nosotros si estábamos recibiendo un gobierno (1992-1996) que demostraba su prejuicio punitivo contra las personas en adicción, pero es bien importante aclarar que la epidemia del VIH tuvo sus momentos más fértiles en los gobiernos que se hicieron indiferentes e insensibles ante una epidemia que dio contundentemente desde un principio en Puerto Rico. Aquí hay casos que se descubrieron desde el 1975, 1978, sin embargo esos gobiernos de turno, desde el 1984 en adelante, que es cuando hay un boom de VIH, decidieron proteger el turismo en lugar de empezar a reconocer la necesidad de establecer un plan sistemático para esa epidemia que se estaba llevando gente por grandes cantidades.
Diálogo- ¿El problema de la adicción en Puerto Rico, se trata de una epidemia o es un problema endémico, que diferencia hay entre estas dos apreciaciones?
JVV- La adicción en Puerto Rico es endémica, pero comenzó como una epidemia. Una epidemia es cuando hay un caso de algo que no debe ocurrir. En un país, la adicción no debe ser parte de la cotidianidad. Así que cuando aparece un caso o dos casos de algo que no debe existir se constituye en una epidemia. Se vuelve endémica, cuando ya se incorpora tan fuertemente al catálogo de condiciones que vivimos con ella y logramos ver esa epidemia diseminarse por la población. Entonces, en el caso de la adicción comenzó con uno o dos casos aislados que se dieron como parte de fenómenos sociales no atendidos correctamente y luego se incorporó como parte de la cotidianidad de mucha gente.
Diálogo- ¿Cómo IC ha logrado interpelar e integrar a la empresa privada, la sociedad civil y posiblemente al Estado a través de su propuesta y programa de drogas? ¿Para IC es importante que los programas y servicios tengan continuidad, que se obtengan resultados, se le da importancia al presente, a ese "nosotros ahora" en el que siempre enfatizan como parte de sus principios?
JVV- El nombre de la organización (IC) de por sí es una convocatoria permanente, es una iniciativa comunitaria. El nombre no era de chiste. Sonaba feo. Al principio no vendía ni un folleto. Pero estábamos convencidos que condiciones como el VIH se iban a repetir en otras esferas de la sociedad que no tienen que ver con nada clínico, como sucedió con las adicciones, con la pobreza, el desalojo, la violencia y la violencia contra las mujeres. Creíamos que IC debería marcar el paso desde el activismo a la toma de conciencia. Por mi parte, yo era un activista fuerte, hardcore. Pero llegó el momento en que tengo conciencia de que hay que establecer puentes, de que mi propio rechazo, o posición, o conducta desafiante llega a ser una excusa para que otras personas no se den por aludidas y no entren en el grado de participación importante que tienen que lograr.
Diálogo- ¿Cómo IC hace reclamos fuertes y contundentes, en cuanto a políticas alternativas sobre cómo lidiar con las drogas, sin caer en el ambiente adversativo y de confrontación que predomina en el debate público?
JVV- Entramos en confrontación. Las confrontaciones son bienvenidas. Nosotros nos nutrimos de la diversidad, sin eso no hubiéramos salido adelante (como institución). Pero en nuestro caso buscamos la forma de no destruir todo. No podemos poner a los demás contra la pared, sea una persona o un colectivo, sin la oportunidad de que no pueda responder. Y responder como nosotros queremos que responda. Que se sienta convocado. Eso nos distancia un poco del activismo desafiante permanente. Hicimos una nueva definición del activismo, menos ortodoxo. Comenzamos a convocar. Y lo hacemos mediante la consistencia. Nunca le negamos un aplauso a una iniciativa que la merezca, pero igual expresamos nuestro rechazo de forma contundente si lo amerita. Así hemos comenzado a limpiarnos de agendas que para nosotros estaban contaminadas.
Diálogo- Relía esta cita del filósofo francés Alan Bidou mientras me informaba sobre Iniciativa Comunitaria: "El amor es un gesto muy fuerte porque significa que hay que aceptar que la existencia de otra persona se convierta en nuestra preocupación". Pensaba en la cita mientras aprendía del talante creativo y de vanguardia de IC: los nombres de los programas y servicios son llamados a la acción, mientras los testimonios del voluntariado apuntan a una transformación, no solo del afligido que recibe los servicios, sino del voluntario que entrega su compasión, como una especie de simbiosis que surge a partir de la solidaridad.
JVV- IC no es un proyecto que se da dentro de una dinámica fortuita, es un proyecto pensado y es un proyecto político. A veces la gente no entiende esa palabra. IC no es un proyecto político partidista, pero es un proyecto político porque desde el mismo principio los que comenzamos esta propuesta entendemos que nadie que trabaje en la salud pública debe permanecer neutral ante los problemas que atendemos. La trayectoria clínica de IC -en sus comienzos cuando era bien clínica- estaba fomentada a proveer mejor calidad de vida, promover que el individuo se sintiera dueño de su proceso [de sanación]. De igual forma, buscábamos que el médico proveedor de los servicios de salud insistiera en que la relación médico-paciente se saliera del contexto que usualmente se define, donde hay una relación de poder en la que una parte sabe mucho y la otra no sabe nada. En nuestro caso, una receta tiene que ser el resultado de una interacción dialogal. Aquí nosotros igual que leemos de medicina interna, con la misma intensidad leemos de Paolo Freire, o leemos Francisco Gutiérrez o cualquiera de los autores que nos enseñaron en crear un diálogo liberador con los que servimos.
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