Las mascotas, por definición, son elementos tradicionales de los equipos que sirven para animar al público y, en ocasiones, a los propios jugadores cuando las adversidades de la competencia parezcan vencerlos.
La tarea de entretener la comparten con los porristas y el equipo de baile, pero en el ámbito universitario las mascotas tienen su retazo correspondiente.
En el Festival Deportivo de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI), mejor conocido como las Justas, estos personajes desfilan en la presentación de las instituciones participantes. A su vez, buscan los aplausos del público en su trayecto por la pista. Luego de los actos protocolares, tienen una pequeña intervención que se convierte en una lucha amistosa por el favor de los asistentes del estadio.
“La mascota es la cara de la universidad, del recinto. En cuestión de promoción uno es la cara de la universidad para que se vea bien”, expresó Kevin Mallet, quien este año desfiló por primera vez por la pista de las Justas como el Búho de la Universidad de Puerto Rico (UPR), en Humacao.
Mallet, estudiante de sexto año de Microbiología, confesó que siempre le ha llamado la atención ponerse el disfraz de Búho. Uno de sus amigos, miembro del equipo de porrismo de la universidad, fue quien le comentó que se encontraban en búsqueda de una mascota. Como este conocía de su interés en la posición, contactó a Mallet.
Además del orgullo que siente por representar a su institución, Mallet goza más la interacción con el público.
“[Lo más que me gusta es] cuando la gente me hala para pedirme fotos, saludos, se ponen a bailar conmigo, todas esas cosas”, finalizó el búho.
Por otro lado, para el Tigre de la Universidad Interamericana, lo más gratificante de su trabajo recae en brindarle alegría a todo el que vea.
“Lo que más me gusta es acercarme a las personas, hacerles chistes, que se rían y se sientan libres de soltar una carcajada”, expresó el Tigre, quien prefirió no ser identificado.
La diversión que provoca el misterio de su identidad es una de las razones para quedar en el anonimato, aun en esta entrevista.
“No digo mi nombre. Desde que me pongo el traje, yo no me quito el casco. Hay mucha gente que se confunde y no sabe quién es el Tigre en realidad. Los mismos atletas no saben que soy yo en realidad”, relata con cierta picardía el estudiante de maestría en Orientación y Consejería.
El estudiante ejerce su labor como mascota oficial de la institución desde el 2012, luego de una parada de Navidad de la que formó parte.
“Mucha gente, como los niños, les gusta tirarse fotos con el Tigre y yo los cargo, estamos con los padres y cuando veo a una señora triste, pues voy y la hago reír. Me gusta alegrar a las personas”, aseguró el felino.
Este trabajo lo lleva a cabo con pasión, pues no recibe ningún tipo de recompensa económica por ello. No obstante, en el caso de las UPR, es común que las mascotas permanentes reciban exención de matrícula y una compensación en forma de dieta.
Ese es el caso de “Luiggi”, el Jaguar de la UPR en Carolina, quien recibe una dieta por actuar en actividades de su unidad educativa, como la Expo UPR y las Justas. Al igual que el Búho y el Tigre, para este estudiante es un honor representar a su gente y alegrar a otros.
“Lo más que me gusta de ser mascota, además de representar a mi universidad, es hacer travesuras y tomarme fotos con las personas. Los nenes pequeños siempre me ven y dicen ‘¡mira un Jaguar!’ y es bien bonito”, manifestó el estudiante de Artes Gráficas, oriundo de Vieques.
En un principio, “Luiggi” intentó ser abanderado, pero, según relató, no logró ser seleccionado para el grupo. Fue así como adoptó el rol de mascota, uno que ha disfrutado al máximo en su primer año de jornada.
A continuación, una fotogalería de las mascotas de cada institución: