“Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio”
-Proverbio Indio
En columna publicada recientemente en Diálogo Digital (todavía en archivo público), la Sra. Margarita Mergal cita y apoya unas declaraciones de la Sra. Carmen Dolores Hernández en las que se refiere a la situación actual de La Editorial de la Universidad de Puerto Rico como vergonzosa. Prefiero descartar que se trate de un ataque vicioso y mal intencionado insertado en un texto que por momentos se torna en una argumentación claramente político-partidista; algo que me hace recordar “Los monederos falsos” de Gide, y sorprende. Prefiero presumir que las señoras Mergal y Hernández están desinformadas. Los hechos hablan por sí solos.
En febrero de este año asumí la dirección ejecutiva en propiedad de La Editorial y junto a un nuevo Consejo General, y con el respaldo de las autoridades universitarias, iniciamos el proyecto Alborada Editorial 2011-2012, transideológico, repleto de ideas vanguardistas y fundamentado en una filosofía de equilibrio, que combina la más elevada calidad intelectual con una inquebrantable prudencia fiscal. Eso no se hizo en el pasado, lo que puso en riesgo la vida misma de La Editorial. Al momento de asumir la dirección, La Editorial estaba en una situación económica precaria. Del 2004 al 2010, La Editorial ingresó $8,212,861 y gastó $13,890,259 generando una pérdida (déficit) de $5,667,398 (-41%).
Durante los pasados meses he colaborado con auditores internos y externos cuyos informes serán publicados el próximo año. Coloco a disposición de las señoras Mergal y Hernández toda la documentación financiera y administrativa de La Editorial disponible en este momento, para que se informen correctamente antes de opinar. Nuestra querida Editorial fue ideológica y pobremente administrada. La nomina era redundante y muy alta, los viajes excesivos y muy nutridos, los cocteles muy caros, no había controles en el uso de tarjetas y automóviles, y se acumuló más de un millón de dólares en cuentas por cobrar.
Mi gestión durante los primeros meses ha priorizado en la recuperación financiera, enfatizando en racionalidad de gastos, ventas y cobros. No hacerlo, mantener el vergonzoso estilo administrativo de derroche y descontrol del pasado, cual si se diera en “La Fiesta del Chivo” de Vargas Llosa, hubiese provocado la muerte de La Editorial.
Al 30 de junio de 2011, por primera vez desde el 2004, cerramos el año fiscal con un sobrante: $208,045.39; sin detener ni por un instante la actividad editorial. Esto abre el camino de la evolución intelectual y cultural de La Editorial. Nos permitirá por primera vez en los últimos años, reiniciar el próximo noviembre el pago de regalías. Con el apoyo del Señor Presidente, Dr. Miguel Muñoz en este mes de octubre completaremos nuestra plantilla esencial de empleados. A finales de año abriremos Tiendas en los Recintos de Río Piedras y Cayey, como preámbulo a otras aperturas.
Hemos ampliado la presencia global por medio de nuestro primer Gabinete Internacional. Continuaremos participando de las más importantes ferias mundiales. Ya está en marcha la gestión de ventas a los municipios y entidades comunitarias así como los innovadores esfuerzos para obtener fondos externos. El próximo número de la Revista La Torre, demorado por la situación fiscal, circulará en noviembre.
Entre diciembre 2011 y julio 2012 publicaremos y reimprimiremos más de 30 obras, Hace unos días, con gran orgullo iniciamos tres nuevas colecciones: Democracia, Descolonización y Derechos Civiles, Un Enfoque Plural al Pensamiento Económico y Nuevos Espacios en la Literatura Hispanoamericana; coordinadas por los Dres. José Garriga Picó, Jaime Benson y Mayra Santos Febres respectivamente; que además serán asesores de La Editorial. Superada la vergonzosa situación que heredamos, hemos emprendido irreversiblemente las rutas de la recuperación y el desarrollo. Invito a las señoras Mergal y Hernández a celebrarlo.
El autor es Director Ejecutivo La Editorial, UPR