Lumínica oscuridad
Cuando la luna apremia
Cerrando sus pupilas
El navegante rema
Iluminando el camino
Así la noche se atraganta al hombre
Entre su brillo inexplicable
Y el lamento de esperanzas,
Dibuja su ruta
Y las heridas se abren
Olfateando una anticipada salitre
Y el corazón va a la garganta
Latiendo, marcando el paso
De un naufragio intencionado
A un abismo desconocido
Que al rozarlo resplandece
El hombre se carga de valor
Quizás de cobardía… pero se carga
Y se lanza entero a algo que
Siempre fue más grande que él
Y se ilumina
Abajo no existe para el mundo
El mundo no existe para él
¿Quién dice que no lo olvidó todo?
¿Quién dice que las heridas no sanan?
¿Quién le puede negar que ha encontrado la paz?
Una paz que perece
Se sucumbe al desaliento
Y el hombre vuelve a respirar
Y continúa
Bogando en la oscuridad.