Cuando Papo Lucca tenía dos años, se escondía entre los instrumentos de los integrantes de la orquesta que había fundado su padre años antes, guiado solamente por la satisfacción que le provocaban sus travesuras. Para sorpresa de unos y enfado de los percusionistas, se sentaba frente a los bongós, a espaldas de los músicos, y comenzaba a jugar golpeando rítmicamente los instrumentos con la misma naturalidad de quien lleva tocando por años.
Así comenzó la incursión en la música para quien años después se convertiría en “el mejor pianista del mundo” según lo catalogó el músico y compositor Rubén Blades y quien este año cumple su quincuagésimo quinto aniversario en la música.
Oriundo de Ponce, Papo Lucca nació el 10 de abril del 1946, en el seno de una familia musical. Su padre Quique Lucca, deseoso de fundar una orquesta de salsa realizó su sueño al reunir a un grupo de aspirantes músicos y designar el conjunto como Orquesta Internacional de la cual Lucca guarda lindos recuerdos de su infancia. Tras ver que no prosperaba, Quique Lucca no tardó en reestructurar la agrupación. Incorporó nuevos instrumentos, nuevos músicos y nombró el colectivo, Conjunto Sonora Ponceña.
La nueva agrupación representó para Quique Lucca una oportunidad de romper con los géneros monótonos y monocromáticos que sonaban en la radio del momento por lo que obtuvo éxito local casi de inmediato. Entusiasmado con los talentos de su único hijo varón, pues tiene dos hijas, Quique Lucca decidió pulir las virtudes musicales de su hijo matriculándolo en la Escuela Libre de Música de Ponce.
“El viejo (refiriéndose a su papá) me vio con aptitudes para la música y me puso en la Escuela Libre de Música de Ponce. Me llevó a la escuela, donde daban dos años de sorfeo y luego de los dos años te ponían a tocar el instrumento, pero como en la escuela no había maestro de piano, me puso en clases privadas”, destacó Lucca quien confiesa haberle dedicado hasta seis horas diarias al estudio del piano, su instrumento favorito.
Para el compositor y multi-instrumentalista, la clave para ser un buen músico yace en estudiar el instrumento para lograr dominarlo, porque “si no, te domina a ti”, bromeó.
Auge Internacional
La Sonora Ponceña logró reconocimiento internacional tras formar parte del grupo de orquestas subsidiarias de la agrupación de salsa más reconocida del mundo, la Fania All Stars, orquesta de la cual Lucca sirvió como pianista al reemplazar a Larry Harlow en la década de los setenta.
“Antes de entrar a la Fania yo estaba grabando con Celia Cruz y (Johnny) Pacheco para el mismo sello de la Fania, pero nadie me conocía. Me conocían como pianista de La Sonora Ponceña y mi compadre, Roberto Roena, les dijo (a los productores) cuando empezaron a tener problemas con Harlow que había un posible reemplazo dentro de la misma compañía y me escogieron”, abundó Lucca quien explica que dentro del sello subsidiario de la Fania se encontraban otros músicos de alto calibre como Willie Rosario, Leyo Peña y Tommy Olivencia.
La Fania catapultó a sus orquestas al panorama internacional de la salsa, aspecto que el músico narra como “lo mejor que nos pudo pasar”.
Como consecuencia de la internacionalización de La Sonora Ponceña, Lucca comenzó a recorrer los grandes estadios del mundo, frecuentando sobre todo en países de Centroamérica y Suramérica.
“ En el 1976, fui a Colombia por primera vez para tocar ante una audiencia de 47 mil personas que cantaban todo lo que tocábamos en la orquesta. Casi no se oía, la orquesta, sino el público coreando. Tener la experiencia de la ovación del público al ver a uno llegar y entrar, le da a uno unos temblequeres en las rodillas que eso no se olvida”, recordó el pianista con una mirada tenue y una sonrisa nostálgica. Para Lucca, esa fue su anécdota más memorable de una carrera que trasciende más de medio siglo.
Reconociendo la situación de muchos artistas locales que se ven obligados a salir de Puerto Rico para lograr éxito en otras fronteras, el músico se siente honrado y afortunado de siempre haber tenido una población de seguidores, que por décadas, le ha permitido continuar trabajando dentro de la Isla.
“En Puerto Rico seguimos trabajando muy consecuentemente, somos un grupo que lleva 60 años ininterrumpidos. Yo creo que el trabajo local es más indispensable, porque no se viaja todas las semanas, pero todas las semanas se trabaja aquí. Somos muy afortunados, sobre todo en un momento donde la mayor parte de las orquestas no están trabajando”, expresó el artista al lamentar que muchas orquestas han desparecido por los altos costos de mantenimiento que implica tener agrupaciones con grandes cantidades de músicos.
Retos de la música y nuevas caras
A pesar de los costos que incurren las orquestas, uno de los retos más comunes en la industria de la música son los éxitos momentáneos a los que se exponen los músicos que tratan de consolidarse en un mercado muy pasajero.
“En este momento no se hacen ‘hits’. No es posible. En algún momento, yo llegué a tener en el ‘hit parade’ por nueve meses un número. Ahora lo tocan tres semanas y no lo tocan más”, indicó Lucca al explicar que los éxitos de los temas ya no tienen nada que ver con la calidad de música que se está tocando, sino que son consecuencias de las exigencias del mercado y esto “lamentablemente no está en nuestras manos”.
Afortunadamente, la salsa trasciende generaciones y continua tan vigente en la actualidad como en la época de la fundación de las grandes orquestas en la segunda mitad del siglo XX. “El género necesita nuevo exponentes, en las manos de ellos queda este género, cuando nosotros ya no estemos”, destacó refiriéndose a los éxitos recientes de orquestas contemporáneas como Pirulo y La Tribu.
Entre las principales orquestas de salsa de la Isla, las de mayor renombre por sus contribuciones al género, son El Gran Combo y La Sonora Ponceña. No obstante, según Lucca, no existe rivalidad entre las agrupaciones ya que las describe como “dos orquestas hermanas” que han desarrollado durante décadas “un respeto y admiración mutua”.
De haber elegido alguna otra profesión, el pianista confesó que “posiblemente hubiese sido ingeniero”, pero con el éxito de la orquesta su afán por la música siguió creciendo al nivel que se dedicó completamente a la composición y dirección de la agrupación. “Honestamente no hubiera sido otra cosa”. puntualizó Lucca.
Por el momento, el ponceño y padre de seis hijos, de los cuales dos comparten el talento y el entusiasmo musical de su padre (aunque no profesionalmente), no tiene planes de retirarse. “Seguiré haciendo lo que hago porque la familia es grande y reclama”, finalizó el pianista al asegurar que continuará con su carrera “mientras la gente nos soporte” .
Papo Lucca estará celebrando sus 55 años en la Música con un concierto el sábado 4 de abril a partir de las 8:00 p.m. en el Hotel San Juan, con boletos a un costo de $20. El evento contará con la participación de las orquestas La Sonora Ponceña, Willie Rosario, Roberto Roena y La Mulenze, entre otros.