Un océano no es suficiente para menguar las fuerzas de las opiniones que van y vienen en torno a la figura de Lionel Messi. Pero la vida del jugador ha sido así, quien a sus 22 años ha tenido una carrera trepidante, y ha dejado goles inigualables en la memoria de los aficionados al fútbol. Nacido en Rosario, Argentina, se mudó a los 12 años a Barcelona, luego que le detectasen un problema hormonal que afectaba su crecimiento. Pero “La Pulga” para este entonces ya estaba en la órbita del FC Barcelona y a los 13 ya jugaba en las categorías inferiores del club catalán. A finales del 2004, bajo las órdenes del holandés Frank Rijkaard, Lio comenzó a tocar sus primeros balones con el primer equipo. En 2005 despuntó en el Mundial Sub-20, donde Argentina se coronó y él ganó el premio a Mejor Jugador. Ya los ojos estaban sobre él para la Copa del Mundo de Alemania 2006. En Argentina se le comparaba entonces, por primera vez, con el más grande de todos, El Diego, y por la no convocatoria de Maradona al Mundial de Argentina 1978. Messi jugó unos minutos –dio un pase y metió un gol- contra Serbia y Montenegro, fue titular ante Holanda y jugó también contra México. Pero lo que la gente recuerda es que Messi no jugó en la derrota, por penaltis, ante Alemania. Decisión que atrajo muchas críticas a la gestión del entonces entrenador, José Pekerman. Enfundado en la malla azulgrana es un demonio que no para de hacer goles, cuando viste la albiceleste es intrascendente. Las lesiones estuvieron siempre presentes en los primeros años de profesional de Lio. Pese a ello, cuando estaba sano Messi deslumbraba ya a los fanáticos catalanes. En la albiceleste volvió a tener logros importantes. Si bien en la Copa América de Venezuela 2007 logró el subcampeonato –perdiendo la Final ante Brasil- Messi fue elegido el Mejor Jugador Joven. En los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, Argentina –de la mano de Messi- logró el oro olímpico, desplegando un fútbol impresionante. El 2009 fue el año mágico, tanto para Messi como para el FC Barcelona. Quizás inspirado por llevar a sus espaldas el número “10”, que antes pertenecía a Ronaldhino, el astro argentino tuvo un año soñado. Lejos de las lesiones, Messi se posicionó como el mejor delantero de Europa, anotando decenas de goles en la Liga española, la Copa de España y la Champions League; tres competiciones que pasarían a ensanchar las vitrinas del FC Barcelona, logrando el “triplete” histórico. Este año Messi sigue anotando goles a un ritmo descomunal, y el Barcelona apura sus opciones para repetir los tres títulos logrados el año pasado. Pero la historia de Messi con el seleccionado mayor de Argentina sigue siendo insípida. Argentina estuvo cerca de quedar fuera del Mundial de Sudáfrica. Los dirigentes de la AFA tuvieron que sustituir a Alfio “Coco” Basile y recurrieron al mito para tratar de calmar a la hinchada y apelar al orgullo de sus superestrellas: nombraron a Diego Armando Maradona como director técnico. Messi pasó desapercibido por las canchas sudamericanas y sin importar el marcador del partido, la prensa dedicaba innumerables páginas para polemizar sobre el accionar de “La Pulga”: su falta de potencia, sus yerros en la portería rival, su desánimo… Lionel Messi no era el mismo jugador que en el FC Barcelona. Se cuestionaba su falta de “argentinidad”. Su preferencia por Europa, su falta de conocimiento no solo del fútbol argentino, sino de su país, de su sociedad. Maradona trata de apoyar a Messi. Sabe que si “La Pulga” rinde como lo hace en el FC Barcelona, Argentina tiene grandes posibilidades de ganar el Mundial de Sudáfrica. “Lo vi fantástico, con muchas ganas y feliz. Seguramente lo voy a llevar de titular”, declaró recientemente Maradona a periodistas después de una breve estancia en Barcelona, en donde se reunió con Messi. El Mundial de Sudáfrica será el primer gran juicio de Messi. Los argentinos y los seguidores de “La Pulga” serán duros en sus críticas hacia el juego de Messi, pero también saben que lo aplaudirán como nunca si la magia de sus botines surge. La lucha de Messi es mental. Es contra él mismo. Messi contra Messi. El pequeño argentino debe de tranquilizarse y estar concentrado. Maradona y sus compañeros de la selección encontrarán la manera, o al menos lo intentarán, de jugar para él –tal como lo hace el FC Barcelona- y arroparlo, apoyarlo; como debe hacerse con un jugador de apenas 22 años. “Para ser leyenda hay que ganar un Mundial”, reconoció hace poco el propio Messi. Lionel despuntará en Sudáfrica. Si no sucede seguirá brillando en Europa, gozando de una carrera brillante; y ya habrá otros Mundiales donde “La Pulga” pueda por fin, dar el gran salto.