La economía política, como disciplina y perspectiva de análisis, ha venido arraigándose con fuerza al campo de la comunicación y los estudios mediáticos por varias décadas. Proponentes importantes como Vincent Mosco lograron con tenacidad afianzar la lógica y lenguaje de la economía política al estudio de instituciones mediáticas, ofreciendo una alternativa saludable e importante a los monopolios funcionalistas y culturalistas que tradicionalmente han acaparado el estudio de los medios de comunicación.
Sin embargo, lo que ha otorgado pertinencia a la economía política de la comunicación obedece más una realidad objetiva que un fad intelectual. Es la misma constitución histórica de las industrias culturales, las organizaciones de comunicación y las tecnologías de diseminación el contexto que da relevancia e inmediatez a los debates propios de la economía política de la comunicación y, consecuentemente, a su trascendencia como campo de análisis. Dicho de otra manera, es la centralidad actual de las organizaciones y tecnologías de la comunicación y la información en la reproducción de la opinión pública, la política en general, el capital y la cultura el contingente que continúa cristalizando la relevancia explicativa de este campo en lo que concierne el panorama mediático de nuestros tiempos.
Dicho esto, resulta imperativo evolucionar la capacidad explicativa de la economía política de la comunicación frente a los retos analíticos advenidos de la revolución digital y de la información en los pasados años.
El contexto del informacionalismo y los retos al análisis económico-político
Las llamadas tecnologías de la comunicación y la información (TICs) han transformado de manera fundamental las formas de producción humana en el capitalismo. Es decir, la cultura, la política, los mercados y las economías dependen de la lógica, las tecnologías y los imaginarios de esta llamada sociedad de redes para subsistir y reproducirse.
Y esta reproducción ha calado hondo en nosotros, los participantes de esa lógica. Somos fieles adeptos de nuestras pantallas, nuestros teléfonos inteligentes, nuestras redes sociales, nuestros motores de búsqueda. Dependemos fundamentalmente del hardware y el software de la era 2.0 para existir como seres históricamente contextualizados. Más aún, resulta fácil, desde el relativo privilegio de los países en desarrollo, obviar las crudas dimensiones materiales de la información: los desperdicios tóxicos, los sweatshops, las grandes fisuras de acceso a la información.
¿Qué yace bajo el brillo seductor de este espacio histórico tenazmente tecnologizado? ¿Qué papel juegan las estructuras económicas que sustentan la información (Google, Facebook, Amazon, Apple, etc.) en la reproducción de lo que algunos han llamado “capitalismo de información”?
Hacia una economía política de la información
El propósito de una economía política de la sociedad de la información, de redes, de medios emergentes, debería centrarse en trabajo arqueológico que ponga en perspectiva los procesos materiales que sustentan el contexto de relaciones, muy específico e histórico, que sostiene y reproduce el capitalismo de redes y sus efectos, tanto positivos como negativos.
No obstante, sería ilusorio pensar la economía política de la información desde los supuestos deterministas de una economía política clásica. ¿Es posible colapsar el trabajo intelectual de la inteligencia colectiva con el de un ensamblador de tabletas en china? ¿Cómo conceptualizar la información cuando es tanto una abstracción (una idea) como un bien de consumo?
El reto de la economía política de la información, entonces, está en proveer una base teórica y analítica que permita examinar el contexto de la información desde su complejidad histórica y sus contradicciones, que pueda dar justicia tanto de sus triunfos como de sus catástrofes, que pueda examinar su dimensión abstracta sin dejar a un lado su dimensión material.
El autor es profesor del Programa Graduado en Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Este texto forma parte de nuestra republicación del blog del curso COPU 6515 Economía política de la información, parte del Programa Graduado en Comunicación de la UPR Río Piedras