Muchas librerías propician el debate intelectual y son lugares donde las personas acostumbran reunirse para conversar lejos de las presiones académicas o laborales. En casos como el de la Tertulia y Libros AC, ambos locales proveen un área de café y comida, también a modo de subsistir. Librerías nuevas, como El Candil en Ponce y The Bookmark en San Patricio Plaza, han adoptado esta modalidad.
“Desde un principio yo tenía claro que para ser una librería exitosa, tenía que ser híbrida. Tenía que ir de la mano con otro concepto, por eso está el bistro y la barra y mutuamente se ayudan”, afirmó Samuel Medina, dueño de Libros AC, localizada frente a Ciudadela en Santurce.
“Estoy seguro que si fuera el restaurante y la barra nada más, no estaríamos aquí. Lo mismo podría decir de la librería. Si hubiésemos hecho la librería nada más, no por decir que no hubiésemos durado mucho, pero se nos hubiese mucho muy difícil todavía seguir existiendo”, aseguró.
Mientras conceptualizaba su librería, Medina optó por el concepto híbrido, popularizado por las librerías europeas y más adelante adoptado en Estados Unidos y la Tertulia, en Puerto Rico.
“Ya van de la mano y también es una buena oportunidad para las personas que vienen con la comida, se topan con algunos títulos y de momento tienen interés por la literatura, que nos ha ocurrido. También de personas que vienen a la librería y no sabían que también teníamos un restaurante y disfrutan del espacio”, aseguró Medina.
Para el librero, las librerías son espacios importantes por su carácter de “puntos de encuentro, donde se establece diálogo y se comparten ideas”.
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A un lado, la Librería AC muestra sus títulos, mientras que al otro, sillas, mesas y una barra ocupan el espacio. (Archivo/ Facebook)
Igualmente, la librería La Tertulia provee un espacio a la comunidad para la discusión de textos, presentaciones de nuevos títulos y un lugar dónde almorzar o beberse un café.
“La Tertulia, desde que yo la conozco, a principios de los 70, ha sido un lugar de encuentro, de presentaciones de libros, un lugar de tratar de contribuir a las tendencias de lo que se está discutiendo en muchos lugares y hacerlo accesible al público. Una de las responsabilidades o características de las librerías es poner en circulación lo que por escrito se pone en cualquier latitud”, apuntó Alfredo Torres, dueño de este espacio de hace 22 años.
Dado que su público se compone principalmente de universitarios y profesores, Torres intenta promover a la Tertulia como un espacio dedicado a las nuevas tendencias.
“Lo que yo he tratado por muchas años es que la Tertulia sea de avanzada. De a dónde vamos. Por eso escucho mucho a los estudiantes y profesores, sobre todo las personas que vienen a dar conferencias a Puerto Rico para uno poder manejarlo. Esto depende de qué se venda, esto no tiene ningún subsidio, esto depende de la gente misma. Las librerías no son empresas lucrativas, pero tremendo, no todo tiene que ser material”, reflexionó refiriéndose a que las librerías proveen algo más allá de beneficios monetarios.
La Editorial de la UPR también se transforma
La Editorial de la Universidad de Puerto Rico (UPR) también ha tenido que diversificar sus estrategia de mercadeo.
“Ahora mismo nosotros tenemos una gran ventaja pienso yo al estar inmersos en la Universidad, y es que tenemos 11 Recintos. Son 11 puntos de venta en lugares que muchas veces no son de los que tienen librerías. Ahora nosotros queremos hacer unas ventas especiales por Recinto para que los profesores y estudiantes tengan acceso directo a nuestros libros”, explicó la directora de la Editorial de la UPR, Neeltje van Marissing Méndez.
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La página de la Editorial de la UPR actualmente se encuentra en reconstrucción. (Suministrada)
La misión de la Editorial, con alrededor de 60 años de fundada, reside en difundir el conocimiento que se genera en la universidad y llevar lo que se está generando en términos literarios y de pensamiento crítico fuera de la universidad a la institución.
La próxima etapa de la Editorial será promover sus títulos a través de una nueva y renovada página web que tendrá un listado de todos sus productos.
“Nosotros vendemos los libros a través de Amazon pero a mí me interesa que la gente pueda adquirirlos directamente a través de nosotros, en nuestra página web. Estamos trabajando y la página está bajo construcción y tan pronto esté arriba pues vamos a continuar con la venta”, aseguró.
Eso también ayuda, no solo a difundir las novedades, sino también libros de nuestro fondo editorial que las librerías no pueden tener, porque son muchos, son 600 títulos, puede comprarlo directamente aquí. Igual en La Tiendita [de la Editorial] que solo se pueden conseguir los más nuevos”, añadió.
Además, para combatir con los obstáculos que afectan la industria del libro, la directora de la Editorial de la UPR ha optado por publicar menos copias de un libro con el fin de destinar ese dinero a la promoción del libro mismo.
“Yo puedo publicar 50 libros, pero si no le di promoción, no me percato que esté en los puntos de venta, si no acompaño ese libro más allá de editarlo solamente pues probablemente su éxito sea menor que si publico menos pero puedo darle atención a cada uno de esos libros”, indicó.
Precisó que en vez de gastar dinero en imprimir 50 títulos, ese dinero se puede invertir en mercadeo o en otras cosas, como presentaciones, tener el libro en varios formatos y ampliar el espectro de supervivencia del libro.
Además de las ventas, la Editorial busca abrirse paso a nivel internacional. En marzo, participó de la Feria Internacional del Libro en Venezuela, donde vendieron la mayoría de los cuatro mil textos que llevaron a Caracas, según comentó la directora de esa entidad a Diálogo.
Aunque el escenario puede lucir complejo, los forjadores de la industria del libro puertorriqueño continúan apostando al éxito, luchando contra molinos cual modernos Quijotes de la palabra.
Lee los reportajes anteriores de esta serie sobre la industria del libro en Puerto Rico: En peligro la industria del libro puertorriqueña y Los espacios “privilegiados” del libro.