Después de la fiesta playera, desastre. Las latas de cerveza y refresco, los empaques de plástico de la picadera, las neveras de foam desechables y otros desperdicios cubren lo que se supone sea el suelo de las playa de la Isla. Así sucede cada vez que hay un gran evento costanero. En la algarabía muchos se olvidan de que la basura, como nos enseñan desde la escuela, va en el zafacón.
Ejemplo clásico: la Noche de San Juan. En el portal de videos YouTube, varios ciudadanos se han encargado de mostrar el nivel de contaminación que ocurre en este tipo de actividades. Los usuarios reaccionan con indignación y con insultos hacia los culpables. Los llaman “puercos” y tiran el trillado “¿Qué nos pasa, Puerto Rico?”.
La pregunta se mantiene siempre en un nivel retórico, pero cabe re interrogarse, realmente, qué nos pasa. ¿Por qué contaminamos de esa manera uno de los pocos espacios de disfrute público que todavía quedan?
El experto en sociología ambiental José Anazagasty Rodríguez explicó que el problema no tiene una raíz singular. Basándose en un artículo de Shirley Laska, de la Universidad de Nueva Orleans, que analiza el porqué de este tipo de contaminación, el doctor ofreció cuatro posibles explicaciones.
Primero, según explicó el también profesor del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), “podríamos plantear como una posible explicación que muchos usuarios de nuestras playas carecen de una visión o concepción del mundo que les impida contaminar las playas”.
En otras palabras, dentro de las normas y valores que dirigen la conducta cotidiana del individuo, no hay “actitudes favorables a la protección y preservación del ambiente”. Esta actitud sigue el “paradigma del excepcionalismo humano” en vez del “nuevo paradigma ecológico”, añadió el experto.
Con él coincidió Alberto Martí, de la Scuba Dogs Society, organización que se dedica a promover la limpieza de playas. “Se trata de un comportamiento cultural que hemos aprendido de generaciones por años, décadas y siglos quizás, donde no se considera o quizás no se respeta el daño que podemos estar haciendo a estos ecosistemas y organismos”, abundó Martí.
El segundo factor mencionado por Anazagasty citando a Laska, es que, en ocasiones, echar la basura al zafacón es, simplemente, una inconveniencia. A diferencia de la explicación anterior, señala, ésta no es cultural sino estructural.
“Apunta al hecho de que muchas playas no cuentan con una infraestructura adecuada para el manejo de desperdicios, lo que es muy cierto de las playas puertorriqueñas. Por ejemplo, un usuario podría querer colocar la basura en un zafacón pero el más cercano está al otro extremo de la playa. Opta por tirarla en la playa”, explicó.
En tercer lugar, Laska menciona en su estudio la ausencia de control social. Entre estos la vigilancia y otros controles menos formales como la desaprobación de otros usuarios.
Finalmente, el cuarto punto regresa a factores socioculturales. Y es que, “otra posible explicación provista por Laska es que la mayor parte de las personas no están al tanto de la seriedad y complejidad de los impactos reales, sociales y ambientales de la contaminación de las playas”, puntualizó el doctor.
En este sentido, organizaciones como Scuba Dogs Society apuntan a la educación como solución al problema, pero más que eso, creen en la “educación a través de la acción”.
Por esta razón, cada año, en el tercer sábado de septiembre, esta organización se moviliza a todas las costas de la Isla para recoger basura. Es un evento mundial masivo, que une a personas de distintos sectores y edades. Además, según Martí, crean conceptos publicitarios como el “pez basura” para enseñarle a la población los estragos de la contaminación, e involucran a jóvenes que necesitan horas de trabajo comunitario en las limpiezas a lo largo del año.
“Recogiendo basura, la persona despierta un nivel de conciencia de cómo se está impactando el ecosistema. Lo estás haciendo parte de la solución”, indicó.
Ambos entrevistados responsabilizaron tanto al individuo como al Gobierno. Sin embargo, Scuba Dogs Society ha logrado involucrar a la comunidad y al Gobierno en sus iniciativas, pero pone énfasis en darle “el poder a las personas”.
Mientras que, Anazagasty considera que también es importante “que el Gobierno desarrolle políticas para mejorar el manejo de las playas, particularmente con respecto al manejo de desperdicios”. Además, está de acuerdo con que todos los entes de la sociedad deben participar en el desarrollo e implementación de estas políticas.
“Son cuatro millones de habitantes en esta Isla, mi pana, y no todos los que estamos en este barco estamos haciendo nuestra parte”, expresó Martí, quien destacó que su organización se encuentra reclutando líderes para la próxima Limpieza Internacional de Costas el sábado, 17 de septiembre de 2011. los interesados pueden obtener mayor información en http://www.scubadogssociety.org/