El Instituto Nacional de Salud Mental (National Institute of Mental Health, NIMH, por sus siglas en inglés) le otorgó una beca de dos años al doctor David Pérez Jiménez, de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, para desarrollar formas de intervención que reduzcan el contagio de VIH y de otras enfermedades de trasmisión sexual entre las parejas latinas heterosexuales. El proyecto, el cual forma parte de los trabajos de investigación que se realizan en el Instituto de Investigación Psicológica (IPsi) del Recinto, fue aprobado como una propuesta que utilizará fondos suplementarios de NIMH, designados a través de la American Recovery and Reinvestment Act: ésta es una legislación federal, creada bajo la administración de Barack Obama, destinada a promover y estimular los avances en la ciencia y en la salud. Esta investigación es la primera aprobada de esta índole en la Isla. “Con los fondos procedentes del Recovery Act, ahora estamos capacitados de apoyar a un numeroso grupo de estudios investigativos meritorios e innovadores, como lo es el propuesto por el Dr. Pérez-Jiménez, los cuales se encontraban fuera de nuestro alcance, con nuestro presupuesto existente”, indicó el director del NIMH, el doctor Thomas R. Insel. Según explicara el Dr. Pérez-Jiménez, el estudio consta de dos partes que buscarán modificar y poner a prueba programas preventivos de VIH y otras enfermedades de trasmisión sexual, de acuerdo con los parámetros que se estipulan en el modelo de cambios de comportamiento del Information-Motivation-Behavioral Skills (IMB). El programa que se desarrollará a raíz de la investigación del doctor, consiste en el único en su clase destinado a parejas latinas y basado en el modelo de IMB. Utilizado con frecuencia en investigaciones de VIH/SIDA, este modelo está basado en la premisa de que el comportamiento de riesgo, de merma y prevención recae en tener información acerca de cómo el VIH y otras enfermedades de trasmisión sexual son trasmitidas. Los pacientes también aprenden métodos específicos para evitar infecciones, razones para cambiar sus comportamientos sexuales y destrezas para prevenir las enfermedades. “Se desea probar que es posible prevenir el riesgo sexual en parejas jóvenes. El contexto de esto es que el VIH sigue siendo una epidemia local y nacional muy seria. El riesgo sexual y las infecciones de trasmisión sexual en general está bien alto en Puerto Rico, como en el resto del mundo, particularmente en las poblaciones bien jóvenes. Deseamos buscar opciones para que la gente pueda vivir una vida sexualmente plena con menos riesgos, poder bajar esa incidencia y mejorar la salud pública de Puerto Rico. La idea es que si logramos probar lo efectivo de este programa de prevención, lo podemos llevar a escenarios comunitarios en Puerto Rico”, indicó el investigador de IPsi. Pérez Jiménez explicó que durante el proyecto se estará trabajando con dos grupos: intervención y control. El grupo de intervención se centrará en: proveerle información básica acerca el VIH/SIDA y de las prácticas del sexo seguro a los participantes; así como desarrollar actitudes positivas y de autoconfianza e identificar factores sociales que pueden ayudar o entorpecer las mismas; y se discutirán las normas sociales y roles de los géneros en las relaciones. También, los investigadores llevarán a cabo sesiones informativas en grupo, las cuales tienen como propósito incrementar el uso del condón y de las relaciones monógamas, así como disminuir los comportamientos sexuales riesgosos y el número de parejas sexuales. Mientras el grupo control, serán parejas que no recibirán las clínicas del primer grupo, sino otro tipo de programa. Esto servirá para probar que la intervención creada por Pérez Jiménez es efectiva. Según apuntara el psicólogo, los participantes y las parejas del estudio serán reclutados en diferentes institutos post segundarios y universidades pequeñas. También se buscarán parejas jóvenes que cursan carreras cortas y que asisten a programas como pro-familia. El investigador entiende que es, precisamente, la población joven la más propensa a sostener prácticas sexuales inseguras y la que está más viable a cambiar su comportamiento. “Nuestros jóvenes hoy día están totalmente descubiertos, porque no hay ningún tipo de educación sexual. En Puerto Rico la gente se casa sin saber qué implica un matrimonio. Sin saber cómo negociar sexualmente, sin saber cómo dialogar, cómo resolver sus conflictos y sus ‘issues’. Todas esas cosas son las que queremos trabajar, y, como académico, hacer nuestra aportación y luego establecer política pública, que es lo que queremos nosotros en el IPsi”, aseguró Pérez Jiménez, quien expresó que política de prevención en la Isla es prácticamente nula. “La política pública de prevención en Puerto Rico ha sido de los tres monitos: taparse los ojos, la boca y los oídos. Hemos vivido en un país de total hipocresía a través de todas las administraciones. Aquí hablar del condón es una cosa abominable, aquí lo más importante es promover que la gente sea fiel y promover la abstinencia. En la administración pasada botaron millones de dólares en esto, cuando hay evidencia científica que dice que el tú hablarle a los jóvenes que se abstengan, le entra por un oído y les sale por el otro, porque somos seres sexuales. Aguantarse no está fácil para un joven. Tienes que darle métodos de cómo protegerse. Y la política pública gubernamental ha sido bien conservadora, no ha sido de cara a la realidad. En Puerto Rico necesitamos campañas serias de prevención. Hablarles a ‘calzón quitao’”, apuntó. Para el psicólogo existe una percepción errónea en la Isla sobre la merma del VIH, cuyos casos han ido en aumento. No obstante, aclaró que lo que ha ido en deceso son los pacientes con SIDA ya que existen tratamientos para evitar que el virus evolucione. Indicó que en la Isla los casos de SIDA están aumentando dramáticamente, en personas que están en relaciones estables, de las cuales un a un 61% son mujeres que se han infectado por sus parejas. Según la División de Epidemología, Departamento de Salud de Puerto Rico, hasta el 2008 se habían confirmado 7,235 de VIH, en Puerto Rico; y de SIDA 31,712, para el 2006 (fuente: http://www.tendenciaspr.com).