Las elecciones presidenciales de Perú parecieron ser una contienda más que entre dos candidatos, entre dos males. Por un lado estaba un ex militar, Ollanta Humala, quien acarrea dudas sobre posibles violaciones a los derechos humanos. Por el otro estaba la hija de Alberto Fujimori, ex presidente que debe cumplir 25 años de cárcel por ordenar 25 asesinatos y dos secuestros durante su mandato.
"Con Humala hay serias dudas e incertidumbres. En el caso de Keiko hay total certeza de todo lo malo que representa, pues ya vivimos 11 años de dictadura fujimorista", dijo Ernesto de la Jara, del Instituto de Defensa Legal en Perú, citado por Newsweek Argentina.
Al final, los peruanos escogieron la incertidumbre, pero la victoria no fue contundente. Según la Oficina Nacional de Procesos Electorales, en la segunda vuelta que celebra el Perú, Humala se llevó el 51.276% de los votos, mientras que Keiko Fujimori, el 48.724%.
Los candidatos habían quedado empatados en la primera vuelta electoral, celebrada en abril de este año. Desde entonces, participan en una campaña donde, según medios internacionales, han primado los ataques y la indución al miedo como estrategia para hacer perder votos al otro.
Y es que, el historial de ambos indica que sí había razones para dudar, sobre todo en el caso de Fujimori, quien actualmente funge como congresista de la república. Durante la pasada campaña electoral, la candidata llegó a pronunciarse a favor del gobierno de su padre, conocido también por escándalos de corrupción. Según BBC News, Fujimori lo llamó “el modelo a seguir” y calificó a Alberto Fujimori como el “mejor presidente del Perú”.
Para esta segunda campaña, la aspirante a la presidencia disminuyó los halagos a su progenitor, pero continuó con un equipo de trabajo que preocupaba a muchos por parecer una continuación del antiguo fujimorismo.
Uno de los integrantes de ese equipo es el exministro de Salud Alejandro Aguinaga, a quien se le acusa de ser parte de un plan de esterilizaciones forzadas de mujeres entre 1996 y 2000. Según el diario La República, miles de mujeres fueron engañadas para que se sometieran a procedimientos cuyos propósitos ellas desconocían.
Por otra parte, las dudas sobre Humala nacen de dos vertientes: los derechos humanos y la incertidumbre económica. Según Newsweek Argentina, Humala tiene un caso archivado, pero sin resolver que le asigna responsabilidad sobre la desaparición de tres personas en 1992.
Además de esto, durante su campaña, Humala prometió repartir los beneficios del crecimiento económico que ha visto el Perú durante los últimos años, pues un tercio de la población ha quedado rezagado. Aunque muchos han visto la promesa de manera positiva, otros sectores están preocupados porque el líder nacionalista haga grandes cambios al sistema que ha llevado al país a la bonanza económica.
Otra de las preocupaciones ante la victoria de Humala es la reacción del mercado. Según expertos entrevistados por Reuters, el impacto dependería de cuán moderado se muestre el presidente electo. Esta mañana, sin embargo, la Bolsa de Valores de Lima cayó 8.71%, por lo que fue suspendida como medida de seguridad, informó El Comercio.
Durante un discurso posterior al proceso electoral, Humala se mantuvo firme en la importancia de combatir la pobreza y resolver los problemas de educación, salud e infraestructura que enfrenta su país.
“Construiremos un gobierno de concertación nacional en el que nadie se sienta excluido y donde todos nos sintamos representados. Vamos a promover más inversiones, vamos a llevar una economía de libre mercado, que es justamente la consolidación del mercado interno. Promoveremos la agricultura, la agroexportación y la ganadería”, añadió.