Aunque la disparidad de género continúa latente a nivel mundial, en Puerto Rico, al menos en el ámbito académico, se han roto algunas barreras. Por ejemplo, las mujeres componen un 58% de la matrícula estudiantil de las instituciones de educación superior de Puerto Rico. También, son la mayoría a la hora de contabilizar la cantidad de profesores de la plantilla post secundaria del país.
Así se desprende de los datos del año académico 2015-2016, mostrados en las estadísticas del Consejo de Educación Superior de Puerto Rico (CESPR).
El análisis demuestra que, de los más de 233 mil estudiantes matriculados en ese año académico, el 58% eran mujeres (134,878) y el 42% (98,192) eran hombres. Igualmente, el 61% de los egresados de estas universidades en el 2015 fueron mujeres, principalmente destacadas en profesiones relacionadas a la salud y la administración.
En el caso de la Universidad de Puerto Rico (UPR), todos los años las mujeres estudiantes son mayoría. Según el borrador del Plan Fiscal de la institución, en el 2016 sobre 10 mil mujeres solicitaron admisión a la universidad del Estado como primera alternativa. Esa cifra representa el 57% de los más de 18 mil solicitantes.
Números similares sobresalen de los años 2014 y 2015, en los que el porcentaje femenino superó al masculino. Entre todo, la cantidad de mujeres estudiantes admitidas al sistema UPR consistentemente ha sobrepasado la cantidad de hombres por más de dos mil personas al año.
Si bien son muchas las alumnas, también representan la mayoría que recibe ayudas económicas (60%) provenientes del CESPR, con una carga académica a tiempo completo (87%), cuyos ingresos familiares anuales no alcanzan $20 mil.
Mujer: minoría en la docencia pública
A nivel de profesorado en las instituciones públicas, 2,607 féminas componen el total de la facultad de: la UPR y sus 11 unidades, el Instituto Tecnológico de Puerto Rico y sus cuatro recintos, la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico, el Conservatorio de Música de Puerto Rico y el Colegio Universitario de San Juan.
Mientras, la facultad masculina de ese sector consistía de 2,645 durante el año académico 2015-2016.
No obstante, el sector público contrató a ocho mujeres más que hombres para ocupar un puesto de profesora a tiempo completo (1,931 hombres y 1,929 mujeres).
Por otro lado, la cantidad de mujeres contratadas a tiempo parcial es menor: 676 ante 722 hombres.
En las instituciones del sector privado —con y sin fines de lucro—, las mujeres son mayoría con un total de 6,711 miembros de la facultad, mientras que los hombres componen un total de 5,237.
Este sector incluye instituciones como: la Universidad Interamericana, la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, la Universidad Del Este, el Centro de Estudios Multidisciplinarios, el ICPR Junior College, la Ponce Health Sciences University y la Universidad Ana G. Mendez-Virtual Campus, entre otros.
Curiosamente, en la educación K-12 son los hombres quienes componen la mayoría de los alumnos, tanto a nivel público como en el privado. En el 2015, las escuelas públicas tenían un total de 209,934 hombres y 201,016 mujeres en su matrícula, mientras que, en las 11 unidades de la UPR, las mujeres superaban a los hombres por 6,643 (32,107 mujeres versus 25,464 varones).
Según el estudio del CESPR—reseñado aquí—, entre los factores que influyen en la intención de los estudiantes de continuar estudios en instituciones de educación superior se encuentran: las competencias del lenguaje y un trasfondo académico universitario por parte de los padres, así como el poco conocimiento sobre programas académicos.
De acuerdo con las estadísticas del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, en el 2015 las mujeres representaban el 43% de la fuerza laboral de Puerto Rico (432 mil).
“El sector de servicios representa ahora la primera fuente de empleo para las mujeres (165,000); le sigue administración pública con 105,000 empleadas. Otro sector importante es el comercio, empleando a 103,000 trabajadoras. El sector manufacturero, que en el 1970 representaba el 28 por ciento de los empleos de la mujer, hoy representa el 6%, equivalente a 26,000 trabajadoras”, asegura el documento del DTRH.
No obstante, el Departamento del Trabajo confirma que “aunque la mujer ocupa más puestos profesionales que los hombres y está mejor preparada académicamente, tiene menos participación en las ocupaciones directivas, ejecutivas y administrativas”.
De la misma manera, el salario semanal promedio para una mujer en el 2015 era de $285.25, mientras que para los hombres era de $290.
Menos mujeres investigadoras en el mundo
A nivel mundial, la paridad en términos de género permanece como una meta a largo plazo.
Según la United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO), la mayoría de las mujeres en diversos países aún se enfrentan a retos relacionados a la admisión tardía a la escuela, repetición de grados o deserción académica.
“En muchos países, las mujeres asumen responsabilidades domésticas, como el cuido de sus hermanos. Además, en algunos países y algunas culturas, los hombres tienen preferencia a la hora de tomar decisiones respecto a la educación”, describe el documento de la organización.
Como ejemplo, mencionan a Kenya, donde las mujeres son sobrecargadas de trabajo doméstico, lo que disminuye su interés o habilidad de ir a la escuela.
Otros tres factores que obstaculizan el acceso a la educación de las mujeres en el mundo son:
- Limitaciones sociales – aquí se incluyen las presiones por casamientos a edad temprana, acoso sexual y violencia dentro y fuera de entornos educativos, problemas con la religión y la vulnerabilidad al SIDA o VIH.
- Políticas en las instituciones educativas – “los sistemas educativos no siempre empoderan a la mujer ni toman en cuenta sus necesidades en términos de currículo, servicios de consejería, métodos de enseñanza y la presencia de modelos a seguir femeninos”, añaden.
- Beneficios de la educación recibida – “aun cuando las mujeres consiguen trato igualitario en el acceso a la educación, la paridad no siempre resulta en beneficios equitativos, especialmente en el mercado laboral”, aseguraron.
Mientras, en términos de la docencia y sus derivados, las mujeres ocupan solo el 29% de las posiciones en investigaciones o “research” a nivel mundial. Igualmente, las mujeres son pagadas menos en este campo y tienen menos probabilidades de ser ascendidas de puesto a pesar de que cuentan con el mismo nivel de preparación académica que los hombres.
No obstante, lugares como Venezuela, Latvia, Filipinas, Tailandia, Argentina, Paraguay y Uruguay, entre otros, sobresalen como los países con mayor cantidad de mujeres investigadoras en el mundo (55%).
Igualmente, el porcentaje de mujeres que buscan completar una carrera doctoral (PhD) y la cantidad que solicita una carrera en investigación es muy bajo.
Entre los posibles factores, según la UNESCO, que provocan esta disparidad son: los estereotipos de género, métodos de medición de desempeño laboral, la gobernanza y el rol de los investigadores en la sociedad.
A su vez, recomiendan que todos los países deben monitorear el progreso de los estudiantes de ambos géneros de una manera equitativa.
En términos generales, la UNESCO concluye que la discriminación hacia las mujeres continúa latente, especialmente al culminar sus estudios.
“A pesar de que las mujeres superan a los hombres en términos educativos, todavía se enfrentan a la escasez y la discriminación en el mercado laboral. Por eso terminan en empleos en donde no utilizan ninguna de sus habilidades. Aunque la educación no es la única entrada hacia el empoderamiento de la mujer, sí es una central”, finalizan.