
La historia se remonta al 1905, año en que la Marina de Guerra de los Estados Unidos construyó un asentamiento para almacenar pólvora con fines bélicos. Hoy las cosas son distintas. Ahora esta edificación ya nada tiene que ver con ningún afán destructor. Por el contrario, su único objetivo es educar y provocar al visitante a la vez que preserva la historia y cultura culebrenses.
Desde el año 2008, un grupo liderado por la Fundación de Culebra transformó este espacio con la ayuda de manos laboriosas,con trabajo volutario, de culebrenses, residentes y norteamericanos movido por la alegría de ver nacer el museo que tantas veces pareció ser solo un sueño. Atrás quedó la pólvora y la metralla. El Museo Histórico “El Polvorín” cuenta en la actualidad con una exposición permanente que, desde su apertura, ha recibido a más de 15,000 visitantes.
Abierto los días viernes, sábado y domingo, de 10:00 a.m. a 3:00 p.m., el museo funciona además para visitas estudiantiles o grupos interesados en conocer el sustrato histórico de esta isla municipio. Sonia Arocho es la directora del mismo la que con su bagaje de educadora le da el amor y dirección al mismo. Luz Rivera Cantwell, presidenta de la Fundación de Culebra Inc.,recuerda el lento proceso de levantar el museo que hoy alberga una variada colección y pequeños espacios para proyección de documentales.
“Es como un gran proyecto donde cada ladrillito lo ha puesto una persona. Y hay el sudor de mucha gente de aquí”, señaló. De igual modo es clara en lo dificultoso que se ha hecho darle continuidad a semejante proyecto. “La misión ha sido orquestarlo”, dice, en referencia a las barreras que representa traer material para exponer desde la isla grande.
Arqueología, ambiente, historia oral, material bélico de la Marina de Guerra de Estados Unidos, son apenas una parte de lo que el visitante puede encontrar. La Fundacion de Culebra, en parte, busca el que a Culebra se la descubra con otra mirada. Y añade que con sólo una hora dentro del museo, la impresión de la isla cambia de manera drástica. La intención del museo es que se dé a conocer el cuento secuestrado o perdido de la historia oral reciente de la ínsula. “Esto es más que una playa”, remata. Luego de visitar el museo, sus palabras dan cuenta de una gran verdad.